Jueves
20 de Noviembre  2025 

Árbol del pan, entre ciencia y perspectivas


Jueves 20 de Noviembre de 2025 | 12:47:03 AM 

Autor

Raquel Sierra

Los Artocarpus, entre ellos, el árbol del pan o frutipán, apenas comienzan a abrirse pasos en la gastronomía de Cuba, donde han surgido recetas de platos diversos y postres. Sin embargo, su consumo en diferentes partes y culturas del mundo evidencia un potencial que ha sabido anticipar la investigación, con mayor fuerza en la Isla de la Juventud.

Cultivados en las islas del Pacífico durante casi tres milenios, se domesticó a partir del A. camansi blanco (nuez del pan o fruta del pan) en Nueva Guinea y en las isla aledañas. Algunos cultivares polinesios sin semilla se distribuyeron al Caribe, junto con el árbol del pan hacia finales del siglo XVI.

Estas especies se encuentran distribuidas en la segunda mayor ínsula de este archipiélago y el árbol del pan (Artocarpusaltilis Parkinson Fosberg), es una de las más extendidas. Esta planta puede vivir 80 años  y más. “Desde que comenzaron los estudios en la Isla de la Juventud, en el 2016, ha tenido una secuencia de trabajo y una cantidad de productos que se elaboran a partir del fruto y de la harina, en función de crear recetas que puedan ser consumidas por los niños celiacos”, declaró Marlene García Collado, investigadora del Instituto de Investigaciones en Fruticultura Tropical.

Las personas que padecen esa patología no pueden comer productos elaborados con gluten y como la fruta del pan, su harina, libre de gluten, da la posibilidad de hacer diversos productos culinarios que le permiten desayunar, merendar  y almorzar a estos niños, dijo García Collado.  “Nos dimos a la tarea de hacer una exposición para que se conozcan en el resto del país, amén de que exista ya un proyecto que se está extendiendo, del que se están generalizando los resultados y que ahora se va a implementar en la Isla de la Juventud, en la minindustria que instalará en la localidad de Argelia-La Victoria”.

La investigadora destaca que estos resultados son el fruto de la labor de productores de la Isla de la Juventud, pioneros de todos estos resultados. “Hoy en la Isla existe  un promedio de 44 platos, que consume la población de manera normal”, señaló.

 Antes de llegar al plato

A lo largo de los años, en la segunda isla en extensión del archipiélago se han realizado estudios sobre la presencia de poblaciones de este árbol. Entre los proyectos ejecutados se encuentran Prospección y caracterización morfoagronómica del árbol del pan Artocarpusaltilis en las condiciones de clima y suelo de la Isla de la Juventud, Manejo del cultivo del árbol del pan para el desarrollo local y la seguridad alimentaria en el municipio especial y Cuba.

Según se concluyó, los artocarpus están presentes en las áreas investigadas, lo que ha facilitado que las personas se apropien del fruto y, en no pocos casos, lo incorporen de manera espontánea a la dieta pinera.

De acuerdo con García Collado, se está valorando cómo extenderlos al país. Otro proyectos en los que participó la estudiosa estuvieron enfocados, uno, en la generalización y extensión de las especies de artocarpus como contribución al desarrollo local y la soberanía alimentaria  y otro, en su multiplicación en seis localidades del país.

“La limitante que tenemos es la producción de las posturas y estamos trabajando en un proyecto que nos permita generalizar todos los resultados. Estamos trabajando con el Instituto de Investigaciones de Biotecnología de las Plantas (IIBP), de Villa Clara, garantizándole a ellos material vegetal certificado de plantas madre y creando un banco de germoplasma, que la permita a este instituto, cuando dispongan de los reactivos, establecer una metodología de la técnica in vitro”.

La investigadora sostiene que “está demostrado en el mundo que se puede obtener la producción de posturas a gran escala, pero, aplicando dicha técnica. Es un avance que tenemos y por eso se trabaja en la formulación de un proyecto que permita acceder a los reactivos, que son los más costosos”.

El proceso in vitro lleva varias fases. La primera es la de la biotecnología, y la segunda, la climatización, en la biofábrica. Después viene la de vivero. “Como es un frutal, tiene que estar en vivero un promedio de 12 meses, igual que cualquier otro frutal. Es muy longevo y esto lleva una disciplina en los tres primeros años de establecida, su longevidad depende precisamente de su manejo. Por eso es tan importante que en toda esta fase los requisitos se cumplan estrictamente con rigurosidad”, señaló.

De acuerdo con la investigadora, en ocasiones las personas abandonan las plantaciones y no llegan a atenderlas hasta el tercer año, que es cuando se produce la primera parición y en el quinto año, ya es totalmente productiva.

Por el momento, reconoció, la distribución de esta especie está muy limitada y “la cantidad que existe hoy en los diferentes lugares donde se ha localizado, no es suficiente para proporcionar a Cuba una producción de harina a gran escala”.

 ¿Vale la pena?

Algunas veces este fruto permanece en el árbol y nadie lo aprovecha No obstante, con lo que existe, se pueden elaborar platos. Entre los que se preparan en la Isla de la Juventud, pensados para la población celiaca, se encuentran fruta del pan a la Genoveva (que toma el nombre de su creadora) y fruta del pan a la mora.  “Tenemos también la pasta de bocaditos, las natillas para las meriendas, la mayonesa y la panetela,” dijo García Collado.

Para la investigadora, aunque las poblaciones no sean grandes, sería recomendable contar con pequeñas minindustrias en las diferentes provincias para garantizar, al menos, cantidades que cubran la demanda de quienes padecen la condición. “En la isla tenemos 96 y con la industria que se va a introducir, se le garantizaría un kilogramo de harina mensual a cada niño”, señaló.

Por otra parte, los subproductos que no pueden emplearse en el consumo humano, pueden procesarse para la alimentación animal. ”Una de las formas de aprovechar el residuo de la producción de la industria es haciendo todos estos subproductos que sirven como alimento animal, como es el caso de los granulados, que consumen las aves, o peletizados, para especies como los conejos.

 

Recuadro

Artocarpus

Artocarpus es un género de plantas de la familia de las moráceas. Comprende unas 60 especies distribuidas desde el este y sureste asiático hasta la Polinesia, pasando por Indonesia, Micronesia y Melanesia. El género se puede dividir en dos subgéneros: Pseudojaca y Artocarpus.

 

 

 

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