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Serrucharle el piso al petróleo en la agricultura

Este sector se encuentra entre los primeros consumidores de electricidad en Cuba. Generar energía mediante el uso de las fuentes renovables es una alternativa inteligente y ahorradora


Jueves 22 de Febrero de 2018 | 01:00:00 AM 

Autor

Raquel Sierra

Las líneas de desarrollo trazadas para Cuba otorgan un papel protagónico a las energías reemplazables. Llegar al 2030 con 24 % de la matriz energética nacional basada en las Fuentes Renovables de Energía (FRE) es una de las prioridades del país.

Esa es la razón por la cual ese sector ha sido uno de los de mayor despegue en la inversión extranjera a partir de la cartera de oportunidades de la nación.

Con la mirada puesta en el futuro cercano –ese que se construye en el día a día-, se da preferencia a políticas y estrategias que favorezcan la cultura sobre las FRE, así como un movimiento acelerado en su desarrollo y generalización con la acción participativa de toda la sociedad y desde todos los sectores de la economía.

Producir alimentos y energía

Entre las acciones principales del Ministerio de la Agricultura (Minag) para el 2018 se encuentra consolidar el programa de las energías renovables en cada una de las organizaciones superiores de dirección económica (OSDE).

Varias son las líneas relacionadas con el tema citado que desarrolla el Minag. Entre estas, la del biogás tiene doble propósito: por un lado, aprovechar los residuales de las unidades vacunas,  porcinas, avícolas y de ganado menor en la generación de electricidad, la cocción de alimentos y otras aplicaciones; y por otro,  evitar el vertimiento de esos desechos al medio, como una medida de protección y sostenibilidad ambiental.

La otra vertiente de esta alternativa es el tratamiento de los residuales de la cosecha del café para su empleo en la cocción de alimentos y otros usos.

El programa solar voltaico persigue el abasto de agua para la ganadería, la generación de electricidad para el abastecimiento energético de los procesos de entrega y recepción en los silos para almacenar alimentos de los sistemas de riego de  potencia de hasta 20 KW, sistemas de acuartonamiento del ganado mediante cercas eléctricas y de conservación de la leche y la instalación de tubos solares de iluminación en las plantas de procesamiento de miel.

De similar relevancia resulta el programa solar térmico que incluye el empleo de calentadores solares en los filtros sanitarios avícolas  y porcinos, en los procesos de producción lechera en las unidades ganaderas y en el secado de plantas medicinales.

Entre las prioridades se encuentra la obtención de electricidad a partir de biocombustibles con el empleo de los desechos de la industria del arroz y la actividad forestal y del marabú cercano a las plantas generadoras. De acuerdo con Conrado Moreno, Doctor en Ciencias Técnicas y profesor titular del Centro de Estudio de Tecnologías Energéticas Renovables (Ceter), existen grandes potencialidades si se introduce la caña energética, si se emplea el marabú como fuente de energía, se hace una correcta utilización de la biomasa forestal disponible como combustible para la generación y calor en la industria y se transforman las calderas que queman combustibles fósiles para la utilización del potencial de biomasa.

Otra de las alternativas estudiadas es la utilización de los residuos agrícolas del tabaco para la producción del calor necesario en la cura de las plagas, una variante que proporcionaría un proceso de calidad superior. 

El sector agropecuario cubano proyecta en su programa eólico  la instalación de molinos a viento y el abastecimiento energético mediante aerogeneradores de tres y cinco KW de potencia. En el caso del programa de biocombustibles, se prevé el montaje de plantas para su producción.

Paso a paso

Durante 2017, en la rama ganadera se instalaron 400 calentadores solares, 500 sistemas de generación eléctrica, 400  módulos de cercas eléctricas ecológicas y se recibieron de la industria nacional  151 biodigestores. La puesta en funcionamiento de estas tecnologías permite reducir el consumo de energía eléctrica generada a partir de combustibles fósiles y se garantiza el tratamiento de los residuales en las unidades dedicadas a la avicultura, porcicultura y la ganadería.

En las empresas tabacaleras Lázaro Peña y Consolación del Sur se introdujeron 25 equipos para la producción de calor destinado a la cura del tabaco, que sustituyen  el consumo directo de diésel y energía eléctrica por energía solar y biomasa.

Imprimirle un ritmo superior, en dependencia de las posibilidades financieras y elnconcordancia con la planificación, es un desafío para un sector comprometido no solo con la producción de alimentos, sino también con la de energía, mediante el uso de las alternativas que brindan las diversas fuentes renovables.

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