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17 de Julio  2025 

Cuba protege a las tortugas marinas

Varios tipos de quelonios están incluidos en la Lista Roja de Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza de especies amenazadas


Jueves 16 de Junio de 2016 | 12:00:00 AM 

Autor

Raquel Sierra

Cuenta la historia que las tortugas de mar han sido cazadas por los seres humanos desde el inicio de los tiempos, cuando sus poblaciones eran muy abundantes. Aunque parezca increíble, existen evidencias de que en naciones de Asia, el consumo de su carne se remonta hasta el siglo V antes de nuestra era.

Los huevos que las tortugas entierran en playas específicas, a las que regresan cada dos o tres años,  también son objeto de depredación.

Obtener su carne no es el único fin de la caza, ya  los antiguos griegos y romanos utilizaban los caparazones de las tortugas carey (Eretmochelys imbricata) para la joyería, moldeando peines, cepillos y anillos.  Hasta el día de hoy muchas culturas continúan usándolos con fines decorativos, en monturas de espejuelos,  anillos o pulseras y son tan demandadas como el marfil, los cuernos de rinoceronte y algunas pieles.

Pero resulta que, por ejemplo, desde 1996, el carey,  una de las especies que anidan en las costas cubanas, fue  incluido en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza de especies amenazadas. Según el Convenio sobre el Comercio Internacional de Especies de Fauna y Flora Salvaje Amenazadas (Cites), la captura y el comercio de estas tortugas y sus productos derivados son ilegales en muchas naciones. También lo es en Cuba.

"Pese a los esfuerzos que se hacen en las áreas protegidas, hay un nivel  grande de depredación de tortugas en muchas playas de anidación", alertó José Luis Gerhartz, asesor de conservación marina de la Empresa Nacional para la Protección de la Flora y la Fauna.

Con el propósito de protegerlas y reducir el consumo de productos procedentes de estas especies amenazadas, especialistas e instituciones cubanas desarrollan una campaña de comunicación  y educación.  "La razón es que las tortugas han sido identificadas dentro del sistema nacional de áreas protegidas y dentro de la estrategia de conservación de la biodiversidad en Cuba como un grupo de especies de singular importancia", destacó.

"El carey, que anida en la Isla, y el tinglado, que no anida pero visita las aguas cubanas, están en peligro crítico de extinción, mientras la tortuga verde y la caguama, que ponen sus huevos en nuestras costas, están en la categoría de amenaza, tanto en Cuba como por la Unión Internacional de conservación de la naturaleza", explicó.

De acuerdo con el especialista  en conservación marina, en 1994,  ante los indicios de disminución de poblaciones de  estas especies, el país canceló casi la totalidad de las pesquerías, que quedaron reducidas oficialmente a solo dos comunidades: Cocodrilo, en la Isla de la Juventud, y Nuevitas, en Camagüey, con gran tradición de captura, pero con límites de 500 careyes en el año.

Con posterioridad, la situación de las tortugas empeoró drásticamente  y la Convención  Internacional de Tráfico de Especies Amenazadas (Cites) las incorporó en su primer apéndice, con lo cual se prohibió internacionalmente el comercio de estas especies.

Como parte del Programa Nacional de Tortugas Marinas y en colaboración con el Fondo para la Vida Salvaje (WWF), se buscaron opciones para que las dos últimas comunidades que dependían de la pesca de estos animales tuvieran otro medio de vida.

Sin embargo, la venta ilegal de carne en la población y en restaurantes, donde la  ofrecen de manera ilícita como producto exótico, así como el comercio ilegal de productos elaborados con las conchas, estimulan las capturas. "La mayoría de las personas -tanto nacionales como extranjeras-, desconocen que es una especie protegida, su consumo prohibido y que hacerlo constituye un delito", sostiene Gerhartz.

A su juicio, para que disminuya la demanda también deben existir en los aeropuertos advertencias al respecto, como sucede en otros países.

Grandes pero vulnerables

Según explica el experto, para las tortugas marinas, hasta su propia biología constituye una amenaza: requieren más de 25 años para  reproducirse, además de tener muchísimos depredadores naturales. Aunque se estima que sola una de cada 1 000 llega a adulta, otras fuentes indican que la relación es de una entre 10 000.

Cuando caen accidentalmente en las redes, mueren porque al tener respiración  pulmonar necesitan subir a la superficie a  tomar aire. Por otra parte, el turismo les roba los sitios de anidación: las personas caminan por la playa y aplastan los nidos, o las tortuguitas caen en castillos de arena y mueren deshidratadas.

Las amenazan también el cambio climático. Las tortugas no heredan el sexo, este depende de la temperatura de incubación de los huevos: si es de 29 grados centígrados, hay balance entre sexos, si es por debajo, predominan los  machos sobre las hembras.

Con el calentamiento global las playas se calientan lo cual puede  implicar que haya cada vez más tortugas hembras y menos machos, con consecuencias en la reproducción.

SOS por las tortugas

El Programa Nacional de Tortugas Marinas, Protortuga, en el que trabajan desde 2010 la Empresa para la Protección de la Flora y la Fauna, el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, el Instituto Superior de Ciencia y Tecnologías Aplicadas y el Cuerpo de Guardabosques decidió lanzar una campaña de educación y comunicación social, explica Janet Forneiro, coordinadora ejecutiva nacional del programa.

Otra vía para la protección es un proyecto de vigilancia en temporada de reproducción, mediante el cual voluntarios se trasladan hacia la zona de anidación de Guanahacabibes, en el extremo occidental de Pinar del Río, para evitar el acceso ilegal, previniendo la captura de quelonios adultos y el saqueo de los huevos.

Gerhartz recomienda dejar atrás vías que no han sido exitosas y desarrollar alternativas de usos sostenibles de las tortugas marinas, que resultaron una salida en otros países. "Por ejemplo, servir de guías para mostrar la anidación y que las comunidades pudieran percibir beneficios económicos con esas especies, de modo que comprendan que las tortugas marina valen más vivas que muertas".

SOS

- Las tortugas marinas surgieron hace más de 150 millones de años.

- Solo existen siete especie y cinco de esas frecuentan los mares de Cuba

- Solo una de cada 1 000-10 000 tortuguitas llegará a adulta.

- Cada año unas 1 400 tortugas marinas visitan las playas cubanas.

- Las hembras anidan unas tres veces en un año, lo que significa la posibilidad de nacimiento de unas 290 tortuguitas.

- Por cada carey hembra que se mata para usar sus conchas se pierden en el futuro unas 4 100 tortuguitas.

- En la Isla se detectan cada año entre 150 y 350 tortugas depredadas, una pequeña parte de la matanza real de todo el archipiélago.

- En los últimos 100 años la población global de tortuga carey se ha reducido en un 80 %.

Fuente: Exposición Maravillas de la evolución

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