Sábado
18 de Mayo  2024 

Aliento centenario en las vías férreas

La hiriente luz de la soldadura y el acentuado olor a lubricante son habituales para Leonardo Iglesias, último de una estirpe ferroviaria iniciada con el abuelo y continuada por padre y tíos, de ahí la alegría ante el actual ajetreo en la recuperación de vagones


Viernes 08 de Septiembre de 2006 | 12:00:00 AM 

Autor

Luz María Martínez

Todos en su momento, obreros del actual taller 9 de Abril, de Sagua la Grande, en Villa Clara, han hecho de ese sitio el segundo hogar al que aman y respetan.

La fuerte influencia familiar llevó a este hombre a graduarse, hace 26 años, como técnico en construcción y reparación de los equipos empleados para la transportación de mercancías, oficio que atrajo a muchos otros habitantes de la localidad, donde hace más de un siglo se acondiciona el movimiento de trenes.

RENACIMIENTO DE UN LONGEVO

La ciudad del undoso, conocida así por la sinuosidad del río que la atraviesa, contó con un pujante desarrollo de la industria azucarera que llevó a la temprana aparición del ferrocarril a principios de la segunda mitad del siglo XIX, poco después de su introducción en Cuba, en 1837.

Con la proximidad del puerto de Isabela para la exportación del dulce, el trasiego por las vías de hierro se hacía indispensable, como también la creación de una infraestructura destinada a la reparación de equipos y locomotoras.

Fue entonces que aparece en 1905 este taller, fuente de empleo de cientos de personas, entre ellas, los Iglesias, quienes conocieron muchos instantes en la historia del centro.

A Leonardo y su padre, jubilado hace pocos años, correspondió ser testigos de una depresión de la actividad regular como resultado de la situación económica del país, en medio del período especial iniciado en la década del 90 de la centuria precedente. En plena celebración del centenario del taller aumentó el trajín habitual con el propósito de recuperar vagones, indispensables para el corrido de trenes, lo cual contribuyó a un crecimiento en la Isla de 13% en el trasiego de carga durante 2005, ritmo que continúa en el presente año.

MEJOR TALLER FERROVIARIO

“Tengo confianza en la recuperación del ferrocarril. He visto entrar aquí equipos muy deteriorados y salir planchas portacontenedores, casillas destinadas al traslado de alimentos, tanques para combustible o aceite comestible y silos portadores de cemento, todos reparados con buena calidad”, dice Leonardo.

Ese fue un buen período para el colectivo del 9 de Abril, confirma Jorge Imbert Mora, jefe técnico-productivo. Resultó el mejor del país entre los talleres grandes, pues entregó más de medio millar de vagones de los 1 800 recuperados en toda Cuba, casi 30% de la totalidad. Ese gran impulso requirió de mucho esfuerzo y doble turno de labor.

Se pusieron en tensión también innovadores y racionalizadores y hasta los jubilados, quienes aportaron mucha experiencia, agrega Imbert.

En el actual ejercicio el programa prevé la conclusión de 385 vagones y en el primer trimestre estuvieron listos más de un centenar, saldo que indica la posibilidad de incrementar la cifra planificada si fuera necesario.

El jefe técnico-productivo considera una proeza la calidad de terminación de cada carro, porque tienen 20 años o más de explotación, desde hace mucho no reciben reparaciones menores y circulan por líneas deterioradas. Ahora, alrededor de 300 trabajadores con la experiencia y conocimientos imprescindibles laboran una jornada de diez horas y cuentan con el abastecimiento requerido para el logro cualitativo, así como también la obtención de buenos indicadores económicos.

IMPULSO A LA REVITALIZACION FERROVIARIA

“Me crié aquí. Desde pequeño conocí el sonido de los hierros al chocar y el nombre de cada pieza, por eso veo confiado cómo se recupera el ferrocarril con el trabajo que sale de nuestras manos, junto a la adquisición de nuevos equipos”, afirma Leonardo Iglesias.

Con el tiempo se llenan de vagones las líneas, lo que contribuirá al propósito de incrementar el traslado de mercancías en la nación en un 40% durante el presente.

El taller 9 de Abril apoya tales propósitos, mientras el último mecánico de los Iglesias sonríe satisfecho por las nuevas faenas que le esperan. Ante tanto brío, quizás uno de los descendientes de la familia decida continuar la bella tradición ferroviaria.

Comparte esta noticia