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04 de Mayo  2025 

El contenido de los estados financieros y su interpretación

El mercado eficiente depende casi por completo de la hipótesis de analistas bien informados que se esforzarán constantemente por evaluar el flujo siempre cambiante de la información que llega al mercado, para actuar en consecuencia.


Viernes 21 de Agosto de 2009 | 12:00:00 AM 

Autor

Guillermo de la Cuesta

Según los defensores de esa teoría todo lo que se sabe queda reflejado instantáneamente en los precios de mercado. Por tanto, es imposible cualquier intento de conseguir una ventaja continua mediante el análisis riguroso de los estados financieros.

La consecuencia más general de la hipótesis de mercado eficiente es que la mayor parte del análisis de valores resulta incompleto y carece de valor desde el punto de vista lógico.

Esta posición ofrece una paradoja no explicada ni resuelta. Se supone que millares de analistas son capaces de mantener la eficiencia de nuestro mercado de valores con esfuerzo, pero son incapaces de comprender que sus intentos no pueden reportar ventaja individual alguna. Por otra parte, si se percataran de que sus afanes carecen recompensa, el mercado perdería eficiencia.

Aun cuando toda la información disponible sobre un título en un punto dado del tiempo, recaiga sobre su precio, este puede estar infravalorado o sobrevalorado, dependiendo del grado de interpretación o evaluación correcta de la información disponible por parte de aquellos cuyas acciones determinan el precio de mercado en ese momento dado. La eficiencia de mercado depende no solo de la disponibilidad de información, sino de su correcta interpretación.

El trabajo de análisis de estados financieros es complejo y exigente. Su espectro de usuarios abarca desde el análisis institucional que se concentra en solo unas pocas compañías de un sector, hasta el ingenuo cazador de rumores. Todos actúan sobre la información financiera, pero con diferente perspicacia y competencia.

La evaluación competente de la nueva información que llega al mercado, exige poseer una base previa de conocimientos, un mosaico de información, en el cual encajar el nuevo elemento, como parte de un eslabón en una cadena de información analítica. Solo unos pocos cuentan con la capacidad y preparación necesarias para dedicar esfuerzos y recursos a producir esos mosaicos informativos.

El movimiento de la nueva información y su correcta interpretación, se desarrolla desde los segmentos mejor preparados del mercado hacia los menos informados. Ello explica que la distribución de la nueva información sea gradual en lugar de inmediata.

La función y el propósito del análisis de títulos de participación, los interpretan de manera mucho más restrictiva quienes juzgan su utilidad en un mercado eficiente. Si bien la búsqueda de títulos infravalorados y sobrevalorados es una función importante del análisis de valores, nunca se insistirá demasiado en la importancia de evaluar el riesgo y evitar las pérdidas. Esto constituye un factor tan importante en el éxito general de la inversión como lo es el descubrimiento de títulos infravalorados.

Lo sorprendente del declive y la caída del mercado de valores en Wall Street a finales de octubre, y comienzos de noviembre de 1924, no fue el hecho del descenso en sí mismo, sino la consternación totalmente irracional que mostró el público. No hubo nada en el curso de los acontecimientos que diferenciara esta bajada de las muchas que la habían precedido.

Mes tras mes, e incluso año tras año, los precios de mercado de valores habían alcanzado cotas aún más altas. Ahora, como entonces, se oían lamentos y advertencias, pero la gente no prestaba atención. Se operaba pensando en futuros lejanos. Lo que ganaría una compañía cuando la siguiente generación llegara a la madurez era la medida del valor actual de sus acciones.

En muchos casos se seleccionaban, de manera fortuita o con la ayuda de estímulos artificiales, compañías cuyas operaciones no habían producido todavía ningún beneficio, y los inversionistas compraban ansiosamente derechos de propiedad en especulaciones aisladas, cuyos rendimientos estaban en el aire.

No se consideraba suficiente mirar hacia delante a lo que era visible. Lo invisible era la mercancía reina. Acciones buenas, acciones malas y acciones completamente del futuro, subieron casi con la misma facilidad, hasta que al final se vendieron a precios en los que aparentemente no tenían influencia alguna los tipos de dividendo o los beneficios de las compañías emisoras.

LA HISTORIA SE REPITE

El mercado al alza que se inició a comienzos de los 80 demostró, nuevamente, que la historia financiera se repite, porque olvida las lecciones del pasado. Tal como lo expresó el profesor J.K. Galbraith: “Todo lo que se necesita para ser un genio en Wall Street, es un mercado al alza y mala memoria”.

