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Tiempos de retos

El sector agroalimentario tiene importantes compromisos con el abastecimiento de alimentos para la población, el consumo social, el turismo, la sustitución de importaciones y las exportaciones pese a embates del clima y restricciones financieras


Martes 18 de Diciembre de 2018 | 01:00:00 AM 

Autor

Raquel Sierra

Sobreponerse a los embates meteorológicos,  seguir promoviendo variedades que garanticen abastecimientos escalonados a lo largo del año, adaptarse a los efectos del cambio climático, producir alimento animal alternativo, acortar el camino entre la ciencia y el surco, son algunas de las urgencias para el sector  agropecuario cubano, necesitado de incrementar las producciones.

Las consecuencias del paso por la isla del huracán Irma, en septiembre de 2017, y el paso de la tormenta Alberto, en el primer semestre de 2018, unido a restricciones financieras y deficiencias organizativas, incidieron negativamente en los resultados del sector en varios renglones durante 2018.

La mesa de cubanas y cubanos reclama de incrementos productivos en igual medida que lo requiere el consumo social en centros de salud y educación, entre otros;  el  turismo,  las exportaciones y la sustitución de importaciones. Esa verdad cada vez se torna más apremiante y para ello el país promueve el Programa de autoabastecimiento municipal de productos agrícolas, una alternativa que persigue que cada uno de los 169 municipios cubanos sea capaz de producir en sus predios viandas, hortalizas, frutas y carne de calidad para entregar establemente a su población, en una cuantía que responda a los requerimientos nutricionales de las personas, evite los traslados innecesarios y sea una forma de ejercitar la autonomía  y el protagonismo de los territorios.

El surco más cerca de la mesa

Los avances, las reservas, debilidades y potencialidades de esta estrategia, fruto del trabajo de la Comisión Agroalimentaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular, fueron analizados en reunión del grupo de diputados, previa a la segunda sesión ordinaria de la IX Legislatura. El objetivo es alcanzar 30 libras per cápita mensuales.

A juicio del diputado Sergio Rodríguez Morales, también director del Instituto de Investigaciones de Viandas Tropicales (Inivit), este programa, que tiene base científica y es dialéctico, llegó para quedarse, pues como nunca antes están las condiciones para que así sea, por ejemplo, con las estructuras de clones de diferentes surtidos –plátano, yuca, boniato y malanga, entre otros-, que garantizan cosechas escalonadas a lo largo del año.

“Es fácil producir un quintal un día en el mes, lo difícil es producir dos libras todos los días del mes y ese es el reto que tenemos”, enfatizó, recalcando la condición de país tropical, donde los huracanes pueden alternarse con sequías intensas.

Aspectos como la contratación, las variedades resistentes a la sequía y la salinidad, las semillas, el uso de bioproductos que permitan alcanzar rendimientos superiores, el manejo del agua, la exigencia de los gobiernos locales, la capacitación  y la adecuada planificación agrícola, entre otros, son temas permanentes a tener en cuenta.

Según el dictamen de la comisión, aunque se ha avanzado, todavía existen insatisfacciones de los consumidores por las bajas ofertas de hortalizas y frutas, principalmente; intermitencia en la diversidad, precios que no se corresponden con la calidad y desconfianza en los medios de pesaje.

Uno de los puntos claves dentro del programa es el acopio, donde se trabaja para fortalecer el sistema mediante la planificación de acciones dirigidas a las capitalización del transporte automotor, montaje de líneas de beneficio, mejoramiento en envases y embalajes, en logística de almacenes y la red frigorífica, adquisición de medios de pesaje y otros instrumentos de medición que aseguren la calidad y protección al consumidor, inversiones en la mini industria y tecnología que incorpora valor a los productos, amplía la oferta y la diversifica.

“La sostenibilidad del programa no depende de las importaciones, sino de lo que seamos capaces de producir”, destacó el ministro de la Agricultura Gustavo Rodríguez Rollero, quien alentó a trabajar por el control, la planificación agrícola, el fortalecimiento de las pequeñas industrias y del sistema de acopio.

Segúnel vicepresidente cubano Salvador Valdés Mesa, en medio de tensiones financieras, el país deberá crecer no solo en áreas de cultivo, sino también en el rendimiento agrícola, el incremento  del proceso de industrialización para el mejor aprovechamiento de lo producido y de la maquinaria agrícola, entre otros, para lo cual el país recibe financiamiento por  diferentes vías.

