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Cuba, una acuarela de frutas

El Decreto Ley 259 Sobre la entrega de tierras en usufructo ha beneficiado a alrededor de 100 000 personas naturales y jurídicas con tierras ociosas para producir alimentos. La medida ha acelerado el desarrollo de frutales en la Isla.


Viernes 04 de Diciembre de 2009 | 12:00:00 AM 

Autor

Por Luis Úbeda

El archipiélago cubano, singular congregación de islas en el Mar Caribe, encierra una amplia variedad de tesoros naturales, reflejados en sus excelentes playas, abundante vegetación y una flora y fauna con notable manifestación endémica.

Como característica sui generis de nuestros suelos, en sus frutas resalta la riqueza en vitaminas, superior a las cosechadas en otras latitudes, unido a su abundancia pues maduran en diferentes épocas del año.

VARIEDADES Y PROPIEDADES

El mayor palmarés lo obtiene la piña, considerada por muchos como la reina de las frutas y soberana de los campos de Cuba, cubierta con una piel áspera de color dorado que protege a un cuerpo jugoso y dulce. Los gourmet prefieren degustarla fresca o en néctares después de ingerir alimentos, para aprovechar sus excelentes cualidades digestivas; además, es invitada permanente en deliciosos platos de la más rancia culinaria cubana.

Oriunda de China e Indochina llegó a la tierra caribeña la naranja, para ocupar un lugar cimero en la dieta de sus habitantes y de quienes nos visitan, pues muchos escogen iniciar la jornada con un vaso bien frío de su zumo.

La India aportó a la agricultura cubana el mango, fruto considerado sagrado en el país asiático, y que en la mayor de Las Antillas se presenta en las más diversas formas y variedades con un denominador común: consumirlo en cualquier instante del día.

Sobre el particular, acotemos lo siguiente: “Las frutas de El Caney”, una de las obras cumbres del compositor y escritor cubano Félix Benjamín Caignet, fueron inmortalizadas aludiendo en especial a las famosas cosechas del mango y su escenario, el pintoresco poblado de El Caney, situado a unos pocos kilómetros al este de la ciudad de Santiago de Cuba.

Al arribo de Cristóbal Colón al Nuevo Mundo, el mamey crecía en Jamaica, la isla de La Española, Puerto Rico y las Antillas Menores. Hoy es común en Cuba, la América Central y el norte de la América del Sur, y se le cultiva como un árbol frutal en muchas otras áreas tropicales y húmedas a nivel mundial.

Acerca de él, Gonzalo Fernández de Oviedo, en su “Historia general y natural de las Indias”, Libro Octavo, Capítulo XX, acotó: “La fructa deste árbol es la mejor que hay en esta isla Española: es de muy buen sabor e echa su fructa redonda, e muy redonda, por la mayor parte, e alguna algo más prolongada; [...] e sabe a melocotón o duraznos, o es de mejor sabor, salvo que no es tan zumoso como el durazno, ni huele así…”. Mención aparte merece el plátano fruta, de obligada presencia en jugos, batidos, alimentos para niños y como acompañamiento en las comidas, con propiedades que favorecen el crecimiento y desarrollo del sistema óseo.

Asimismo, cual ejercicio diario, los especialistas recomiendan la guayaba. Originaria de la América tropical, deriva del griego “psidion” (granada), por la aparente semejaza entre ambas. Se consume cruda, en compota, jaleas, jugos, mermeladas o para elaboración de dulces, y su elevado contenido de vitamina C satisface las necesidades del organismo.

Acerca del melón no está claro su origen: para algunos es de África, para otros de la India, Afganistán o China. Pero sí consta que existía ya en el Antiguo Egipto -2400 a.n.e.- y que también lo consumían los romanos en el siglo III. En España fue introducido por los árabes y Colón lo trajo al Nuevo Mundo en uno de sus viajes.

El melón es una planta herbácea, trepadora, de la familia de las Cucurbitaceae. Necesita de climas tropicales, secos, de suelos ricos en materias orgánicas, mullidos y bien drenados, como por ejemplo los de Brasil, Costa Rica, Israel, Marruecos, Honduras, Ecuador, Cuba y otros

FRUTAS Y MEDICINAS A LA VEZ

Por ejemplo, el anón, originario de las Antillas. La pulpa es blanco amarillenta y salpicada de semillas negras brillantes, cremosa, azucarada y con un marcado gusto que recuerda a la canela. Los frutos se sirven frescos como postres pero también es muy común consumirlos licuados (bebida) o en helados. Tiene propiedades nutritivas y digestivas gracias a su gran cantidad de minerales como el calcio y el fósforo y su contenido en vitamina C.

Tamarindo: De la India fue a parar a México quizá a mediados del siglo XVI. Amén de las propiedades alimenticias de su pulpa agridulce, refrescante y laxante en grandes cantidades, el tamarindo se convirtió en algo exótico, condición que prevalece hasta nuestros días para muchos habitantes del viejo continente.

