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Valora Nobel estadounidense desarrollo de la biotecnología cubana

Afirmó en la capital cubana, el biólogo norteamericano Peter Agre, Premio Nobel de Química, quien participa en el Congreso de Biotecnología, dedicado a las aplicaciones médicas en esta rama y a los resultados más recientes en el desarrollo de vacunas preventivas y terapéuticas para el tratamiento de enfermedades crónicas y agudas, el cual concluye hoy en el Palacio de Convenciones de La Habana


Jueves 08 de Marzo de 2012 | 01:00:00 AM 

Autor

Ledys Camacho Casado

Cuba es un magnífico ejemplo de cómo se pueden integrar el conocimiento y la investigación científica, según reconoció el biólogo y profesor estadounidense Peter Agre, Premio Nobel de Química 2003, quien se refirió a los retos inmediatos y futuros que enfrenta la humanidad, ante las contradictorias diferencias en un mundo cada vez más globalizado y en medio de una crisis global que alcanza severas magnitudes.

Agre, nombrado Presidente de Honor de Biotecnología Habana 2012, exaltó los aportes de la nación caribeña en esta rama, en beneficio de la salud de sus habitantes y de otros pueblos, y la prioridad que dan las autoridades de la Isla a la prevención de enfermedades para  incrementar la calidad y expectativas de vida, que alcanza hoy casi 80 años de edad.

El también director del Instituto de Investigaciones sobre malaria Johns Hopkins, tiene la convicción de que la ciencia es impredecible, y por tanto no se pueden prever todas las variantes en una investigación. Precisamente, su descubrimiento de los canales de agua en la membrana celular (nombrados acuaporinas), resulta de gran impacto en diversos campos de la medicina, como en las indagaciones sobre varias enfermedades, entre estas la malaria y la diabetes.

Al subrayar la necesidad de identificar posibilidades y oportunidades para promover la colaboración científica, el académico norteamericano ponderó los resultados de la ínsula antillana en la investigación, desarrollo y producción de medicamentos, algunos únicos en el orbe, que benefician a pacientes cubanos y de otras latitudes.

Consideró que una de las grandes expectativas creadas con la revolución científica es la capacidad de tomar una información biológica y desarrollar a partir de ella diversos tratamientos, fármacos de avanzada, y métodos cada vez más efectivos de diagnóstico.

Calificó como un suceso muy relevante el desarrollo de la biotecnología cubana, y precisó que le gustaría mucho poder constatar dentro de unos años al resultado final e impacto de los promisorios proyectos de investigación, experimentos y ensayos ejecutados para la obtención de medicamentos, fármacos y vacunas como la pentavalente, que ya forma parte del programa nacional de inmunización.

"El patrimonio más grande de Cuba hoy son sus científicos jóvenes, con un valor mayor incluso que el de los resultados que se exhiben en este evento", indicó Agre, al evaluar el potencial, rigor y nivel de esta rama en el país antillano, donde ha podido observar una favorable motivación y entusiasmo entre quienes hacen ciencia.

"En ese sentido, tenemos mucho que aprender de ustedes", subrayó el estudioso, al enfatizar en cuanto a las marcadas diferencias entre el mundo desarrollado y los menos avanzados en materia tecnológica, que esta isla caribeña es un ejemplo de cuánto se puede lograr y cuán lejos somos capaces de llegar en este campo, en contraposición a la actuación de las transnacionales que monopolizan la industria biotecnológica y la convierten en un gran negocio.

"Este país es una lección maravillosa de cómo se puede integrar el conocimiento y la investigación científica, que incluye la búsqueda de complejas vacunas y el impulso de una medicina preventiva, de modo que se alcancen indicadores de salud de calidad.

"La ciencia puede ser beneficiosa, en tanto sea empleada para fines positivos, pues esta solo provee la verdad, la explicación. El uso que se haga de ella depende del hombre y las decisiones que tome para su aplicación, porque no es lo mismo el desarrollo y la investigación de la energía nuclear con fines pacíficos, que su implementación para la fabricación de armas. Ante todo debe haber conciencia pública y política de los perjuicios o males que acarrean estos avances para el equilibrio de la sociedad", puntualizó el experto.

"Cuba es un ejemplo del avance que se puede alcanzar desde un país aún en vías de desarrollo. Tienen importantes proyectos de investigación en vacunas, y tras el triunfo de la Revolución han tenido un avance tremendo que ha permitido erradicar enfermedades como la malaria, tan frecuente en otras naciones, entre ellas Haití, a pocos kilómetros de acá.

"No se trata solo del despliegue tecnológico y científico, también se requieren buenas normas y estrategias de salud más certeras. Aquí he visto que tienen un programa nacional para enfermedades como el dengue, con acciones de fumigación y medidas preventivas", acotó.

El científico señaló que la ciencia y sus hombres en todo el mundo tienen frente a sí grandes retos, entre ellos la persistencia de enfermedades como la polio, la viruela, el VIH, entre otras de gran incidencia, que son muy complejas en su prevención y tratamiento.

En cuanto a su optimismo sobre la posibilidad de una colaboración científica entre Cuba y EE.UU, manifestó que es ridículo que algunos políticos estadounidenses sigan encasillados en ver a esta Isla como su enemigo, pues es evidente que nos necesitamos unos a otros...solo con la ciencia y la amistad podremos hacer un mundo mejor, concluyó.

El Congreso Biotecnología Habana 2012, que culmina hoy, contó con la participación de más de 600 delegados de 41 naciones, y ha permitido constatar cómo Cuba tiene la industria biotecnológica mejor establecida entre los países en vías de desarrollo.

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