Viernes
26 de Abril  2024 

Impactos de la Covid-19 en el comercio internacional: ¿La nueva incertidumbre? (Parte III y final)

Sobre la actualización de las perspectivas del comercio frente a la actual pandemia se concluye que, mientras para algunos se produciría un repunte parcial del intercambio mercantil y la producción mundial, para otros la solidez de la recuperación está aún en entredicho


Miércoles 07 de Octubre de 2020 | 12:00:00 AM 

Autor

Jonathán Quirós Santos

Habitualmente son varias las entidades económicas internacionales que realizan previsiones sobre la evolución del comercio mundial y ajustan sus proyecciones en el año, a veces en más de una ocasión.

En mayo, las perspectivas económicas mundiales del Banco Mundial predecían para 2020 una disminución de -13,4 % del volumen del comercio mundial de bienes y servicios, mientras la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) lo proyectaba en -9,5 % (sobre la hipótesis de un solo brote de la Covid-19).

El Fondo Monetario Internacional (FMI) actualizó en junio su informe de Perspectivas de la economía mundial de abril, y situó ahora el decrecimiento del volumen del comercio mundial de mercancías y servicios en -11,9 %, casi un punto porcentual más que la del cuarto mes del año (-11 %).

En esa última revisión anunció una disminución de los precios del petróleo de -41,1 %, y un crecimiento marginal (0,2 %) del precio ponderado de los productos básicos no combustibles, respecto al texto de abril.

No había culminado todavía el primer semestre cuando la OMC, a partir de nuevas previsiones, dio a conocer en un comunicado de prensa a fines de junio, la abrupta reducción del comercio mundial en ese lapso.

En el primer trimestre el volumen del comercio de mercancías se redujo a un ritmo del -3 % interanual y las estimaciones para el segundo trimestre, en el que las medidas de confinamiento como respuesta a la pandemia fueron casi universales, apuntan a una reducción interanual aproximada de -18,5 %, el desplome más pronunciado del que se tenga constancia.

El organismo indicó que el desempeño del comercio internacional en la primera parte del año ha estado cercano a la previsión relativamente optimista, y en el supuesto de que crezca 2,5 % como promedio en los últimos seis meses de 2020, se cumpliría la proyección menos desfavorable.

Las razones para ese moderado optimismo están basadas en la recuperación de las ventas de automóviles, a 5% interanual en mayo en China, tras una disminución de -79 % en febrero.

También en mayo, esas ventas en Europa Occidental y Estados Unidos seguían siendo muy bajas en comparación con 2019, pero la disminución fue menor que el mes anterior. Todo esto es considerado por la OMC como una medida de recuperación de la confianza por parte de los consumidores, a vigilar de cerca.

Por otro lado, las estadísticas aduaneras de China registraron en abril un incremento interanual en dólares de 30% en sus exportaciones de máquinas automáticas para tratamiento de la información, incluyendo a las computadoras personales.

En tal sentido, parece ser que el sector más resiliente al impacto de la Covid-19 es el de las tecnologías de la informática y las comunicaciones (TICs), y hay evidencias de una fuerte demanda de estos servicios, facilitadores del trabajo en casa durante los meses de aislamiento y cuarentena.  

En el caso de los vuelos comerciales mundiales, con un descenso de -74 % entre el 5 de enero y el 18 de abril, se incrementaron desde entonces nuevamente hasta mediados de junio (aproximadamente de 23 000 vuelos diarios a mediados de abril a 40 000 el 14 de junio), de acuerdo con reportes de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA).

Además, parece haber una recuperación parcial en el tráfico marítimo de contenedores en junio con respecto a los niveles de mayo, acompañado del alza de los fletes, que entre enero y julio superaban en 48% la cifra alcanzada en similar período del año anterior, como resultado de un nivel de precio más alto. Sin embargo, seis de las diez mayores navieras del mundo solicitaron ayuda financiera a sus gobiernos de origen. 

