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18 de Mayo  2024 

Atractiva naturaleza y rica historia

Villa Clara, con una envidiable situación geográfica en el centro de Cuba, fue bendecida por la naturaleza con fabulosas playas, mágicas cordilleras y excelentes aguas minero-medicinales, junto al quehacer histórico y cultural de sus hijos


Sábado 14 de Marzo de 2009 | 12:00:00 AM 

Autor

Luz María Martínez

De promesa turística, hace unos años, el territorio villaclareño se transformó en pujante polo, que recibió más de 127 000 visitantes extranjeros en 2008, en una ascendente espiral encabezada por los balnearios ubicados al Nordeste del puerto pesquero de Caibarién. El azul del océano Atlántico baña los cayos Las Brujas, Ensenacho y Cayo Santa María, donde el cuidado del ambiente permite disfrutar de la abundante presencia de aves y otros ejemplares propios de la flora y la fauna marinas, algunas de ellas únicas de ese espacio cubano. Una carretera de 48 kilómetros sobre las aguas enlaza a las playas de la cayería con tierra firme, importante obra de ingeniería vial que enorgullece a sus artífices. En los balnearios de arena y mar se explotan más de 2 mil 700 habitaciones, en seis instalaciones hoteleras con categorías de tres a cinco estrellas, y continúa impetuoso el crecimiento de los centros de alojamiento con el objetivo de totalizar unas 4 000 capacidades el año próximo. Opciones náuticas, en una zona favorecida por sugerentes paisajes sumergidos y una gran variedad de especies, figuran entre las atracciones para los vacacionistas, fundamentalmente de Inglaterra y Canadá. Muestra del creciente interés de los turistas por la zona lo constituye el aumento de las operaciones en el aeropuerto internacional Abel Santamaría, de Santa Clara, que supera los 20 vuelos semanales.

atractivos en tierra adentro

Los contrastes singularizan al macizo de Guamuhaya, donde las tonalidades de verde en las lomas y el reflejo del único lago intramontano de Cuba, hacen del hotel Hanabanilla un sitio ideal por el paisajismo, exaltado ante amaneceres y puestas de sol.

El hospedaje se levanta a 400 metros sobre el nivel del mar, como un oasis en medio de la pasividad de las aguas y la majestuosidad de las elevaciones. Pesca de la trucha, en el espejo de agua, y senderismo, a través del lomerío, complementan la magia de las serranías del centro.

La provincia de Villa Clara cuenta también con Remedios, octava villa fundada por los españoles en la Isla, donde la conservación de vetustas edificaciones se da la mano con leyendas y tradiciones que hacen de la localidad un sitio seductor para la industria sin humo. Allí funciona el hotel Mascotte, de marcado ambiente colonial y cuya construcción data de 1850. En estos momentos se halla en proceso de remozamiento. Desde ese inmueble aún se presiente el andar sobre los adoquines de carruajes tirados por caballos, el ligero roce de largas faldas y el pregón callejero de la época. Villa Clara posee una instalación turística en el balneario Elguea, dotado de excelentes yacimientos de aguas minero-medicinales de elevadas temperaturas, famosos por sus propiedades curativas. Tal abanico de ofertas se complementa con los hoteles de ciudad en la cabecera provincial, entre ellos el Santa Clara Libre, ubicado en el centro histórico, junto a los Caneyes y la Villa La Granjita, en la periferia, en pleno contacto con la naturaleza, a pocos metros de la agitada vida de la urbe. Las instalaciones mediterráneas completan unas 619 habitaciones que permiten al viajero pernoctar para conocer la historia, desde la fundación de Remedios, más allá de los 490 años, y la tricentenaria Santa Clara, hasta disfrutar de una cultura amasada con talento y laboriosidad.

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