Autor: PL Publicado: 24/06/2025 | 08:37 pm
Mientras Estados Unidos e Israel incendian el Medio Oriente y hasta podrían provocar una Tercera Guerra Mundial con sus ataques injustificados contra la República de Irán, el Foro Económico Internacional de San Petersburgo (SPIEF) demostró que Rusia es una potencia importante en el ámbito internacional.
Con la participación de delegaciones de 140 países, la XXVII edición del evento sesionó del 18 al 21 de junio con más de 24 000 personas que mantuvieron numerosos intercambios profesionales.
El asesor del presidente Vladímir Putin y secretario ejecutivo del comité organizador del evento, Antón Kobiakov calificó el programa del foro como "muy intenso", durante el cual se firmaron 1 060 acuerdos por 80 300 millones de dólares y enfatizó que “solo hablamos de lo que no es secreto comercial".
El programa del foro incluyó más de 350 eventos, entre ellos 24 diálogos empresariales con países clave. En ese sentido, Kobiakov destacó el realizado entre Rusia y Estados Unidos que se llevó a cabo a petición de la parte estadounidense.
O sea, pese a las miles de “sanciones”, mejor dicho, extorsiones, impuestas por Washington y la Unión Europea contra el gigante euroasiático, los empresarios estadounidenses comprenden el potencial que tiene Rusia y han decidido ir a conversar.
Kobiakov se refirió al posible regreso de las compañías extranjeras que se marcharon de Rusia tras el inicio de la Operación Militar Especial en Ucrania, enfatizó que, con su salida, estas compañías causaron al país pérdidas económicas que tendrán que ser compensadas.
“Nos han causado un daño importante y ahora dicen que van a volver, y esperamos que nos lo compensen pues esa será una de las condiciones para el regreso a nuestra economía", dijo Kobiakov.
El evento que fue citado con el lema “Los valores comunes como base del crecimiento en un mundo multipolar”, subrayó el enfoque inclusivo de Rusia, en contraste con el carácter excluyente y monopolista del modelo occidental.
El programa empresarial del foro comenzó con una sesión dedicada a la cooperación económica y comercial entre los países del BRICS y los asociados del Grupo, entre los cuales se encontraban Bolivia y Cuba. Durante el foro se fortalecieron los lazos de Moscú con Latinoamérica y el Caribe mediante los diálogos Rusia-Brasil, Rusia-Cuba y Rusia-América Latina.
De esa forma se evidenció la reorientación de la política exterior rusa hacia el sur con los diálogos dedicados a la relación de Rusia con China, India, Turquía, África y el mundo árabe.
El presidente Vladímir Putin, durante una comparecencia en el Foro explicó que su país y China no forman un nuevo orden mundial, sino que solo lo formalizan.
“Ya lo hemos dicho muchas veces y quiero confirmarlo una vez más, subrayar que las relaciones ruso-chinas, sin ninguna duda, son un factor muy poderoso de estabilidad en el mundo”, agregó el mandatario.
Durante tres días se analizaron asuntos primordiales como:
La economía mundial: una nueva plataforma para el crecimiento global; La economía rusa: una nueva calidad de crecimiento; El ser humano en un mundo nuevo; El entorno para la vida; y Las tecnologías: la búsqueda del liderazgo.
En la última sesión plenaria, Putin abogó por la creación de “un nuevo modelo global de crecimiento” con un papel central para los países del grupo BRICS y sus aliados. Los miembros del Grupo, agregó, son ejemplos a seguir en áreas enfiladas al desarrollo del ser humano y en la mejora de sectores críticos como el medio ambiente, la energía, la aviación, la tecnología y la información.
Al BRICS (en un inicio Brasil, Rusia, India, China y después Sudáfrica), se han incorporado 16 naciones, conformando un bloque que representa aproximadamente el 40% de la economía mundial.
A lo largo del evento se analizaron diferentes temas que fueron desde la economía, finanzas, bienestar social, biodiversidad, hasta esferas de inversión, tecnologías, servicios logísticos y la defensa.
Los cierto es que en el Foro de San Petersburgo quedó demostrado que Rusia no esta aislada del mundo y que además su economía se abre paso pese a las enormes “sanciones” que le han impuesto las naciones Occidentales, encabezadas por Estados Unidos y la Unión Europea, para tratar de destruirla.