Villa Nueva, Gloriosa, Hato de Antonio Díaz, Dos Cayos o Santa Clara en homenaje a su patrona de Asís, lo valedero de la actual cabecera provincial de Villa Clara -una de las 14 provincias cubanas- fue la elección acertada de su instauración, tanto por escoger un recodo entre los ríos Bélico y Cubanicay, como por constituir obligado paso entre ambos extremos de la Isla.

Sin dudas la ubicación para nada al azar por aquellos primeros andariegos -se afirma que eran 177- en busca de mejor fortuna, marcó por siempre el terruño, atractivo para cualquier inversión desde aquel 15 de julio de 1689.

De Remedios llegaron con sus rebaños y trapiches, que potenciaron la fabricación de azúcar, la raspadura y el fuerte aguardiente.

Del asentamiento, la comarca, y la villa se sustentaron costumbres que devinieron tradiciones de arraigo popular como el San Juan, La Caridad, el Corpus Cristo, las veladas de la Cruz de Mayo y las de la patrona Santa Clara de Asís.

Privilegiada por su geografía, a partir del siglo XIX le asiste una vasta infraestructura industrial y agropecuaria que despuntó vertiginosa en las últimas cuatro décadas y media, en ramas tan disímiles como las industrias azucarera, básica, sideromecánica, transporte e informática, diapasón que se extiende hasta ofertas agroecológicas, textiles y biotecnológicas.

El arraigo a sus orígenes comerciales justifican la creación de un centro aglutinante y oportuno para los negocios: el recinto ferial ExpoCentro que en corto tiempo se erige en mediador imprescindible desde su apertura el 9 de mayo de 2002, con una convocatoria anual cada vez más atractiva para nacionales y foráneos.

DE LA LEYENDA

Entre los sucesos que el tiempo vela para resurgir con cierto viso de leyenda, Santa Clara exhibe la declaratoria oficial de guerra, en nombre del Cabildo a la otrora potencia militar inglesa .

La rebeldía local tuvo otro momento sublime en 1762 cuando un grupo de residentes se incorpora a la defensa de La Habana asediada por la flota inglesa, respuesta que tiene sus antecedentes dos décadas atrás cuando con igual hidalguía se incorporan a la defensa de Guantánamo frente al mismo adversario.

Los santaclareños tempranamente se involucran en acciones conspirativas contra la metrópoli española, como lo testimonia la Junta Revolucionaria de Villa Clara, que protagoniza el alzamiento de San Gil el 6 de febrero de 1869, y participan en la reunión conspirativa del Cafetal González, en Manicaragua.

Entre sus próceres resalta Marta de los Ángeles Abreu de Estévez, quien además de patrocinar la construcción del teatro La Caridad, la Estación de Ferrocarriles, Planta Eléctrica, y escuelas para niños desposeídos y sin amparo económico, brinda financiamiento al Ejercito Libertador, al extremo de acumular méritos suficientes como para igualar en el grado militar al Mayor General Máximo Gómez, según el criterio personal del propio jefe mambí.

Más reciente, en sus calles se escenifica una de las más determinantes acciones militares de la Guerra de Liberación, la toma de Santa Clara, comandada por el guerrillero Universo empresarial santaclareño asociado a la Cámara de ComercioErnesto Che Guevara que cataliza el triunfo definitivo de la Revolución.