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Jardines de la Reina: Paraíso de los peces en Cuba

Su aislamiento geográfico lo dota de un elevado endemismo, fragilidad de los ecosistemas, buen estado de los arrecifes coralinos y alta productividad de manglares y pastos marinos


Jueves 03 de Diciembre de 2015 | 01:00:00 AM 

Autor

Neisa Mesa del Toro

A varias millas de la costa sur en la región central de Cuba se encuentra el archipiélago Jardines de la Reina, el mayor y mejor conservado de los cuatro que rodean a la Isla.

Formado por 661 cayos y cayuelos, se extiende por el litoral de las centrorientales provincias de Camagüey, Ciego de Ávila y parte de Sancti Spíritus, y carece de desarrollo poblacional y de actividades humanas intensas.

Su aislamiento geográfico lo dota de un elevado endemismo, fragilidad de los ecosistemas, buen estado de los arrecifes coralinos y alta productividad de manglares y pastos marinos, aspectos que lo avalan como un laboratorio natural para la evolución de las especies.

Según Fabián Pina, director del Centro de Investigación de Ecosistemas Costeros de Cayo Coco (Ciec) e integrante del grupo que por más de 20 años estudia el litoral sur cubano, la zona es considerada como el paraíso de los peces en la Isla.

Por poseer la ictiofauna marina mejor conservada de la nación y la abundancia y talla de los peces, entre las más altas del mundo, se prohíbe la pesca comercial y cualquier otra explotación de sus recursos.

Esa área protegida de inigualable belleza  fue descubierta hace más de cinco siglos por el almirante Cristóbal Colón, quien la denominó Jardines de la Reina, en honor a la entonces monarca de España.

Especialistas cubanos desarrollan actualmente allí un proyecto encaminado a evaluar la conectividad entre los sistemas costeros del Golfo de Ana María y Jardines de la Reina, en aras de cuidar y preservar la biodiversidad.

Supervisado por el Ciec, el trabajo consiste en examinar e ilustrar los procesos ecológicos más relevantes, estudiar las variables físico-químicas y meteorológicas, así como la fauna marina y terrestre de ambos espacios naturales.

El propósito es comprobar la conexión existente entre los animales de las dos zonas geográficas para poder desarrollar planes de manejo y preservar los lugares de anidación, guaridas y alimentación; y, en general, conocer su hábitat.

Para ampliar la investigación se auxilian de censos visuales, muestreos y análisis de las especies mediante expediciones al lugar en aras de observar el comportamiento de los diferentes ejemplares en la región.

Con el apoyo de los técnicos de la estación de monitoreo y de la flota pesquera del puerto de Júcaro, comunidad más cercana a esos parajes, se recopila la información necesaria para la investigación, agregó Pina.

El Parque Nacional Jardines de la Reina abarca el Golfo de Ana María, los cayos del Medio y de Las Doce Leguas y se extiende desde la península de Casilda, en Sancti Spítitus, hasta el Golfo de Guacanayabo, en Manzanillo, aunque la mayoría de los cayos se concentran en Camagüey y Ciego de Ávila.

Está valorada como el área marina protegida más grande del Caribe, donde existen restricciones para la pesca y la caza, o se realizan el mínimo de estas actividades.

Aunque la región es muy atractiva para el turismo especializado, principalmente para la pesca deportiva y el buceo contemplativo, es necesario el cumplimiento estricto de las normas internacionales requeridas para ambas atracciones.

Los propios trabajadores y patronos de barco funcionan como vigilantes para el cuidado y la protección del entorno, controlan la pesca ilegal y tienen identificado el refugio de fauna.

Estudiosos del tema han comprobado que en Jardines de la Reina los corales se recuperan del blanqueamiento con mayor rapidez, pero se desconocen sus causas, aspecto a tener presente para futuras investigaciones.

Zona de nidificación de tortugas marinas

Indagaciones realizadas revelan que a las playas de los cayos del Parque Nacional Jardines de la Reina van a desovar tres de las siete especies de tortugas marinas existentes en el orbe: el carey, la verde y la caguama.

La Empresa para la Protección de la Flora y la Fauna y el Ciec laboran de conjunto en 15 playas de la región: marcan las nidadas y observan constantemente hasta la eclosión de los huevos para cuidar a los neonatos de los depredadores.

Juan Carlos Pina, integrante del grupo nacional del Programa Cubano de Tortugas Marinas, resaltó la importancia de proteger los nidos durante los meses de mayo a septiembre, período de reproducción del quelonio.

A los cayos de Ana María arriban grandes cantidades de ejemplares, tanto jóvenes como adultos, debido a la abundancia de alimentos en el lugar, estar situado distante de la costa y ser poco frecuentado por el hombre.

La región está catalogada como uno de los sitios de mayor anidación del carey en el Caribe, aunque la principal población de tortugas marinas de Cuba se encuentra en Guanacahabibes, provincia de Pinar del Río.

Desarrollo del turismo náutico

El excelente estado de conservación de la barrera coralina, las bellezas de la vegetación y de los fondos marinos poco profundos y con relieve irregular convierten a esos parajes en lugares perfectos para el turismo especializado.

La práctica de buceo contemplativo y la pesca recreativa de captura y liberación son actividades náuticas muy llamativas para visitantes italianos, canadienses, rusos, checos e ingleses, quienes optan por la modalidad de vida a bordo.

Esponjas, gorgóneas, moluscos, crustáceos, especies coralinas y de abanico, algas, coral negro y más de 100 variedades de peces, le conceden a la zona un alto valor estético, educativo y científico.

Para ello se dispone de unas 17 embarcaciones para la pesca y 50 puntos de buceo en todo el litoral, además del Hotel-Boat Avalon Tortuga, el cual funciona como una instalación flotante con siete cabañas para recibir a turistas cada seis días.

Variadas flora y fauna terrestres con predominio de pelícanos, gaviotas, gavilanes y carpinteros que conviven con zunzunes y bijiritas, unido a iguanas y jutías, confieren un colorido exclusivo al entorno.

Según estudios los cayos de la porción centro-occidental del archipiélago Jardines de la Reina, conocidos como el Laberinto de las Doce Leguas, se formaron por la acumulación de sedimentos sueltos, únicamente retenidos por la vegetación, en la que abundan manglares y matorrales de costas arenosas.

Son ecosistemas muy frágiles y debido a la poca extensión de tierra firme, funcionan como pequeñas islas ecológicas, ya que el material biológico está aislado de los núcleos poblacionales.

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