Desde los tiempos más difíciles del período especial, cuando la importación de piensos destinados a la alimentación animal comenzó a pesar en la economía cubana, el Ministerio de la Agricultura se dio a la tarea de buscar alternativas que permitieran crear una base alimentaria con productos sembrados en el suelo nacional.

En los últimos años se han venido probando y mezclando posibilidades diversas en este sentido, y aunque el camino por avanzar todavía es largo, si se tiene en cuenta que se mencionan propósitos como el lograr un elevado por ciento de autosuficiencia alimentaría, puede hablarse ya de algunos resultados.

“Por ejemplo, durante el año 2003, en la actividad porcina se produjeron 2 000 toneladas de carne de cerdo que usaron en su alimentación sustitutos como el maíz y la soya, y esto se debió a que hay áreas y factores en todo el país dedicados específicamente a producir con ese objetivo”, refirió Roberto Pires, jefe del Grupo de servicio técnico y extensionismo del Instituto de Investigaciones Porcinas.

Desde el 2001 el MINAGRI impulsa además un programa para fomentar el cultivo de otro interesante producto alternativo: el sorgo. Sobre este proyecto, estrechamente vinculado a la agricultura urbana, informa a Opciones Luis Alemán, presidente del Grupo nacional de producción popular de arroz.

“El sorgo puede llegar a cubrir entre un 60 % y un 70 % en la alimentación de los animales supliendo a los cereales tradicionalmente empleados. En toda América Central, los Estados Unidos, y en algunas naciones sudamericanas este producto ha devenido importante sustituto del trigo. Las investigaciones demuestran que tiene casi la misma cantidad de proteínas que el último, y supera ampliamente las aportadas por el maíz. A sus virtudes se añade que es un cultivo de fácil manejo y evolución, porque resulta resistente y no requiere de mucha agua para su desarrollo”, precisa Alemán.

Pero un producto con tantas virtudes no es tradicional en la Isla, aunque estudios preliminares confirmaron que en algunos sitios de la Isla sí se sembró en el pasado.

“Justo por ese motivo el programa de fomento del sorgo se irá desarrollando lentamente. Lo primero que realizamos fue un diagnóstico con productores, directivos y otras fuerzas que podrían implicarse en el tema, porque se requería una toma de conciencia con respecto a él. Después se analizaron varios factores restrictivos como el fomento de la semilla, la determinación de cómo y dónde se produciría y el sistema de organización total del cultivo”, abunda el directivo del MINAGRI.

“En estos momentos la Universidad Central de Las Villas está produciendo la semilla básica o primaria, y a partir de esta se generan simientes secundarias en nuestra granja del Instituto de Investigaciones del Arroz. También se están creando semillas en los tres CAI arroceros del país, entre algunos productores acreditados para ello, y en las fincas del proyecto de agricultura urbana. Esto ha permitido contar con unas 174 toneladas que servirán para la fase de familiarización con el cultivo.

“En la misma medida en que se trabaja para garantizar las simientes iniciales de este programa, se han comenzado a probar las 47 variedades puestas a nuestra disposición, con el objetivo de estudiarlas y usar las que más se adapten a los sistemas locales. Como parte de esto el año pasado se plantaron y lograron unas 20 caballerías de sorgo, y para el presente en algunas provincias como Villa Clara y Ciego de Avila se proponen llegar a unas 340 caballerías”, concluyó Alemán.

Aunque estas informaciones confirman que el proyecto de fomento del sorgo aún es incipiente y se encuentra en su fase inicial, la de implementar una estrategia de desarrollo, sus impulsores persiguen la idea de tener un programa con todas las de la ley, aportando un nuevo elemento que contribuya a aliviar el problema de la alimentación animal.

Se suman al proyecto varias instituciones nacionales, entre estas el Grupo Agroindustrial Pecuario Arrocero, el Grupo Porcino, la Unión de Empresas del CAN y la Organización Económica de Cultivos Varios, además de varios institutos de investigación de los sectores agrícola y alimentario.

caracterIsticas curiosas

El sorgo pertenece a la familia de las gramíneas y sus plantas pueden alcanzar una altura entre uno y dos metros. Se plantea que es originario de la India y Africa Central, pues es allí donde se encuentra la mayor diversidad de tipos. Como cultivo doméstico no tuvo mucha extensión en Europa, y sí fue muy bien acogido en América, principalmente en las zonas donde es difícil cultivar los cereales tradicionales.

Aunque surgió en los trópicos, ahora el sorgo está adaptado a zonas del Norte y el Sur bien alejadas de él, porque en su desarrollo se han creado variedades resistentes a enfermedades e insectos que junto con el mejoramiento de otras prácticas de producción lo han convertido en un importante cultivo.

Sus plantas toleran mejor la sequía y las altas temperaturas que la mayoría de los cereales, y pueden crecer bien aún bajo condiciones desfavorables del suelo, tales como la salinidad elevada. Por esa característica de ser altamente rentable en situaciones de estrés hídrico y climático extremas, ha llegado a tener una alta demanda mundial cuando en que las grandes regiones cosecheras de cereal han visto limitadas sus producciones de granos forrajeros.

En muchas regiones se emplea no solo como alimento animal, sino también para garantizar la conservación de los suelos en la rotación de los cultivos, porque brinda un gran aporte de materia orgánica, mejora sus condiciones físicas y químicas, y disminuye los riesgos de la erosión.

Investigaciones recientes corroboran además que se ha extendido su uso en la alimentación humana, tanto en la industria de la extracción para obtener almidón, alcohol y glucosa, como en la de fabricación de harina para panadería y repostería, compuestas solo por sorgo o combinadas con otros componentes.

Los estudios mAs recientes

Por estos días científicos del Servicio de Investigación Agrícola (ARS) de Kansas, en Estados Unidos, y especialistas del Centro de Investigaciones del Mercadeo y Producción de Granos de la misma región, han confirmado que el sorgo pudiera ser una alternativa para los millones de personas en el mundo diagnosticados con la enfermedad celíaca, más conocida como la intolerancia al gluten, una de las proteínas presentes en el trigo y la mayoría de los cereales tradicionales, pero no así en el sorgo.

Los resultados de sus estudios añaden igualmente que algunas variedades de este grano representan una fuente nueva e inesperada de compuestos que combaten el cáncer, como los fenoles y taninos, que muestran gran capacidad para eliminar los subproductos de los dañinos radicales libres.