Para Cuba resulta relevante la inserción de las mieles orgánicas en el mercado. Autor: Guerrillero.cu Publicado: 25/09/2025 | 08:23 am
Aunque la fecha parezca todavía lejana, la Sociedad Cubana de Apicultores, el Centro de Investigaciones Apícolas y la Empresa Apícola Cubana preparan desde ya el VIII Congreso Cubano de Apicultura, que sesionará como parte de la Convención Internacional Agroforestal Cuba 2026.
Para su exitosa realización, convocan a representantes del mundo de la investigación, la academia, el empresariado, productores, comunicadores y otros actores clave de la cadena productiva del sector apícola a sumarse a un espacio único para el intercambio de información y experiencias sobre temas fundamentales de las ciencias apícolas.
Los temas de este VIII Congreso serán polinización y polinizadores, genética y biodiversidad, calidad de los productos apícolas, mejora y crianza de abejas, apicultura y desarrollo sostenible, sanidad e inocuidad apícola, medio ambiente y polinización, diversificación productiva y alimentación sana y las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TICs) en la apicultura, tecnología y manejo productivo.
Los caminos
Llegar al VIII Congreso no es un camino libre de contratiempos y retrocesos en la apicultura cubana que, pese a dificultades materiales y adversidades del clima, no se rinde.
Cuba aspira a recuperar la producción apícola hasta lograr niveles productivos que se le han escapado de las manos, como los del año 2021, cuando se acopió una cifra histórica de 10 528 toneladas de miel, una cota que no se obtenía desde la década de los 80.
Hacia esa meta se enfoca que el sistema apícola nacional, integrado por la Empresa Apícola Cubana, el Centro de Investigaciones Apícolas (Ciapi) y el universo de los apicultores, diseminados por toda la geografía del archipiélago. De acuerdo con Félix Cordero Álvarez, el sistema productivo incluye más de 1900 productores primarios, todos vinculados mediante contratos directos con la empresa, que reconoce su figura como agropecuarios.
Según explicó recientemente, la comercialización, tanto nacional como internacional, se diseña sobre una cadena de valor con enfoque financiero, de calidad e inocuidad, donde el productor recibe el 41 % de los ingresos generados, como un estímulo a los incrementos productivos, sin que esto perjudique la reconocida calidad de la miel cubana.
La introducción del nuevo modelo trajo en su primer mes de implementación beneficios monetarios para 432 productores, con más de 300 000 pesos, lo que les permitió reaprovisionarse y continuar su labor. El directivo de la empresa señaló que ese esquema ha tenido otros efectos, al propiciar encadenamientos con la industria nacional, por ejemplo, con el sistema empresarial del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) para la producción de bidones de plástico, lo que tributa a la sustitución de importaciones, que junto al incremento de las exportaciones es otra de las estrategias económicas que impulsa el país.
La miel es una de las estrellas de las ventas cubanas al exterior del sector agropecuario. Según Cordero Álvarez, entre el 80 % y el 90 % de la miel cubana se destina a la exportación, principalmente al mercado europeo, donde es altamente valorada.
También se proyecta insertar el producto en tiendas en divisas para generar ingresos en dólares que sostengan el comercio interno. La empresa ha implementado un esquema cerrado de financiamiento en divisas, que permite que el productor reciba directamente el beneficio económico mediante la bancarización. Un porciento considerable de esos ingresos se destina a la ciencia, buscando fortalecer la calidad productiva.
En el caso del mercado nacional, se han creado alternativas como las tiendas especializadas La Colmena, con 19 establecimientos en todo el país, aunque se reconoce que la oferta no satisface la demanda hasta la fecha.
Para Cuba resulta relevante la inserción de las mieles orgánicas en el mercado. Para el período 2025–2030, se aspira a alcanzar ingresos superiores a los 21 millones de euros, partiendo de los actuales 10 a 15 millones, y sostener una producción de 11 000 toneladas de miel de abejas. La empresa proyecta su internacionalización, buscando insertarse en cadenas globales que le permitan su ulterior desarrollo.
Para darle robustez, seguridad y diversificación a la miel, el sector ejecuta un programa inversionista que contempla la introducción de las energías renovables. En esa ruta, funcionan ya tres parques fotovoltaicos yotros dos están en proceso de terminación. A su vez, se proyecta el montaje de otros tres parques, enfocados en las plantas de beneficio.
Proyecciones al 2030
De acuerdo con el vicepresidente del Grupo Empresarial Agroforestal (GAF) Luis Moreno Melgarejo, hacia el 2030 la apicultura cubana se propone alcanzar una producción de 11 000 toneladas de miel de abejas, y de estas, exportar 8 500 anualmente para obtener ingresos estimados por 21 millones de dólares.
Otras proyecciones son garantizar nuevas tecnologías que favorezcan la sostenibilidad de las producciones con mayor valor agregado en todos los derivados de la colmena (líneas tecnológicas para obtener productos terminados del polen, propóleos, jalea real y cera); introducir y garantizar su inserción en nuevos mercados.
El GAF se propone también proyectar variantes y modelos de negocios que permitan agregar valor a las exportaciones de miel de abejas en Cuba y en otros países y maximizar los ingresos externos.