Amarrar los cabos sueltos

Según constató la comisión, la ganadería bovina  es la actividad en que menos se avanza en el sistema de la agricultura, pese al volumen de tierras dedicadas a ese fin, la infraestructura creada por el país y por los productores individuales y las potencialidades productivas para el desarrollo económico. 

En el ámbito ganadero, la comisión comprobó en las unidades de producción que hasta la fecha no se logran generalizar a todo el sector las buenas prácticas en la utilización de plantas proteicas, el aprovechamiento de los subproductos de la industria azucarera, faltan atenciones agrotécnicas en las 244 000 hectáreas de pastos artificiales, forrajes y plantas proteicas, así como las experiencias en la conservación de alimentos y producción de heno, entre otras.

Se constató que no hay percepción de riesgo de los daños de las sequías cíclicas entre los productores ganaderos, lo que se demuestra en no asegurar el alimento animal para los 365 días del año.

A su vez, se dio a conocer que el país ha realizado un esfuerzo para garantizar algunos de los medicamentos y vacunas, cuyo déficit obliga a incrementar las condiciones de bioseguridad, la reparación de molinos a viento, la instalación de 1  158 bombas solares para el abasto de agua, el rescate y la formación de nuevos inseminadores, y la adopción de medidas para evitar los accidentes por animales sueltos en las vías, entre otras acciones.

Inaplazable

Uno de los puntos de análisis de la Comisión de Atención a los Servicios fue la interrelación entre el turismo y otros sectores como el transporte, la industria alimentaria y la agricultura, donde las respuestas son aún insuficientes. Si importante es producir para llevar la alimentación a 11,2 millones de personas, para la economía cubana resulta prioritario reducir importaciones que pueden obtenerse en el país, incluidos aquellos destinados a una de las ramas que más ingresos le reporta a la nación.

“Si un sector tiene reservas ese es la agricultura”, destacó el presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Esteban Lazo Hernández, en reunión de la comisión, previa a la segunda sesión ordinaria de la IX Legislatura.

Según declaró a Opciones Ydael Pérez Brito, viceministro de la Agricultura, el mayor reto que tiene el sector de cara al turismo es producir hortalizas más allá de la época habitual. “Necesitamos estabilizar las producciones de vegetales y cítricos fuera de temporada, en invierno es más fácil, pero en el verano es mucho más complejo, por eso se requieren otras tecnologías, como la de los cultivos protegidos”, indicó.

El objetivo es minimizar las importaciones de aquellos surtidos que bien podrían producirse en el país y evitar así millonarias erogaciones de divisas, necesarias en otros programas para el desarrollo de la nación.  Para ello, dijo, no solo hay que seguir buscando inversiones, sino a su vez seguir capacitando y especializando a los productores y trabajar más en las montañas, donde se logran también hortalizas fuera de época.

“Las hectáreas de cultivos protegidos deben quedar recuperadas en su totalidad al cierre del primer semestre de 2019. Pero eso no es suficiente y hay que seguir estudiando y haciendo otras, cerca de los polos turísticos. Es una tecnología costosa, pero es la que se usa para producir en primavera las hortalizas en el país”, destacó el viceministro.

Pero, abundó, es utilizada no solo para producir fuera de temporada, sino también en época porque en no pocas ocasiones actúan negativamente las lluvias y se echan a perder los productos. “Por ello, necesitamos tecnologías seguras que permitan estabilizar las producciones a lo largo de todo el año, de lo contrario algunas veces hay mucho, y otras, nada”, apuntó Pérez Brito.

A su vez, recalcó, un reto es la logística, equipamiento refrigerado para transportación, congelación  y mantenimiento, cámara frías, por ejemplo en la empresa Frutas Selectas, para luego poder garantizar la calidad y durabilidad de las producciones.

Uno de los reclamos desde el sector del turismo y de las autoridades es la industrialización de determinados surtidos, para no tener que importarlos. En el caso de los vegetales encurtidos, aclaró Pérez Brito, se están haciendo en algunos lugares, pero es preciso elevar la excelencia y lograr insertarlos en el servicio a los turistas.

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