Martes
19 de Marzo  2024 

Aspirante al Premio al Exportador

La empresa ha logrado la venta de un producto no tradicional, devenido fuente de ingresos para el país, un esfuerzo en el que la corporación CIMEX se alía a reconocidos creadores nacionales como Zaida del Río y Alfredo Sosabravo


Sábado 06 de Marzo de 2004 | 12:00:00 AM 

Autor

Ledys Camacho Casado

En el grupo de pequeñas empresas que optan por el Premio al Exportador’2003 se encuentra la Joyería Coral Negro, de la corporación CIMEX, que ha cumplido con creces sus metas de comercialización de un producto tan distintivo como exquisito, tan artístico como utilitario, tan valioso como imperecedero.

La única entidad del país dedicada a la joyería comenzó a exportar en el año 2001 y gracias a sus múltiples acciones con ese fin, hoy cuenta entre sus mercados a naciones como España, Panamá y Gran Bretaña.

El incremento paulatino de sus exportaciones -el año pasado alcanzaron unos 100,1 miles de USD- se ha basado fundamentalmente en la calidad de un producto difícil de comercializar por la cantidad de requerimientos medioambientales y certificaciones de garantía que impone el coral, materia prima esencial en la elaboración de las piezas.

Esas exigencias también determinan que no sea grande el movimiento en valores de una entidad como esta, enfrascada en rescatar la joyería cubana con el objetivo de vender piezas elaboradas en oro y plata con coral negro y piedras preciosas.

Los diseños de Coral Negro recrean la flora, la fauna y la arquitectura cubanas, en una obra auténticamente caribeña. Además, combina varios estilos con el propósito de rescatar y mantener la tradición joyera del país, sin dejar de incorporar a sus producciones las tendencias de lo moderno y contemporáneo que se imponen en el arte de la joyería.

La empresa ha hecho suya la tradición de las subastas, que en febrero y noviembre de cada año se celebran en el Hotel Nacional de Cuba y representan para CIMEX, más que una fiesta de comunión con lo bello, la oportunidad de consumar la venta pública de uno de los productos más originales y exclusivos de los comercializados por la compañía.

En entrevista exclusiva con este semanario, la gerente general de la división Coral Negro, Lizzel Santana Gómez, destacó el riguroso y profesional trabajo de todo el equipo involucrado en la restauración y producción de joyas, desde los tasadores, artesanos y diseñadores, hasta los encargados de la promoción y publicidad de las piezas.

Durante la V Subasta de Coral Negro, recién efectuada, la ejecutiva afirmó que hoy están en condiciones de asumir el reto de responder a las exigencias de tan selecto público (coleccionistas, hombres de negocio y personalidades de distintas esferas), gracias a la profesionalidad y esmero de los joyeros, tasadoras y de todo el grupo implicado en la organización de este encuentro.

La idea es aprovechar esta experiencia para insertarse en eventos que potencien los productos exportables cubanos, e igualmente las actividades afines al mundo delicado, exquisito y distintivo de las joyas, acompañando a su sentido utilitario y al gusto por el buen vestir, y la trascendencia cultural e histórica de cada pieza restituida.

También mantendrán la coincidencia de la subasta con las temporadas de alza turística.

La División Coral Negro -cuyas prendas están presentes en todas las cadenas de tiendas, centros comerciales y principales polos turísticos del país- cuenta con una fábrica recientemente remodelada, de tecnología de avanzada, presta a encarar los nuevos retos impuestos por el crecimiento del arribo de turistas a Cuba.

En cinco capítulos de subasta la entidad ha adquirido mucha experiencia y prestigio entre una clientela muy selecta, coleccionistas conocedores del mundo del metal y la orfebrería en su expresión más exquisita, como es el caso de las prendas, joyas y otros artículos de alto valor artístico y económico.

“Se trata de darse a conocer fuera de los marcos de las cadenas de tiendas e ir más allá de la producción de joyería fina para especializarse en la restitución de piezas de lujo, distinción y elegancia, lo que posibilita el acercamiento de Coral Negro a ese segmento de público conocedor del tema”, abundó la gerente.

El propósito -explicó- es que cada vez se incorporen más clientes para consumar esa gestión que redunda en ventas cuyas ganancias pasan a engrosar los fondos del Estado cubano a partir del aporte económico de la Corporación, a diferencia de otras subastas en el mundo, que representan intereses particulares y propiedades de personas a través de afamadas casas.

También, según la ejecutiva, la Empresa mantendrá como estrategia vincular las subastas a los más significativos eventos como la Feria Internacional del Vino, el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, la Feria Internacional de La Habana y todo otro suceso que implique movimiento turístico en el país.

DE LO NATURAL Y LO BELLO

La V Subasta pública incluyó la exhibición conjunta de los lotes a comercializar, lo que permitió a los interesados cerciorarse de la identidad y el estado de las piezas adjudicadas siempre al mejor postor.

La compañía convocó para la ocasión a hombres de negocio, empresarios y visitantes en general, quienes pudieron apreciar piezas pertenecientes a la joyería Coral Negro, fabricadas por Gorham, Wallace, Rogers, Sanborns, Pérez Cuez, Tiffany, Balestra S.R.L., correspondientes a los períodos antiguo (finales del siglo XIX), art noveau (1895-1910), art deco (1915-1935), retro (1940-1950) y moderno (1950 hasta la fecha).

Para la puja, conducida por la Gerente general de Coral Negro, los apostantes recibieron un catálogo impreso con imágenes de las joyas en subasta, y tuvieron la oportunidad de disfrutar de las piezas exhibidas en el hotel para su oportuna apreciación.

Se destacó el aporte creador de la artista de la plástica cubana Zaida del Río, quien para concretar algunos de sus sueños ofreció sus ideas, bocetos y diseños a Coral Negro, que a su vez le ha servido de soporte a la inspiración de la artista.

De aquí hasta la VI Subasta de Coral Negro en noviembre, acompañará a la entidad en estos esfuerzos por emparentar la plástica y la joyería, la obra del artista Alfredo Sosabravo: un reto para los talleres, para los joyeros, que tendrán que llevar al metal y las piedras los milagros de ese maestro e inventor de asombros, a partir de una carpeta original de sus trazos y colores.

Pudiera ser este el comienzo de una tradición en la que los artistas de la plástica se vinculan a la orfebrería en la confección de piezas, aunque se dice que por los años 50 del siglo XX hubo algunos intentos al respecto.

Ahora se trata de una marcada intención de generar una nueva proyección de trabajo con una firma totalmente cubana, como es Coral Negro, práctica que podría ser secundada por otros creadores, a quienes los directivos de CIMEX también convidan a sumarse.

La División Coral Negro, única productora y comercializadora de joyería cubana, desde su constitución en 1988 ofrece también servicios de reparación de joyas y de confección de estas por encargo, y posee una gama surtida de líneas de diseño para la conformación de aretes, anillos, gargantillas, pulsos, dijes, cruces, pasadores, broches, entre otras piezas distinguidas por su calidad y refinamiento.

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