Consumirlo es una manera natural de obtener los nutrientes que nuestro cuerpo necesita, por lo que se podría considerar como un excelente complemento alimenticio multivitamínico.

Por su parte, la génesis de la fruta bomba es tropical con múltiples denominaciones: melón de árbol, mamón, papaya, etc. Sin embargo, el nombre más descriptivo para este excepcional alimento es Fruta del Árbol de la Buena Salud. Ello sintetiza cabalmente sus propiedades beneficiosas.

Posee una enzima llamada papaína, de función similar a la pepsina estomacal, cuya labor es digerir proteínas. Por ello, la papaya favorece la digestión estomacal y calma la inflamación y dolor del estómago debido a que la papaína tiene propiedades analgésicas. La Fruta del Arbol… es muy rica en vitamina C por lo cual tiene un gran poder antioxidante y refuerza las defensas del organismo.

Hablemos ahora del coco, fruta comestible obtenida del cocotero, la palmera más cultivada a nivel mundial. Su origen es un tema discutido: mientras muchos consideran que proviene del sur asiático, concretamente del delta del río Ganges, otros dicen que del noroeste de América del Sur. Registros fósiles de Nueva Zelanda indican que plantas similares más pequeñas crecieron allí al menos hace 15 millones de años.

Los cocos son mencionados en el poema Mahawamsa de Sri Lanka del siglo II al I a.n.e.. El posterior Culawamasa dice que el rey Aggabodhi I (575–608) plantó un jardín de cocoteros de 3 yojanas de largo (unos 300 metros), probablemente la primera plantación de cocos registrada. Propio de las islas de clima tropical y subtropical del Océano Pacífico, su cultivo se ha extendido por Centroamérica, el Caribe y África tropical.

TERTULIAS DE ABUELAS

Desde finales del siglo XX, las abuelitas cubanas hicieron de la chirimoya y la guanábana su preferida pausa para refrescar. La primera se consume sobre todo natural. También en mixturas y refrescos y se puede usar para elaborar mermeladas, batidos o helados. La chirimoya es un alimento rico en vitaminas y minerales. Destaca por su contenido en vitaminas A y C y en fósforo y calcio. Es adecuada para personas con problemas cardíacos, hepáticos o renales.

Guanábana: No se conoce con certeza su procedencia, pero actualmente se cultiva en la América tropical, el sudeste Asiático y en las islas Filipinas. Parecida a la chirimoya, la guanábana es de la misma familia. La cáscara tiene color verde oscuro brillante, que se vuelve verde mate cuando está madura, y está cubierta de espinas. La pulpa es blanda, de color blanco aunque puede ser ligeramente amarillenta, de una textura carnosa y jugosa y un ligero sabor ácido. Es muy apreciada pues con su pulpa se preparan deliciosos helados, bebidas y confituras.

En cuanto al limón, cuyo zumo es de gran valor dietético, aporta minerales, hídricos, vitaminas y glúcidos. Se emplea para preparar bebidas refrescantes y además tiene propiedades diuréticas y facilita la digestión. La corteza se usa en perfumería, pastelería y en la confección de licores.

Otro cítrico muy apreciado es la mandarina, procedente de China e Indochina, aunque hoy Japón es su principal productor mundial, seguido de España. El fruto es rico en vitamina A y muy apreciado en los países tropicales. Se consume fresco y con él se elaboran conservas dulces.

Por su inimitable sabor, aroma, color y textura resulta ideal para consumir solo, elaborar sorbetes, tartas y mermeladas, mezclar en ensaladas e incluso cocinar como condimento de carnes y pescados…

Llamada también pomelo, la toronja es el fruto del árbol Citrus decumana, de la misma familia que la naranja, la lima y el limón, o sea de las rutáceas, y deviene combinación de naranjo amargo silvestre y cidro moruno. Por consiguiente es un agrio. Suele ingerirse natural –jugo o en rodajas- o en variadas conservas, y resulta muy sabrosa al añadírsele azúcar o miel. Originario del sudeste de China, el níspero llegó a Europa procedente de Japón en el siglo XVIII como árbol ornamental y luego saltó a la América. Su fruto es pomo con número variable de semillas (2-4) de gran tamaño que ocupan aproximadamente la mitad de su diámetro, y conserva el cáliz rodeando una depresión apical a modo de ombligo.

Por su parte, el plátano de mesa (banana, cambur, guineo y un sinnúmero de apelativos más), cuyas variedades son presencia casi obligada en los hogares cubanos, debutó en el Asia meridional, pero también hay reportes en el Mediterráneo desde el año 650.

Con toda esa oferta multicolor, los visitantes que apuestan por la Isla y sus pobladores autóctonos, tienen a su alcance una amplia gama de frutas para degustar en “la tierra más fermosa que ojos humanos vieren”, al buen decir de don Cristóbal Colón.

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