El arte de multiplicar los peces pudiera llamarse a la acuicultura o piscicultura, cría de organismos acuáticos en entornos de agua salada o dulce mediante diferentes técnicas. En el caso de los peces y crustáceos el cultivo tiene lugar en estanques.
Su origen se remonta a más de 2 000 años atrás cuando ya se obtenían carpas en el Oriente por ese sistema. Después lo iniciaron los monjes de la Edad Media en Europa.
Por la década de 1970 Noruega y Escocia desarrollaron tecnologías aplicables al salmón y la trucha, y actualmente la práctica de la acuicultura se extiende a casi todos los países del planeta que disponen de una plataforma continental o franja costera y variedades de peces y mariscos adaptables a las condiciones de crianza.
Mundialmente la piscicultura se ha convertido en una gran industria y aporta alrededor de un 10 % de la captura anual de pescado, lo cual asciende a unos cien millones de toneladas. Los especialistas esperan que esta modalidad compense el agotamiento creciente de los bancos de pesca.
En Cuba se impulsa igualmente la acuicultura en todas las provincias e incluso en patios de hogares, sobre todo de las zonas rurales.
ACUABANA, UNA DE LAS MAS IMPORTANTES
Una de las más importantes empresas de esa rama en Cuba es Acuabana, ubicada en los territorios de las provincias de La Habana y de Ciudad de La Habana. Para ese fin posee un volumen de 268, 7 hectómetros cúbicos de agua y 4 474 hectáreas de espejo de agua en 12 embalses en explotación.
Acuabana cuenta con seis unidades empresariales de base, de ellas una de servicios -Servihabana- que da mantenimiento a las embarcaciones, a la industria y al transporte, y se ocupa de las compras de insumos y las gestiones administrativas.
Otras cinco son productivas: Tilapez, solo de captura, en el municipio de Jaruco; tres de captura y alevinaje; Rotipez, en Santa Cruz del Norte, Mauripez, en Bauta, y Habanapez, en el municipio capitalino de Arroyo Naranjo.
También opera Mampez, en San José de las Lajas, destina a la captura y la actividad industrial.
Las especies principales que elaboran son los ciprínidos (tencas blancas y manchadas, amuras y carpas) y las tilapias de diferentes clases en menor cantidad, porque se entregan fundamentalmente a la acuicultura familiar.
Para los ciprínidos los estanques tienen que estar preparados, chapeados y con la alimentación natural asegurada, es decir, el fitoplacton y el zooplacton, ya que son animales filtradores, o sea, filtran el agua y se quedan con el alimento en la boca.
De ahí la importancia del técnico, vigilante del buen desarrollo de estas especies hasta que obtienen la talla comercial, que en el caso de los primeros demora un promedio de ocho a nueve meses, y en los segundos algo más.
El proceso de multiplicar los peces comienza con la reproducción para obtener las larvas, paso que no realiza Acuabana ya que no dispone de suficientes hectáreas de espejos de agua ni de la infraestructura necesaria para lograrlas. Por eso las compran a Pinar del Río, Cienfuegos, Matanzas, Sancti Spíritus, Camagüey y otras provincias.
En esta entidad habanera empiezan el ciclo con la siembra de alevines en los embalses, a lo que sigue la crianza capaz de garantizar la talla y el peso comercial.
Culmina con la captura y el proceso industrial que consiste en desviscerar los pescados, quitarles la cola y la cabeza y entregarlos a las fábricas.
Sus principales clientes son PRODAL e INDAL, en cuyas instalaciones desaborizan la tenca, elaboran croquetas, medallones, perros, masa de croquetas, picadillo y otros renglones para vender en moneda nacional a la población y a organismos, principalmente de los sectores de la educación y la salud pública.
Esas empresas hacen también filetes que comercializan en divisas en los hoteles, restaurantes y la cadena DELMAR.
INDICADORES MARCHAN BIEN
Este año su plan de captura asciende a 770 toneladas métricas, lo que representa un crecimiento del 7% respecto al de 2004.
También producirán y sembrarán nueve millones de alevines, de estos, siete de ciprínidos, y prevén crecer en los de tilapia para cultivarlos en jaulas y responder a las proyecciones planteadas por el Presidente cubano Fidel Castro, en una de sus intervenciones cuando el paso del huracán Dennis.
Acuabana es, asimismo, responsable de abastecer de alevines a la acuicultura familiar. Además, compran a los pescadores deportivos pescado y ranas para el turismo.
Entre sus objetivos figuran alcanzar valores de ventas de 6,1 millones de pesos en moneda nacional y 10 900 pesos convertibles, indicadores que marchan bien, asegura Miguelina Echevarría, subdirectora de la entidad.
Para lograrlo se proponen ampliar el mercado de productos de pescadería a través de las empresas del Ministerio de Comercio Interior y llegar al ciento por ciento de la población de la provincia de La Habana.
Incrementar las producciones de fuentes propias y de pescado de PESCACUBA para la distribución a organismos y en la red de pescaderías especializadas constituyen otras metas.
La empresa cuenta con 409 trabajadores, la mayoría obreros, y todos reciben estimulación salarial si obtienen los parámetros de calidad, cumplimiento del plan y productividad.
Este colectivo coadyuva con su dedicación al avance de la acuicultura en Cuba, aportadora de alimentos nutritivos a la población. (AIN)