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25 de Abril  2024 

En Varadero Golf Club, deporte y belleza natural

En el entorno del peñón de San Bernardino, donde se levanta la Mansión Xanadú, conocida también en el mundo como “la casa Dupont” en Varadero, está enclavado el primer campo de golf que construyó la Revolución en la Isla.


Viernes 23 de Octubre de 2009 | 12:00:00 AM 

Autor

Bárbara Vasallo Vasallo

Luego de su primera y fructífera década, aniversario que celebran en el mes en curso, José Tovar Pineda, su director fundador, considera que ese deporte en la Península de Hicacos, a unos 120 kilómetros al Este de La Habana, crece asociado al sector turístico, y Varadero no es ajeno a ello. En el último año se jugaron en la instalación unas 35 000 rondas de golf, cifra récord en la historia del campo, que acumula en los 10 años poco más de 250 000 rondas, protagonizadas por turistas de Canadá, principal país emisor hacia el destino Cuba y uno de los cuatro donde más golfistas aparecen registrados. Varadero Golf Club, de amplia extensión, excelente césped y 18 hoyos con características requeridas para competencias del más alto nivel, se sitúa en privilegiado sitio y tiene muy cerca a emblemáticos hoteles como son Sol Palmeras, Las Américas y Meliá Varadero, operados por la afamada cadena española Sol Meliá. Esa disciplina, practicada por más de ocho millones de personas en el mundo, atrae a los visitantes que no necesitan de excepcionales condiciones físicas, ni previos entrenamientos, solo disfrutar de la competencia con la familia, amigos o en solitario, a la par de las bellezas naturales que regala el más importante polo turístico de sol y playa del país. Personalidades de los más disímiles sectores sociales, políticos, deportivos o culturales del planeta jugaron o visitaron la instalación, entre ellos se destaca el sudafricano Erni Els, uno de los más destacados golfistas del orbe. En el año 1928, el acaudalado señor francés Irene Dupont construyó su mansión en lo alto del Peñón de San Bernardino, y le agregó un pequeño campo de golf de nueve hoyos para divertir a sus amigos tan millonarios como él; pero ni siquiera imaginó que después de 80 años, se jugarían allí torneos internacionales. El Varadero Golf Club, con el verde intenso de su césped, el Hoyo 19, cómodo refugio al cual acuden ganadores y perdedores a celebrar por igual y pactar nuevas rondas, y el mar único de la península, se enorgullece de contar con las mejores bondades: combinar en perfecta armonía, deporte y belleza natural (AIN).

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