El criadero de cocodrilos americanos de Manzanillo muestra la abnegación del hombre por perpetuar y conservar esa especie en peligro de extinción Autor: Roberto Ruíz Publicado: 21/06/2021 | 09:24 pm
Todo un espectáculo digno de verse, sobre todo cuando los impresionantes reptiles son alimentados, tiene colorido singular en el criadero de cocodrilos americanos (Crocodylus acutus), ubicado próximo a la comunidad de San Francisco, en el municipio granmense de Manzanillo.
Este centro debe convertirse en opción turística y educativa para que niños y jóvenes adquieran conciencia plena sobre la necesidad de salvaguardar a esta especie en peligro de extinción.
Perteneciente a la Empresa Nacional para la Protección de la Flora y la Fauna (ENPFF), este centro -séptimo de su tipo en el país-, fue fundado en 1991, por el Comandante de la Revolución Guillermo García, con el fin de conservar y perpetuar al cocodrilo americano.
Mario Pérez Gómez, especialista en conservación del criadero, explicó que esta instalación cuenta con tres áreas fundamentales: reproducción, inicio y estanques de desarrollo, donde se posibilita el apareamiento natural, aunque la reproducción ocurra en cautiverio.
Aquí disponen de tres estanques de reproducción, dos de desarrollo y reemplazo y sala de inicio, subdividida en área de neonato (animales recién nacidos) y la de dos hasta seis años.
El cocodrilo americano es natural de este continente; habita en agua dulce, salobre y salada. Está presente en el sur del Golfo de México, las Antillas Mayores, excepto Puerto Rico, y las costas de América Central y del Sur en el Caribe hasta Venezuela. En el Pacífico habita en la costa de América Central y el norte de América del Sur hasta Tumbes. En Estados Unidos se localiza al extremo sur de la Florida (en el Atlántico) y en Tampa (en el Golfo de México).
En Cuba hay tres especies: el americano, el cubano, y la babilla o verdadero caimán, introducida en la Isla en la década de los años 60s del siglo pasado y que solo existe hoy en la Ciénaga de Lanier, en la Isla de la Juventud.
Especies más grandes
Según diversas publicaciones consultadas, el cocodrilo americano es la especie más grande de las cuatro existentes en el Continente, los machos pueden alcanzar hasta cuatro metros, y pesar 182 kilogramos (Kg), mientras las hembras llegan a medir hasta tres metros y pesar 73 kg. En América del Sur la media es mayor, y pueden encontrarse machos de hasta seis metros. Suelen vivir entre 50 y 60 años.
Los cocodrilos son reptiles de gran tamaño, su cabeza es ancha, aplanada y de forma triangular, con fuertes mandíbulas, con dientes muy agudos.
Al situarse los ojos y la nariz sobresaliendo en la parte superior y las aberturas de los oídos a ambos lados de la cabeza, pueden asomarse sin ser vistos ya que el resto del cuerpo queda bajo el agua. Sus ojos tienen una membrana que los protege permitiéndoles ver, como un tercer párpado y tienen, además, glándulas lagrimales que les permite expulsar el exceso de sal de su cuerpo con lágrimas (de ahí la expresión popular de lágrimas de cocodrilo).
El dorso del cuerpo está cubierto de placas óseas y en la región abdominal y lateral tienen escamas. Presentan cuatro miembros locomotores y su cola es gruesa en la base y comprimida en el extremo. Este es el órgano más importante para la propulsión ya que mientras nada, los miembros anteriores y posteriores permanecen pegados al cuerpo.
Los ejemplares más pequeños pueden correr algo, e incluso los más grandes son capaces de -durante un corto tiempo- ir a cierta velocidad inesperada. Aunque suelen arrastrarse, pueden levantar el vientre del suelo.
Mientras los más pequeños son de color verde oscuro con un dibujo de bandas en la cola y la espalda, los jóvenes son verde oliva sin estas bandas y los adultos son grises en el dorso y de blanco a amarillo en el vientre.
Devolverlos a su hábitat
Pérez Gómez destacó que ya cuentan con reproductores de 20 años de edad, los cuales contribuyen al desarrollo controlado de esta especie que casi se extingue debido a su caza indiscriminada, por lo que en varios países, incluido Cuba, se decretaron legislaciones para prohibir su captura, a la vez que se protegió su hábitat.
El especialista comentó que mantienen el propósito de ir devolviendo animales de este tipo al medio natural para repoblar las áreas donde estuvieron presentes en épocas pasadas. En la provincia Granma ya se han ubicado, con todo éxito, algunos ejemplares en zonas propicias de los municipios de Pilón y Niquero.
Según informó Mercedes Linares Rodríguez, técnica en recursos humanos de la entidad manzanillera, integran el colectivo 60 personas, entre ellas siete técnicos, 53 trabajadores que atienden directamente a los animales y las áreas verdes, la poda (regulación de las sombras) y otras actividades, la mayoría en las comunidades vecinas San Francisco, El Congo, Los Letreros y Calicito.
Áreas protegidas
En Cuba, la reserva natural, los parques nacionales y otras áreas protegidas se encuentran bajo el auspicio del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA) y su administración por el Ministerio de la Agricultura (MINAGRI), que cuenta con la ENPFF.
Dicha organización maneja y administra actualmente cerca de 50 áreas protegidas dispersas a lo largo de Cuba y sus aguas territoriales, las cuales cubren aproximadamente 868 800 hectáreas.
Estas son una gran variedad de ecosistemas de alto valor, pues constituye una clara representación de la naturaleza cubana, su carácter, su fragilidad, su estado de conservación y biodiversidad. Comprenden las cimas más altas de las partes orientales y occidentales del territorio nacional, incluida la Isla de la Juventud.
También alcanzan algunos de los arrecifes costeros más sensibles de Cuba; los cayos e islas son incluidos dentro de este sistema de reservas. Cada área protegida se asigna a un nivel de dirección apropiado de acuerdo con su importancia: local o nacional.
Cuatro son los parques nacionales, tres están clasificadas como reservas ecológicas; cinco, reservas manejadas para las plantas, una es considerada área de belleza del paisaje, dieciséis son reservas de fauna, una fue declarada como monumento natural excelente, y diecisiete constituyen áreas protegidas para los recursos manejados.