Autor: Internet Publicado: 21/06/2021 | 09:20 pm
En 2013, la República Popular China (RPC) era la segunda economía más grande en términos del Producto Interno Bruto (PIB) nominal, cuyo valor ascendía a 8 227 billones de dólares, de acuerdo con un informe reciente del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Si se toma en cuenta la paridad de poder adquisitivo (12 405 billones en 2012), la economía del gigante asiático también clasifica en el segundo escaño, solo detrás de Estados Unidos. En 2012, su PIB-PPA (Paridad de Poder Adquisitivo per cápita) fue de 9 161 dólares, mientras que el PIB nominal per cápita fue de 6 075.
Ahora bien, analistas de la Organización Mundial del Comer-cio (OMC) y de muchas otras organizaciones afirman que la RPC es la potencia mercantil más grande del mundo, cuyas transacciones en 2012 ya tenían un valor estimado de 3,87 trillones de dólares. Añaden que a finales de 2010, sus reservas internacionales alcanzaron 2,85 billones, un incremento de 18,7 % sobre el valor del año precedente, y por mucho, las reservas más grandes del mundo.
También, en 2012 el gigante asiático fue el mayor receptor de la inversión extranjera directa (IED) al atraer más de 253 000 millones de dólares. En ese lapso invirtió en el extranjero unos 62 400 millones, y varias compañías chinas compraron un gran número de empresas foráneas.
Como los buenos apostadores, el FMI no se jugó todo a una carta. En su informe, predice que China se convertirá "en la primera economía mundial en 2016 en términos del volumen del PIB al aventajar a Estados Unidos". Sin embargo, muchos creen que ya perdió la primacía. En esa nación, el PIB se calcula tomando en consideración el valor de acciones, obligaciones, hipotecas y otros derivados del mercado.
Veamos un ejemplo: si el precio de las acciones de una empresa que cotiza en el American Stock Exchange es de 10 dólares, su valor se incluye en el cálculo del PIB estadounidense, aunque las capacidades de producción estén situadas precisamente en China. Además, se emite una hipoteca para esta acción cuyo costo puede ascender desde uno hasta 10 dólares, que también toman en cuenta calculando el PIB. El proceso de emisión de hipotecas es infinito, y por ende, una acción acumula decenas de derivados que se incorporan al PIB estadounidense.
Recordemos, entonces, que al estallar en Estados Unidos la burbuja inmobiliaria en 2008, cuestión que desató la crisis que aún aqueja a muchas naciones y dejó sin techo a más de 2 000 000 de familias de esa nación, quedó evidenciado que el valor de estos derivados puede descender precipitadamente, lo que a su vez llevó al colapso de numerosas empresas financieras. Los derivados carecen de un equivalente real estimado en bienes concretos; en otras palabras, representan fondos efímeros, así como las acciones que también pueden depreciarse. Incluir el valor de estos títulos en el PIB significa que se convierte en deliberadamente inflado.
No hay peor ciego…
Los expertos del FMI repiten continuamente que la moneda china, el yuan, está devaluada, y que el gigante asiático reduce artificialmente el tipo de cambio de su divisa debido a la intervención masiva en el mercado. Claro, el Fondo no considera los tipos de cambios de las monedas nacionales y presta atención solo a la paridad del poder adquisitivo, pero incluso hasta aquí el cómputo se muestra a favor de la citada nación asiática.
Al comparar los ingresos y los gastos de la población en China y Estados Unidos, al FMI no le quedó más remedio que admitir que, según la paridad del poder adquisitivo, el PIB de la RPC a crecerá en 2016 hasta los 19 billones de dólares desde los 11,2 billones en 2013, mientras el PIB estadounidense para entonces será de 18,8 billones de dólares. En otras palabras, la participación del PIB de EE.UU. en la economía mundial se reducirá hasta 17,7 % y la de China se incrementará hasta 18 %.
Hoy día la mayoría de los especialistas coinciden en que el PIB de los países debe calcularse sobre la base del valor monetario de los bienes y servicios producidos. Hasta para los neófitos no escapa que en la RPC se crean más servicios, ya que su población supera a la de Estados Unidos, y obviamente, desde un tiempo atrás el gigante asiático realiza más bienes. Las cifras no mienten: en la producción de acero, cemento, hormigón, materiales de construcción, elementos derivados del petróleo, cereales y muchos otros, China ya dejó atrás a nuestro vecino del norte.
