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03 de Mayo  2024 

Primavera, tiempo de sembrar

En tiempos de limitaciones de recursos para lograr buenos rendimientos, la agricultura cubana debe acudir a incrementar las áreas de siembra


Martes 23 de Abril de 2024 | 12:20:18 PM 

Autor

Raquel Sierra

 

Tras concluir una tensa campaña de frío, no hubo descanso, las tierras y las fuerzas se concentraron en una nueva etapa, la de primavera, que supone un nuevo reto para el sector agrícola cubano, en medio de severas restricciones de recursos y combustible.

Esta campaña, que se inicia en marzo y concluye en agosto, tiene otras particularidades: alterna entre la temporada seca y la de lluvias, son los meses de mayor calor y evaporación, y también de ciclones. De ahí que los retos sean elevados.

En Cuba, la campaña de primavera garantiza, cada año, gran parte del consumo territorial y nacional de alimentos, lo que la convierte en un período de suma importancia. A su vez, debe responder al llamado a incrementar las producciones, para sustituir importaciones ante un aumento creciente de los precios en los mercados internacionales.

Ante la contracción de los rendimientos, en Cuba se ha adoptado como estrategia el incremento de las áreas de siembras, con el objetivo de equiparar por esta vía los volúmenes de las cosechas que se dejan de obtener por altos rendimientos por hectárea.

Desde San Antonio a Maisí

Aun en ese contexto, las diferentes provincias tienen el compromiso de sembrar y cosechar porque así lo exige la población, los sectores sociales priorizados, la industria y otros destinos. Por ejemplo, Pinar del Río prevé la plantación de unas 36 000 hectáreas en la actual etapa de primavera a pesar de las restricciones en materia de recursos. Para ello, indican fuentes del sector en el territorio, se ha adoptado una estrategia para el uso de los combustibles, de cara a cumplir el plan y lograr resultados satisfactorios.

La más occidental de las provincias cubanas llegó a la actual campaña de primavera tras una contracción en los rendimientos esperados en la papa, por ejemplo, debido a la incidencia de las precipitaciones de diciembre y enero.

El compromiso de la provincia de Cienfuegos asciende a 31 800 hectáreas, cifra similar a la campaña de frío, que se sobrecumplió en el territorio, aunque los volúmenes de producción no alcanzar para satisfacer la demanda en los mercados.

Como en otras zonas del país, una de las estrategias para la etapa es aprovechar las áreas liberadas tras la cosecha de la papa en la Empresa Agropecuaria Horquita con cultivos como el boniato y la yuca, de ciclo corto, a fin de utilizar la fertilización de fondo con laboreo mínimo, indicaron fuentes de la Delegación Provincial de la Agricultura.

Para cumplir con otros programas en la campana, entre los ocho municipios del territorio cienfueguero, se persigue sembrar de 3 200 hectáreas deyuca y otras 700 mediante el método de plátanoextrandenso.

Para la preparación de las tierras, tanto de estos renglones como para el resto, existe el aseguramiento logístico, fundamentalmente del combustible para lamaquinaria que participa en esatarea.

En Camagüey, constituye un desafío cumplir con la siembra de 27 200 hectáreas de tierra en esta temporada, dada las limitaciones que persisten en la disponibilidad de combustible, productos químicos y fertilizantes. En circunstancias semejantes, ese territorio consiguió sembrar las 27 700 hectáreas pactadas para el periodo frío, aunque no se alcanzó el rendimiento esperado en el cultivo de la yuca. En ese cultivo, la provincia tiene el compromiso de  lograr la cifra de 10 800 hectáreas.

Ante la actual situación de recursos, en los diferentes cultivos se impone el reto de consolidar el empleo de prácticas agroecológicas, entre ellas, la elaboración del compost y la materia orgánica, a partir de las potencialidades locales, toda vez que no existe disponibilidad de combustible para traslados a lugares distantes.

Esa es una de las líneas de trabajo para todos los territorios: potenciar las posibilidades de los municipios de producir aquellos productos orgánicos, biofertilizantes y medios biológicos para lograr cierta autonomía y garantizar que lo sembrado llegue a feliz término.

En el caso de Las Tunas, el llamado Balcón del Oriente cubano, tras cumplir la siembra de frío, gracias a la aplicación de diversas alternativas, el sistema de la Agricultura se ha propuesto una meta de 22 720 hectáreas, 2 592 más que en igual periodo de 2023. Ello presupone lidiar con la disponibilidad de agua, la sequía y las escasas áreas bajo riego, que no sobrepasan las 5 000 hectáreas.

En este territorio, son varias las líneas de acción para enfrentar las adversidades que impactan en el sector, por ejemplo, la preparación de tierra, de manera que sea posible aprovechar las lluvias de los meses más activos de la etapa primaveral, así destinar la mayor cantidad de áreas a la siembra de granos y viandas: 11 412 hectáreas y 6 816 hectáreas, respetivamente.

Uno de los mayores planes de siembra de esta temporada lo tiene la oriental provincia de Granma. De acuerdo con fuentes locales, el sistema de la Agricultura en la provincia de Granma prevé plantar unas 60 000 hectáreas, aun en medio de las restricciones con los recursos materiales.

El mayor peso en la producción corresponde al sector cooperativo y campesino con el potencial en tierras, experiencia y conocimiento suficientes para hacer sostenible los aportes de más alimentos y reducir los altos precios. A ellos se suman las fuerzas de la agroindustria cañero-azucarera, que desde sus unidades productoras tienen la responsabilidad de garantizar el autoabastecimiento de  los vecinos en las comunidades en que están ubicadas en ocho de los 13 municipios.

En el extremo oriental del país, en la provincia de Guantánamo, tras concluir la campaña de frío con 1 440 hectáreas sembrada por encima de lo planificado –a todas luces insuficiente ante la alta demanda-, en la de primavera se prevén 18 300, lo que representa un ligero crecimiento respecto a igual etapa precedente.

Marzo, abril y mayo son los meses de mayores volúmenes de plantaciones y el peso fundamental corresponde a las viandas y dentro de ellas, la yuca, con el incremento más importante. Los municipios de Baracoa, El Salvador, Maisí y Yateras son los más comprometidos con la siembra de esa raíz, si bien el resto también debe crecer en áreas.

La calabaza y el maíz constituyen otros renglones de mayor pujanza en la campaña, este último, con 4 000 hectáreas.En correspondencia con la mayor intensidad solar de este período se priorizarán hortalizas como quimbombó, habichuela, berenjena, pimiento, con semillas aseguradas.

Según se dio a conocer, ante el alto precio de las simientes en el mercado internacional la provincia se empeña en obtener por sus propios esfuerzos la mayor cantidad posible de ellas, principalmente de hortalizas y granos.

En ese territorio oriental, se prevé también un incremento en el cultivo del arroz, con 100 hectáreas, unas 70 más que las planificadas en igual etapa precedente.

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