Indudablemente, entre las actividades de servicios, la de viajes ha sido la más golpeada, y el turismo el sector que ha recibido el mayor impacto por la Covid-19.

Las cifras más recientes de la Organización Mundial del Turismo (OMT), del pasado 15 de septiembre, muestran una extraordinaria caída en los arribos de turistas internacionales en junio de este año, al punto que disminuyeron           -93% con respecto a igual mes de 2019.

En los primeros seis meses de este año, la afluencia de vacacionistas internacionales se redujo 65%, un desplome sin precedentes, por el cierre de las fronteras en todos los países y las restricciones de viajes como vía de contención de la pandemia.

Ese organismo de Naciones Unidas también señaló que, si bien algunos destinos de viajes han reducido las restricciones en las últimas semanas, el impacto en el turismo para todo el año será demoledor: solo entre enero y junio el desplome de la demanda de viajes internacionales significó la pérdida de 440 millones de turistas y de alrededor de 460 000 millones de dólares en ingresos por exportación.

La última actualización de las previsiones hasta ahora disponible es el Barómetro sobre el Comercio de Mercancías de la OMC, dado a conocer el pasado 19 de agosto. Este es un indicador en tiempo real de las tendencias del comercio mundial, que combina una gama de índices parciales relacionados con esa esfera. Un índice de 100 significa una expansión del comercio acorde con las tendencias recientes, por encima de 100 un crecimiento superior a estas y por debajo de 100 implica un incremento inferior.

El de agosto parece haber registrado probablemente una caída histórica en el segundo trimestre de 2020. Su valor se ubica 15,5 puntos por debajo del valor de referencia del índice (100) y es 18,6 puntos inferior al del mismo período del año pasado.

Las cifras son las más bajas desde 2007, comparables al punto más ínfimo de la crisis global de 2008-2009. Concuerdan a grandes rasgos con las previsiones de disminución de -18,5 % del comercio de mercancías para el segundo trimestre, dadas a conocer en junio por la propia OMC.

Es lógico que todos los índices parciales del Barómetro estén por debajo de la tendencia, y aunque algunos tienden a estabilizarse, la mayoría muestra mínimos históricos. Los correspondientes a los productos de la industria del automóvil (71,8) y al transporte aéreo de carga (76,5), son los peores desde 2007.

Continúa estancado el de transporte marítimo de contenedores (86,9), mientras que los pedidos de exportación (88,4) muestran signos de recuperación (cifra con una tendencia ascendente). Los índices de componentes electrónicos (92,8) y materias primas agrícolas (92,5) han resistido relativamente bien, con leves reducciones.

En última instancia, en las proyecciones de todas las instituciones económicas internacionales se mantiene un altísimo nivel de incertidumbre. En el caso de las comerciales, no se pueden extraer conclusiones definitivas sobre la mayor o menor profundidad de la segura caída de la actividad, dadas las señales contradictorias sobre su escalada mundial en 2020.

Para algunos, se produciría un repunte parcial del comercio y la producción mundial; para otros, una suerte de “incertidumbre del alfabeto”, pues la solidez de la recuperación está en entredicho: no se puede descartar una evolución en forma de L (caída drástica y recuperación lenta, como un periodo de depresión) en vez de V (abrupta disminución, pero con recuperación más rápida).

Más allá de lo expuesto, es muy improbable una vacuna efectiva contra la pandemia antes de 2021. A la fecha, se están produciendo rebrotes de la pandemia en Europa, se mantiene la región de las Américas como el epicentro, y Estados Unidos como el país con más contagios y muertes, precisamente en un período eleccionario. En su intento de reelegirse, Donald Trump atiza de forma extrema su unilateralismo, proteccionismo comercial y los ya existentes conflictos geopolíticos para usarlos a su favor.

*El autor es Doctor en Ciencias Económicas e investigador del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial (CIEM).

Comparte esta noticia