El World Economics lo admitió tajantemente: "Siguiendo la mayoría de las estimaciones, el PIB de China era la cuarta parte del tamaño de Estados Unidos. En 2006, era la mitad. En 2012, dentro de los límites de la precisión estadística, no estaba claro a quién otorgar la primacía. A finales de 2013, está claro que la economía china es más grande que la de los Estados Unidos. Ahora que la economía china parece que vuelve a la normalidad, parece que se abrirá aún más la diferencia. Parece inevitable…" Tanto es así que a principios de 2014, las exportaciones chinas se dispararon 10 %, algo inusual dado los factores objetivos y subjetivos inherentes al estreno de cada año.
Lo anterior fue reafirmado por la autoridades de la gran nación al informar que "los intercambios comerciales de China superaron, por primera vez en la historia, los cuatro billones de dólares en 2013". Según el sistema aduanero chino, en el conjunto del año pasado, las exportaciones aumentaron 7,9 %, equivalentes a 2,2 billones de dólares, y las importaciones 7,3 %, a 1,9 billones. El excedente comercial fue de 260.000 millones, 12,8 % más que el año anterior. En total, los intercambios comerciales se elevaron a 4,16 billones de dólares, 7,6 % más que el año anterior, aunque por debajo de la meta de 8 % prevista por el gobierno.
Por si no bastase, el portavoz de la Aduana china, Zheng Yuesheng, aseguró que "es bastante probable que China haya superado a Estados Unidos para convertirse en la mayor potencia comercial en bienes en 2013 por la primera vez", y recordó que la Unión Europea (UE) confirmó su posición de primer socio comercial de China, seguida por Estados Unidos, los países de la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN), Hong Kong y Japón. De todos modos, cabe recordar que "no hay peor ciego que quien no quiere ver".
Los principales socios
Solo la UE, Estados Unidos y Japón absorben 33,5 % del comercio exterior chino, pese a que las exportaciones a estos mercados cayeron 1,7 % el año pasado, lo que refleja un aumento de los intercambios con las economías emergentes. Asimismo, el comercio entre China y América Latina y el Caribe se multiplicó por 22 entre 2000 y 2012.
"En general, las condiciones para que crezca el comercio en 2014 parecen ser mejores que en 2013", dijo Zheng, quien citó mejoras en la demanda internacional y en la situación económica interna. Por su lado, el economista del banco francés Société Générale en Hong Kong, Yao Wei, afirmó que el mejor resultado de las importaciones es una señal positiva. "La sorpresa sugiere que el crecimiento interno estaba intacto al final del año", aseguró Yao.
La economía del gigante asiático se había desacelerado en la primera mitad de 2013 aunque empezó a recuperarse en la segunda mitad. El presidente Xi Jinping, que asumió el mandato en marzo tras convertirse en el Primer Secretario del Partido Comunista en noviembre de 2012, está enfrascado en transformar la economía para que la demanda interna sea el principal pilar del crecimiento, en vez de las inversiones públicas.
Nadie duda que hoy la República Popular China deviene mayor economía del mundo, liderando la producción minera y el procesamiento de minerales, hierro, acero, aluminio y otros metales; carbón, máquinas, armamentos, textiles y ropas; petróleo, cemento, sustancias químicas, fertilizantes, bienes de consumo incluyendo calzado, juguetes y efectos electrónicos; procesamiento de alimentos; equipamientos de transporte incluyendo automóviles, coches de raíl y locomotoras, barcos y aeronaves; equipamiento de telecomunicaciones, vehículos de lanzamiento espacial, comerciales y satélites.
En el segmento exportable está al frente de máquinas eléctricas y otras, incluyendo equipos para procesamiento de datos, ropas, textiles, hierro y acero, equipamientos ópticos y hospitalarios, siendo sus principales destinos Estados Unidos 17,7 %, Hong Kong 14,1 %, Japón 7,8 % y Corea del Sur.