En la medida en que se impone la euforia de los precios en aumento, el componente especulativo de la estructura de precios adquiere más y más tamaño. Ya no es cuestión de si ese componente especulativo, que carece de base en un análisis racional, va a caer, sino únicamente de cuándo va a producirse su caída.

El crac del mercado de valores de octubre de 1987 demostró, una vez más, que cuando la rentabilidad de las acciones alcanza mínimos históricos y los ratios precio-beneficio escalan cimas poco razonables, la caída del componente especulativo puede ocurrir de repente y a una velocidad espectacular. Pero como no responde a nada mensurable o susceptible de análisis de valor, corre el riesgo de hundirse por un mero cambio de sentimientos. Por tanto, el componente especulativo no se puede analizar mediante los hechos conocidos.

OBJETIVOS DE LA DIRECCIÓN

El interés de la dirección en la situación financiera, la rentabilidad y el progreso de una empresa es muy amplio y generalizado. Para ello cuenta con una serie de métodos, herramientas y técnicas a su disposición. El análisis de datos financieros es uno de los más importantes de tales métodos. La dirección puede llevarlo a cabo de forma continuada, ya que su acceso a los registros internos, contables y de otro tipo, es ilimitado.

Su objetivo primario al analizar las herramientas de análisis descritas, es ejercer control sobre la empresa y verla de la misma forma en que la ven importantes agentes ajenos a ella, como los otorgantes de crédito y los inversores.

Para el cambio de ratios y el análisis de tendencias, se utilizan numerosas e inevitables relaciones e interrelaciones entre variables que tienen lugar en cualquier situación empresarial. Una vigilancia constante de la dimensión y amplitud del cambio en estas interrelaciones, proporciona valiosas claves sobre cambios importantes en las condiciones financieras y de explotación existentes.

Reconocer tales cambios y actuar oportunamente para frenar tendencias desfavorables, constituye la esencia del control. La dirección obtiene una serie de ventajas importantes de un seguimiento sistemático de los datos financieros y las relaciones básicas demostrativos de que no hay hechos aislados en una situación empresarial, sino que todo representa una causa o un efecto en una cadena en la que solo representa un eslabón.

Se admite, igualmente, que no se debe actuar a partir de un hecho aislado, sino que, examinando una serie de cambios relacionados, hay que determinar las causas esenciales del hecho. Así pues, no se puede juzgar si un hecho es positivo o negativo, hasta haberlo relacionado adecuadamente con otros factores que tienen conexión con ese.

Este seguimiento impide que la dirección se pierda en un laberinto de hechos y cifras, compuesto en una situación empresarial típica, por una gran variedad de factores de diversas magnitudes, velocidades de cambio y grados de impacto. Por el contrario, permite organizar los datos y relacionarlos con un modelo obtenido de la experiencia anterior y de estándares externos.

Un seguimiento de este tipo exige una acción oportuna y eficaz a medida que se produce la situación, y no un análisis posterior de causas y efectos. Analistas de adquisiciones y fusiones

La valoración de una compañía en su totalidad, destinada a la compra de una empresa en funcionamiento o a la evaluación de una fusión de dos o más firmas, supone un intento de determinar valores económicos, el valor relativo de las entidades objeto de la fusión, y los puntos fuertes y débiles relativos a las entidades en cuestión, y los correspondientes a la negociación para las partes que intervienen. El análisis de estados financieros es una valiosa técnica para la determinación del valor económico, y para la evaluación de la compatibilidad financiera y operativa de posibles candidatas a la fusión.

Los objetivos del analista de adquisiciones y fusiones son, en muchos aspectos, similares a los del inversor en acciones, salvo en que el análisis de la adquisición de una empresa completa debe ser más profundo e insistente en la valoración del activo, incluidos intangibles, como el fondo de comercio, y el pasivo, que forma parte del plan de adquisición o fusión.

OBJETIVOS DE LOS AUDITORES

El producto final de la auditoría financiera, es un dictamen sobre la razonabilidad de presentación de los estados financieros que explican la situación, y los resultados de las operaciones de una empresa. Uno de los objetivos básicos del proceso de auditoría es obtener la máxima garantía posible sobre la ausencia de errores e irregularidades, intencionados o no que, de no detectarse, podrían afectar materialmente los resúmenes financieros o a su conformidad con los principios de contabilidad generalmente aceptados (PCGA).

Le recomiendo:

. Tener en cuenta la diferencia existente entre la información y su adecuada interpretación. . No dudar que la historia financiera se repite, porque se olvidan las lecciones del pasado. . Tener en cuenta que la caída del componente especulativo puede producirse de repente y a una velocidad espectacular. . Recordar que lo más importante es el análisis periódico de los estados financieros..

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