Quietud total en todo el litoral. El gran plato de agua salada invita a adentrarse en él como para no salir jamás de sus mansas olas. En tan cautivante entorno, contrastan las huellas que atestiguan cuán desmedida puede ser la locura del embate del mar contra la tierra.
A más de 20 días del paso del Ike por este litoral, aún permanece evidente la prueba de los estragos de este huracán contra el suelo firme: la arena arrancada del fondo marino se extiende, inmutable, a casi 300 metros de la orilla.
“El 80 % de las instalaciones del Polo sufrió severos daños. Las mayores averías se localizaron en la actividad turística, pues los cinco hoteles fueron embestidos por el Ike”, informó a Opciones Domingo Cisneros Rodríguez, subdelegado del MINTUR en Camagüey.
UNA MALA PASADA
No hay trabajador en todo el Polo que no se asombre de cómo todas las estructuras ligeras de los inmuebles, el atrayente guano y la carpintería, así como la cristalería, jardinería, techado y el “hechicero” paisaje del entorno, desaparecieron dejando sus restos por doquier.
“Aquí los cristales fueron forrados con madera, pero no resistieron. Al emblemático cocotero que estaba en la piscina a 20 metros de distancia, lo arrancó de raíz y nos lo puso en el mismo lobby, como para que nos recibiera", recordó Juan Barreiro, jefe de mantenimiento del Hotel Club Amigo Mayanabo, quien permaneció junto a otros compañeros durante 14 horas sin moverse de la dirección, mientras Ike arremetía.
“Nos preparamos para su llegada. Trasladamos a los turistas hacia lugares seguros, estuvimos cada segundo informándoles el porqué de la urgencia del cambio. Incluso se recogieron todos los equipos y hasta las macetas con plantas, pero no fue suficiente, la furia de los vientos nos jugó una mala pasada en las estructuras de los inmuebles”,recuerda Raidel Nápoles Castro, representante de Havanatur, en el Hotel Mayanabo.
“Yo en Camagüey, con los clientes trasladados, pude presentir, solo por instantes, como sería el desastre, pero reconozco que me quedé muy corto, aunque ahora sea otra la imagen que muestran nuestros hoteles”, explica el joven Raidel. “Esto sí estaba feo”
Si impactante es ver un paisaje “despeinado”, con hogares maltratados en su cubierta y ausencia casi total de cocoteros, palmas, pinos, manglares y hasta árboles más frondosos, que siempre regalaron su sombra, también es impresionante palpar una recuperación casi inmediata…
“A 13 días del impacto de Ike el Polo Santa Lucía reabrió sus puertas”, asevera Teresa Rodríguez Chacón, delegada de Cubanacán en Camagüey.
“Solo en la limpieza del litoral se han realizado más de 2000 viajes en carros cargadores, los que han evacuado cerca de 11000 metros cúbicos de desechos sólidos y los que aún faltan…”, destacó el subdelegado Domingo Cisneros. Pero tanto “brillo” en los hoteles ha sido posible gracias a la ayuda de miles de hombres, no solo de esta tierra costera, sino también de otras vecinas.
Vale destacar el esfuerzo de la brigada avileña que durante 15 días trabaja en los hoteles del Polo, “somos 75 hombres que nunca habíamos visto algo igual. Esto sí estaba “feo de verdad”, aprecia Alexander Lorenzo, mientras que su amigo granmense Rafael Estrada, junto a su brigada, retocaba con pintura las estructuras metálicas del Hotel Club Amigo Caracol.
El Ike al pasado
Reluce la playa Santa Lucía, y no solo en la belleza y confort de sus instalaciones, sino en palabras como las del cliente Stan Baldwin, al que 40 visitas al hotel Mayanabo no le resultan suficientes: “Digan lo que digan yo vengo a Santa Lucía, esperaba ver algún problema, pero no he visto ninguno. Los cubanos trabajan duro, pues no hay diferencia con la visita que hice el año pasado”.
Los lugareños recién casados Maritza Santa Fe y Jorge Cisneros agradecen el esfuerzo, pues ambos pensaron quedarse sin su luna de miel, “fue pospuesta la reservación por el Ike. Nosotros, que sí vivimos sus destrozos en Camagüey, no pensamos disfrutarla tan rápido”, afirmó el matrimonio.
Y para los amigos belgas Jeannine Geerarts y Waldie Ceunen, quienes por primera vez visitan a Cuba, lo ocurrido aquí es algo admirable: “Las imágenes eran fuertes y no pensamos que la recuperación fuera tan pronto. Al llamar a Cuba se nos informó que todo estaba listo, siempre dudamos, pero al ver la realidad del hotel es como si el Ike fuera cosa del pasado”.