Domingo
03 de Agosto  2025 

Herramientas para mejorar el relacionamiento estratégico en las organizaciones actuales

La adecuada aplicación de estas le permite a los relacionistas públicos un desempeño eficaz en su labor. Algunas son poco conocidas en nuestro país y buscan motivación comercial, reconocimiento público o beneficio social, y otras ayudan a crear una imagen fuerte y duradera de la empresa


Jueves 16 de Agosto de 2012 | 12:00:00 AM 

Autor

Mairim Silva Rodríguez

En Relaciones Públicas (RR.PP.)  hay herramientas que ayudan a mejorar el relacionamiento estratégico de los profesionales de esta rama en las organizaciones actuales. Mediante su conocimiento y correcta aplicación, los relacionistas públicos pueden realizar una eficaz gestión gerencial y de imagen corporativa, interactuar con los públicos, trabajo en equipo, protocolo y liderazgo, entre otras acciones de significativa importancia para la empresa.

Algunas de esas herramientas son poco conocidas en nuestro país. Tal es el caso de una de las vertientes más universales de la comunicación personal denominada lobby -también conocido en español como cabildeo-, que es un diálogo donde no solo resulta importante la palabra hablada, sino también la gestualidad, el énfasis y hasta la propia personalidad del relacionista.

Este suele dirigirse fundamentalmente a líderes de opinión, que por la posición que ocupan, unida a su prestigio personal, son capaces de influir en importantes tomas de decisiones o en amplios sectores públicos. En este aspecto muchos de los líderes de opinión que se utilizan son cantantes, deportistas, actores y actrices.

El lobbista -persona encargada de exponer los intereses de la institución ante los tomadores de decisiones debe poseer ciertas cualidades como el reconocimiento y aceptación de las entidades sobre las que se desea influir, pleno conocimiento del sector en que se desempeña, capacidad de persuasión y negociación, buenas relaciones interpersonales y dominar más de un idioma, por solo citar algunas.

Iguales pero diferentes

El patrocinio, el mecenazgo y la esponsorización son otras herramientas de las RR.PP. que consisten en la entrega de recursos de diversa índole  a personas u organizaciones para el desarrollo de actividades; pero tienen ciertas diferencias.

Con el monetario, al cual algunos autores llaman "donación", se busca un reconocimiento.

La organización patrocinadora establece exigencias de comunicación mínimas, apenas para que se conozca la acción realizada. Muchas veces lo que pide a cambio es la visualización de su logotipo.

El patrocinio es el convenio entre una empresa u organización, denominada patrocinador, y otra denominada patrocinado, a fin de que este presente la marca o el producto que desea promover la entidad patrocinadora. El patrocinador suele buscar un mayor reconocimiento de su marca o producto o el posicionamiento concreto de los mismos. El patrocinado, recibe de la firma patrocinadora una contraprestación, normalmente monetaria o económica.

El mecenazgo, por su parte, es un acto de altruismo o beneficio social; ya que mediante este no se busca motivación comercial ni reconocimiento público a corto plazo. Por tanto, no impone relación directa con objetivos de comunicación.

Mientras, la esponsorización (del inglés sponsoring) domina los intereses de comunicación fundamentalmente comerciales, estableciendo exigencias muy altas y precisas, con la pretensión de tener resultados en plazos breves.

Traducir en imágenes

La identidad visual corporativa es otro de los instrumentos de Relaciones Públicas, que dimana de la organización y expresa la totalidad de la personalidad de la empresa.

En general, la identidad organizacional es la unión de su historia, filosofía de trabajo, ética, comportamientos cotidianos, cultura y normas de dirección, entre otros elementos propios de la entidad que la distinguen como singular y diferente. Constituye el conjunto de características, valores y creencias con las cuales la organización se autoidentifica y se autodiferencia de otras.

Su campo visual se desarrolla mediante un programa de diseño detalladamente estudiado y planificado, para otorgarle una imagen propia y diferenciada a la institución.

Esto no puede dejarse en manos de la improvisación o de diseñadores solamente. Las decisiones relativas al diseño solo pueden surgir coherentemente de un análisis profundo y de una decisión del más alto nivel de la empresa a partir de propuestas profesionales.

Aquí el relacionista público desempeña un papel protagónico y necesita intercambiar con un equipo multidisciplinario para arribar a conclusiones efectivas.

Una vez definidas las políticas de diseño, estas deben ponerse de manifiesto sobre todo en el nombre de la empresa, el logotipo, símbolos y emblemas, y colores corporativos, desde donde se extenderá a todos los elementos visuales.

También es necesario crear un Manual de Identidad Visual Corporativa para asegurar la correcta utilización de los elementos de este tipo y preservar así la identidad de la organización.

El uso adecuado del logotipo en la papelería de la empresa,   correos   electrónicos, señalización a la entrada, vehículos, uniformes… es fundamental para crear una imagen fuerte y duradera de la misma.

Fuente consultada:
Manual de Relaciones Públicas. Colectivo de autores, Editorial Félix Varela, 2002.

http://es.wikipwedia.org

http://www.rrppnet.com.ar

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