Con sistema de rebombeo hacia la última etapa de lavado de la tecnología de lixiviación ácida a presión, es precisamente captar el níquel y el cobalto, lo cual redunda en el mejoramiento de la eficiencia extractiva Autor: Internet Publicado: 21/06/2021 | 09:16 pm
El ingeniero Carlos Rodón, jefe del complejo presa de Colas-Piscina Sur de la subdirección de Minas de la entidad, explicó que se trata de un depósito el cual permite recuperar aguas industriales y reinsertarlas al esquema metalúrgico.
Ese vital líquido, agregó, llega hasta la colindante presa de Colas, final del proceso de extracción de concentrados mixtos de sulfuros de níquel más cobalto, acompañado por sólidos que se precipitan, pero en esas viajan contenidos metálicos útiles. El objetivo principal de la construcción de esa instalación, con sistema de rebombeo hacia la última etapa de lavado de la tecnología de lixiviación ácida a presión, es precisamente captar el níquel y el cobalto, lo cual redunda en el mejoramiento de la eficiencia extractiva de la fábrica en 1% aproximadamente, precisó.
También genera adicionalmente un importante ahorro de agua para el proceso fabril, recurso deficitario a escala global y, por añadidura, representa un beneficio medioambiental nada despreciable al propiciar el ciclo cerrado de operación y no contaminar el entorno.
A la presa de Colas, apuntó, fluyen a diario unas 20 000 toneladas de deshechos líquido-fangosos, cerca de 60 % es agua con altos contenidos también de sustancias ácidas agresivas.
De ahí que, subrayó, la primera característica de la Piscina Sur es que su fondo y taludes están cubiertos por capas de polietileno de alta densidad (PAD) de 1,5 milímetros de grosor para impedir las infiltraciones hacia el manto freático.
La Piscina en su conjunto, añadió Rodón, toma el agua por gravedad mediante un sifón, ocupa el área de 11 hectáreas de terreno, tiene capacidad para embalsar 400 000 metros cúbicos m3 y profundidad máxima de seis metros.
Con cota de vertimiento a 22 metros de altura, hasta ahora solamente alcanzada en eventos de lluvias intensas, la descarga de los excedentes de agua se concibió drenen hacia el cercano arroyo Los Lirios, el río Moa y finalmente al mar, señaló.
Recordó que el reservorio, situado justamente al Sur de Moa, fue construido por la brigada del departamento Presa de Colas de la propia industria en todo lo concerniente al movimiento de tierra (más de 200 000 m3 cúbicos entre excavación y construcción de diques) y por una entidad chilena especializada en esos menesteres.
Con la valiosa ayuda de 12 obreros cubanos, refirió, fue instalado el forro de los taludes y el fondo con 102 000 m2 de mantas de PAD en 45 días de labor. La construcción de la Piscina comenzó el primero de enero de 2009 y estuvo completamente lista el 31 de agosto de ese año.
Otro momento no menos importante fue la instalación sobre pontones de la estación de bombeo, cuando la piscina ya tenia 60 % de su capacidad de agua almacenada, lo cual permite extraer entre 2 000 y 2 400 galones de ese líquido por minuto.
La estación comenzó a operar el tres de enero de 2010 y es accionada y regulada mediante el principio de mando a distancia digital desde la relativamente distante industria, por lo cual la cantidad de trabajadores in situ es mínima.
Rodón comentó finalmente que el agua antes de ingresar a la piscina pasa por el proceso elemental de clarificación para reducir su turbidez. Antes, este líquido se drenaba directo al río Moa o al Arroyo los Lirios; otra parte se evaporaba y el metal contenido terminaba en el mar o quedaba en las Colas. Todo era pérdida. Ahora ocurre lo contrario gracias a esta válida y oportuna inversión.
Hoy suman más de 500 días en servicio, lapso en que reportaron aportes a la entidad que rondan los 11 millones de dólares. Mientras, dejaron de ingresar al medioambiente más de 4 250 000 m3 de agua ácida altamente contaminante. Y ese es el principal aporte. (AIN)
