Como parte del proceso de diversificación de la industria azucarera surge en el mercado nacional una nueva oferta: frutas deshidratadas, lo que permite la conservación de estas por largos períodos e incluso fuera de la época de producción.
Esta idea es asumida por la Empresa Carlos Baliño, subordinada al Grupo Empresarial Azucarero de Villa Clara (GEA) y la primera y única en la Mayor de las Antillas dedicada a la producción de frutas secas.
Esperanza Martínez, directora de comercialización y desarrollo de la entidad, explicó a este semanario que el proyecto se inició en el año 2007 después de la firma de una carta de intención con una empresa japonesa interesada en comprar productos deshidratados y en la actualidad se ha consolidado su tecnología y mercado.
“Con permanente investigación y desarrollo pretendemos que nuestros productos sean de la más alta calidad para el mercado nacional e internacional” -aseveró la funcionaria, quien destacó que todos los alimentos que produce la empresa son naturales y en su proceso de elaboración no se le aplica ningún tipo de sustancias químicas, ni colorantes, edulcorantes, y saborizantes.
El plan se desarrolló con tres frutas fundamentales, mango, piña y guayaba. Su objetivo principal es conservarlas por tiempo prolongado. También se utilizan en la elaboración de jaleas, pulpas y dulces caseros.
La especialista destacó la importancia del proyecto desde el punto de vista medioambiental y social, ya que el mayor requisito de calidad para su comercialización es que estas frutas sean cultivadas con un manejo totalmente ecológico.
Poseen una vida útil prolongada sin riesgos de descomposición. Y están disponibles incluso en período de escasez o fuera de la época. En tal sentido, conservan las características organolépticas y nutricionales propias de las frutas y la disminución de costos de transporte y almacenamiento, puesto que su contenido de humedad es muy bajo y no requiere refrigeración.
El programa ha tomado auge -expresó Martínez- y se potencia en aras de extender la producción a mercados internacionales mediante la entidad exportadora y comercializadora Tecnoazúcar. Mientras que para el mercado interno es mediante la empresa GEMA del Minaz.
De igual modo, son utilizados los desechos para elaborar otros productos que pueden aportar ingresos en moneda nacional.
OTROS COMETIDOS
Consumir alimentos orgánicos es beneficioso para la salud humana, lo que eleva la calidad de vida. La empresa azucarera Carlos Baliño ejerce una loable labor en el desarrollo de las producciones ecológicas.
Muestra de ello es la azúcar orgánica elaborada por la entidad con caña cosechada y cultivada con un manejo totalmente ecológico. La entidad dispone del 100 % de las áreas certificadas por la certificadora internacional de productos orgánicos, y están avalados para su comercio en Europa, Japón y Estados Unidos.
Los frutales, vegetales y cultivos varios también están certificados. Igualmente, la Carlos Baliño ofrece condimentos deshidratados, pulpas, conservas y vegetales, todos con carácter orgánico.
La principal perspectiva de la empresa es continuar desarrollando el proyecto de azúcar orgánica y su posible diversificación. Pretende además convertirse en un complejo de productos orgánicos para comercializarlos tanto en el mercado cubano como a nivel internacional.
PROCESO
El secado, es uno de los procesos más antiguos para preservar los alimentos. Debido a la deshidratación osmótica, los microorganismos no pueden proliferar, por lo que la mayoría de las reacciones químicas y enzimáticas quedan detenidas.
Durante la deshidratación mediante la circulación de aire caliente, las pérdidas de vitamina C y A varían en más de un 10 %. La desecación de las frutas mejora la retención de ácido ascórbico e inhibe la oxidación.
Mediante esta tecnología las frutas frescas orgánicas son sometidas a un proceso de secado con aire caliente. La concentración de sólidos solubles aumenta, resistiendo el deterioro microbiano, lo que garantiza la conservación de sus propiedades nutricionales, como el contenido de fibras, proteínas, carbohidratos, vitaminas y carotenos, esto le permite retener el color, olor y sabor.