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19 de Junio  2025 

Ron Varadero en mercado boliviano

Entre las bondades de la bebida destacan, en sus modalidades de Silver Dry, Varadero 3 años, Varadero 5 años y Varadero 7 años, llegados al país del altiplano mediante la empresa de Martín Bustillos


Miércoles 30 de Enero de 2013 | 01:00:00 AM 

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El ron cubano Varadero llegó a Bolivia en los últimos días con la intención de hacerse un lugar, como otras marcas conocidas de la isla antillana, según la edición digital de El Informador Boliviano.

Producido en las destilerías de la oriental ciudad de Santiago de Cuba, el Varadero mezcla la tradición de los maestros roneros cubanos con el mejor alcohol salido del jugo de la caña de azúcar, en una combinación que data de varios siglos.

Entre las bondades de la bebida destacan, en sus modalidades de Silver Dry, Varadero 3 años, Varadero 5 años y Varadero 7 años, llegados al país del altiplano mediante la empresa de Martín Bustillos.

De acuerdo con el referido sitio digital, el primer lote importado supera las 14 000 botellas, en proporciones equilibradas entre los cuatro tipos mencionados y lo mismo se podrán adquirir al por mayor que por unidades en la mayor parte del territorio boliviano.

Según El Informador Boliviano, "con esta variedad de rones se pueden preparar una gran cantidad de cócteles y de sofisticados tragos tropicales que disfrutará en momentos de esparcimiento, solo o acompañado, y le permitirán apreciar el sabor exclusivo de afamadas bebidas cubanas que han conquistado el mercado mundial".

En el mercado boliviano pueden encontrarse otros rones cubanos, entre ellos el Havana Club, desde aquellos con tres años de añejamiento hasta el llamado Selección de Maestros.

La historia de los rones cubanos está ligada a la conquista y colonización de los países de la región, incluso se dice que las primeras plantaciones de caña de azúcar llegaron de la mano de Cristóbal Colón en su segundo viaje al llamado Nuevo Mundo, procedentes de las Islas Canarias.

Luego, el clima y las fértiles tierras de Cuba hicieron que las plantaciones cañeras se extendieran por todo el país y los esclavos que trabajaban en los trapiches descubrieron que con la fermentación del jugo de la caña se conseguía una bebida capaz de alegrarles la vida y quitarles la fatiga de largas jornadas de trabajo.

Con el tiempo, el llamado aguardiente se fue perfeccionando y dio lugar a diferentes y reconocidas marcas de rones, muchas de ellas reconocidas en muchos lugares del mundo. (PL)

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