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20 de Julio  2025 

La economía de Rusia en pos de un desarrollo sostenible

La Federación de Rusia diseñó y ha venido aplicando un Programa Integral de Acciones,  su objetivo supremo consiste en preservar la sostenibilidad macroeconómica


Viernes 14 de Marzo de 2014 | 12:00:00 AM 

Autor

Mikhail L. Kamynin

Ya estamos en el segundo trimestre del año  2014. Cada vez nos vamos alejando más de las conmociones económico-financieras globales que tuvieron lugar hace seis años. Mas,  todavía hoy, los fenómenos negativos  generados entonces  continúan afectando de manera directa la vida cotidiana y el bienestar de millones de seres humanos. El crecimiento de la economía estadounidense, la cual era fuente originaria de la crisis, es aún bastante limitado e inestable. Según pronósticos del FMI, para finales del año en curso será inferior a 3 %. En la eurozona no se ha podido aún detener la tendencia a la recesión. Quiere decir, pues, que la economía mundial no ha logrado salir  de la prolongada  picada a la que se precipitó en 2008.

A partir de estas circunstancias, la Federación de Rusia diseñó y ha venido aplicando un Programa Integral de Acciones. Su objetivo supremo consiste en preservar la sostenibilidad macroeconómica, acelerar el ritmo de crecimiento del PIB, mantener controlables la inflación y el desempleo (actualmente a nivel de apenas 6% y 5,5% respectivamente). También se pretende elevar la competitividad mercantil y hacer de nuestro país un destino atractivo para las inversiones.

Una de las tareas clave formuladas por la Dirección de Rusia radica en la modernización integral de la economía nacional. En el mercado globalizado de hoy no se puede alcanzar el éxito sin  las tecnologías de punta más actualizadas e innovadoras. Rusia tiene qué ofrecerle al mundo  en el campo aeroespacial y el de las telecomunicaciones, así como en el área de la medicina y, por supuesto, en materia energética, líneas en las que, por cierto, estamos interactuando bilateralmente de manera activa con nuestros socios cubanos.

Desde 2012, año en el que fue creado, en Rusia  funciona con eficacia  un Consejo Económico a nivel presidencial. Fruto de sus estudios y análisis fue el Plan de Actividades que aprobó el Gobierno el verano pasado. Este instrumento incentiva la captación de capitales extranjeros hacia las esferas más promisorias de la economía rusa, propone los pasos a dar para desarrollar el mercado laboral, la formación profesional, y se plantea la tarea de eliminar las barreras administrativas superfluas.

Aprovechar al máximo las fuentes internas que puedan contribuir al  crecimiento económico es una de las soluciones que se proponen. El Estado prevé, en particular, destinar hasta 560 000 millones de rublos (unos 19 000 millones de USD) provenientes del Fondo de Bienestar Nacional a los proyectos de infraestructura de mayor envergadura. Una gran parte de esos tiene relación con el desarrollo de Siberia y el Lejano Oriente. Potenciar estos territorios, tan diversos como enormes, constituye un objetivo estratégico del Estado ruso y de la empresa privada. Entre iniciativas más ambiciosas, puede mencionarse la reconstrucción de las redes ferroviarias Transiberiana y de Baikal-Amur. La primera une a Moscú y San Petersburgo con Vladivostok, siendo todavía la más larga del mundo, con 9 288 kilómetros de extensión por toda Eurasia. La segunda, cuya longitud es de 4 287 kilómetros, atraviesa Siberia Oriental, conectando el lago Baikal con el río Amur. Se impone acometer la gigantesca tarea de crear en esta área condiciones empresariales, comparables con  las existentes  en  los mejores centros de la región Asia-Pacífico.

Otro proyecto de gran alcance es la construcción de una Circunvalación Central automotriz. Se trata de un viaducto anular de ocho carriles y  525 kilómetros de longitud total que circundará el territorio de la Región de Moscú y permitirá encauzar racionalmente los flujos del tráfico alrededor de la capital rusa.

Los propios fondos estatales de reserva citados anteriormente serán manejados mediante la llamada regla presupuestaria aprobada el pasado año. Esta norma, entre otras cosas, regula la utilización de los ingresos provenientes de la exportación de petróleo y gas en función de los intereses del Estado a largo plazo.

Se continuarán privatizando los activos estatales pero, al mismo tiempo, se prevé  salvaguardar la orientación social de la economía rusa. El incremento de las tarifas del gas, el agua, la energía eléctrica, y demás servicios públicos, estará bajo control y no superará el nivel de la inflación real. Esto, a su vez, le permitirá al Banco Central de Rusia flexibilizar escalonadamente su política monetaria y crediticia, lo que implica una reducción de las tasas de interés sobre los créditos, una reanimación de las inversiones y un incremento del consumo.

Otra cuestión de principios es la lucha contra la degradación de la base fiscal, es decir, el éxodo de capitales desde Rusia hacia  zonas más favorecidas, las llamadas "offshore". Este tema lo abordó abiertamente el presidente Vladímir Putin en su mensaje a la Asamblea Federal el 12 de diciembre pasado. Las ganancias de las compañías que sean propiedad de ciudadanos rusos, aunque estén registradas en esos paraísos fiscales, deben ser gravadas en correspondencia con las regulaciones impositivas rusas. Se prevé, además, no prestar apoyo estatal a las firmas que, de facto, son nacionales, pero  aparecen registradas en jurisdicciones extranjeras.

Al mismo tiempo, serán consecuentemente protegidos los derechos e intereses de los empresarios que honradamente desarrollen su actividad en el país. Con  estos fines, en particular, se creó una especie de  compendio-guía de iniciativas en materia empresarial. El documento incluye más de 600 puntos. Su propósito esencial es contribuir a mejorar las condiciones en que se desarrolla la actividad empresarial, y a garantizar la protección de las pequeñas y medianas empresas y  su acceso a los instrumentos de crédito.

El año 2013 quedará registrado  como el del ingreso de Rusia a la Organización Mundial del Comercio. En este sentido, Moscú se pronuncia  por una relación efectiva con sus socios de la OMC sobre la base de la cooperación mutuamente ventajosa y la  no discriminación, plataforma sobre la que también se interactúa con La Habana.

Rusia ha llegado a 2014 con el firme y profundo propósito de robustecer lo ya alcanzado en materia de desarrollo sostenible y de lograr mayores éxitos en el marco de la cooperación internacional. Esto se corresponde  totalmente con las perspectivas de relaciones con la Isla. La parte rusa tiene la voluntad política de continuar potenciando sus vínculos en la esfera material  con  Cuba, la que ha demostrado ser un probado socio estratégico. La dinámica positiva de los contactos bilaterales y sus resultados permiten mirar hacia el futuro con optimismo. (*Embajador de la Federación de Rusia en la República de Cuba)

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