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Patrimonio forestal, equilibrio y cordura

El país cuenta con 3 969 090 hectáreas, el 37 % de la superficie total, dedicada a la actividad forestal


Miércoles 03 de Febrero de 2016 | 01:00:00 AM 

Autor

Raquel Sierra

Cuando Cuba ha alcanzado un índice de boscosidad  de 29,8 % del territorio nacional -resultado de una sostenida política de reforestación-, combinar el cuidado de los bosques con la explotación productiva de la madera es un reto para el sector forestal nacional.

El país cuenta con 3 969 090 hectáreas, el 37 % de la superficie total, dedicada a la actividad forestal, explica Antonio Guzmán Torres, especialista de la Dirección Forestal, Flora y Fauna Silvestre, del Ministerio de la Agricultura. De esa cifra, la zona forestal  ocupa 3 510 850 hectáreas,  el 88 %, mientras que el 12 % restante (458 000 hectáreas) son inforestal, es decir, no dedicadas a la actividad de fomento y desarrollo de bosques.

En tan amplia superficie, la complejidad es alta no solo por la extensión. Ver el bosque de lejos o solo pasear bajo su sombra, no devela todos los secretos. De acuerdo con el especialista Juan Alberto Herrero, resulta complejo por la cantidad de funciones, bienes y servicios que brinda, y la producción de madera o productos forestales no maderables, sin olvidar por un momento la conservación. En medio de escenarios de cambio climático, incendios y otras amenazas, es difícil hacer que una semilla se convierta en un árbol adulto.

Según los expertos, el terreno boscoso se compone por los bosques naturales, con 2 656 150 hectáreas que representan el 67 % del total;  y de las plantaciones establecidas, otras 522  520 hectáreas.

En 1959, la superficie cubierta de la Isla era de 13,4 %. En menos de 60 años creció más de dos veces, con lo cual Cuba se anticipó en 2014 al compromiso hecho en la Cumbre de Río de llegar a 2015 con 29,3 % de índice de boscosidad.

Existen a lo largo del territorio nacional otras 114 000 hectáreas de plantaciones jóvenes, bosques en potencia que en un plazo de tres años serán  incorporados a la superficie boscosa. Por otra parte, restan por reforestar 217 340 hectáreas, hoy consideradas  áreas deforestadas.

Más bosques, más madera

Estimados del Instituto de Planificación Física, dijo Herrero, indican que el país pudiera llegar no más allá de 32-33 % de su extensión cubierta de bosques, una cifra considerada adecuada según los parámetros internacionales. A su vez, sin que resulte una contradicción con la protección de entorno, la economía requiere incrementar la producción maderera, a partir de alcanzar rendimientos superiores.

Existen varias vías para lograrlo. De acuerdo con Guzmán, desde octubre de 2015 el Ministerio de la Agricultura decidió incorporar al desarrollo forestal más tierras del fondo de hectáreas ociosas, deficientemente explotadas o no altamente productivas, según decida la Comisión Nacional de Reforestación.

Esto daría continuidad al proceso iniciado con la aprobación del Decreto Ley 300 de entrega de tierras ociosas en usufructo, que estableció el fomento de bosques entre los usos para los cuales se entregaban a los campesinos que las solicitan.

Ya con anterioridad, Cuba había destinado importantes áreas al fomento de árboles. Amable Sáez Martínez, segundo jefe de la Dirección Forestal, Flora y Fauna Silvestre, Cuba, a diferencia de naciones donde las fronteras agrícolas avanzan sobre los bosques y selvas, tuvo un proceso inverso, cuando reorientó  áreas cañeras al desarrollo forestal, mediante la tarea Álvaro Reynoso creada para la reestructuración de la agroindustria azucarera.

Según reconoció Herrero, en general la calidad de los bosques no es la mejor, hay muchos lugares donde los rendimientos de madera es generalmente bajo, por lo que el país desarrolla un programa de fomento de plantaciones de manejo intensivo que posibilite producir la mayor cantidad de madera posible en una superficie específica, de modo que dé respuesta a la demanda. "Ese programa implica duplicar, triplicar o cuadruplicar los rendimientos actuales de las plantaciones", sostuvo el experto.

Desafíos

Llevar adelante el Programa de desarrollo forestal, que deberá actualizarse en el actual año, implica responder con celeridad a no pocos retos. Entre ellos, los especialistas del Ministerio de la Agricultura incluyen que cada poseedor de tierra logre resultados de supervivencia superiores. Hasta la fecha, la media nacional apenas alcanza el 60 %, debido a violaciones tecnológicas, mala preparación de tierras, pastoreo incontrolado y condiciones climáticas adversas, entre otras.

Otra solución para este problema sería una inversión prevista para la producción de posturas en viveros de tubetes, de forma más racional y tecnificada,  cuyo resultado dé posturas de mayor calidad, capaces de soportar condiciones extremas y aumentar los niveles de supervivencia. El sector trabaja también por lograr semillas genéticas mejoradas.

Con limitaciones en la superficie dedicada a los bosques, los expertos consideran una posibilidad y un reto convencer a las formas productivas para que empleen esas áreas como alternativa a su producción, a través de sistemas agroforestales -zonas agrícolas que pueden combinarse con árboles-, lo que va a garantizar no solo salud ambiental sino también incremento forestal, tanto en superficie como en la demandada madera.

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