La venta minorista incluye todas las acciones que se realicen para acometer las ventas de bienes o servicios directamente a los consumidores finales, para su uso personal, no relacionado con los negocios. Establecimiento minorista es cualquier entidad cuyo volumen de ventas procede, principalmente, de la venta al detalle.
Cuando una empresa vende a los consumidores finales, ya sea un mayorista, un detallista o un fabricante, está efectuando una venta al detalle; no importa cómo se venden, ni dónde se efectúa la venta.
TIPOS DE ESTABLECIMIENTOS MINORISTAS
Establecimientos especializados: Operan con una línea estrecha de productos, pero con gran especialización. Entre las unidades que más abundan, se encuentran las tiendas de moda, de artículos deportivos, mueblerías, floristerías y librerías.
Establecimientos de conveniencia: Son tiendas relativamente pequeñas localizadas en o cerca de zonas residenciales. Permanecen abiertas en horarios extensivos, los siete días de la semana y operan con productos de conveniencia, para los residentes del territorio donde se encuentra enclavada, con una alta rotación de los productos.
FUNCIONAMIENTO DE LA FRANQUICIA
Los franquiciados forman un grupo grande y unido de empresas, cuyas acciones sistemáticas son planificadas, dirigidas y controladas por el dueño del sistema.
CARACTERISTICAS
El franquiciador posee una marca comercial o de servicios y la concede mediante licencia a sus franquiciados, en contrapartida de los pagos de derechos que recibe.
El franquiciado paga por el derecho a formar parte de un sistema. El pago inicial es solo una pequeña parte del total a pagar. Los costos de la puesta en marcha incluyen alquiler y arrendamiento financiero de equipos e instalaciones, y por lo general, un gasto de obtención de licencia normal.
Posteriormente, paga una comisión de servicio del 4% de las ventas, más un alquiler mensual por el local.
El franquiciador proporciona a sus franquiciados un sistema de marketing y de operaciones para desarrollar el negocio, y los franquiciados deben someterse a ciertos procedimientos en la compra de materias primas.
Este sistema tiene sus ventajas para el franquiciador y para el franquiciado. Para el franquiciador se presenta como dueño de la licencia para cubrir determinados territorios, la motivación creada en los posibles clientes, la experiencia adquirida, así como el enorme poder de compra e influencia del franquiciador.
Los franquiciados se benefician por poder comprar en un negocio probado, con un nombre de marca conocido y aceptado. Adicionalmente, les resulta más fácil obtener préstamos de los bancos y recibir apoyos que van desde el marketing y la publicidad, hasta la selección y adiestramiento de los empleados. La explosión en el desarrollo del sistema de franquicia ha saturado el mercado doméstico en muchos territorios del mundo.
Los franquiciados se quedan a menudo ante autoridades competentes, porque los franquiciadores abusan del uso del territorio pactado con ellos, ya que abren otras tiendas que afectan sus ventas.
No existe la menor duda de que el franquiciador sale por la puerta grande de estos tipos de negocio, como por ejemplo: hoy, McDonalds tiene fuera de Estados Unidos más de 11 000 restaurantes, que representan el 60% de las ventas y beneficios de la empresa. Otro ejemplo de expansión en el extranjero es Dominos Pizza, que posee establecimientos en más de 60 países y Wendys International tiene alrededor de 700 puntos de venta en países extranjeros.
CREDITO INNECESARIO A CLIENTES DE ESTABLECIMIENTOS MINORISTAS
Hoy en día no se necesita que una tienda de cualquier tipo otorgue créditos personales, ya que las tarjetas bancarias son aceptadas por todos los comercios, y su uso para los compradores se ha generalizado en un ambiente de confianza comercial.
LE RECOMIENDO:
• Si su negocio es minorista, desarrolle doblemente sus iniciativas mercantiles.
• Establecimientos especializados no significan un gran salón con “cuartones” como los que necesita el ganado mayor.
• Uno de los aspectos más importantes de una tienda, es su libre acceso. No permita que le cierren las puertas o parte de ellas.
• Capacite a su personal en la atención al cliente, que sea un buen vendedor y no un despachador.
• Exija que los gestores y administradores permanezcan activos con sus clientes, y motivando a sus empleados en el campo de batalla de los salones de ventas.