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25 de Abril  2024 

La Eurozona se tambalea, se tambalea...

La crisis de la deuda, que ya provocó la renuncia del gobierno griego y la del primer ministro italiano Silvio Berlusconi, podría acarrear una modificación del tratado fundacional de la Eurozona, a tenor con el criterio de los especialistas


Martes 15 de Noviembre de 2011 | 01:00:00 AM 

Autor

Luis Ubeda

Aunque ninguno de los dos gobiernos lo ha admitido, recientemente el presidente francés, Nicolás Sarkozy, declaró en un discurso ante estudiantes en Estrasburgo que "el único modelo en el futuro es una Europa a dos velocidades".

No hay que ser muy listo para entender el mensaje, que revela algo de lo que se ha estado comentando hace meses: Francia y Alemania estudian la posibilidad de que alguno o más miembros abandonen el grupo y se cree uno nombrado "núcleo duro", integrado por nueve de los 17 países de la zona euro.

Incluso durante la reciente cumbre del Grupo de los 20 en la ciudad de Cannes, Francia y Alemania advirtieron a Grecia que si no aceptaba el plan de rescate acordado en Bruselas, debería abandonar la zona euro, lo que en el argot futbolístico está al borde de recibir la "tarjeta roja".

A lo anterior se añade lo declarado por la canciller federal alemán, Ángela Merkel, al asegurar que Europa ha llegado a un punto de inflexión y deben cambiar muchas cosas para lograr la estabilidad. El comentario aludía, "veladamente", a Grecia, cuya disyuntiva era "suicidarse o que la ejecuten", como sarcásticamente expresó un parlamentario heleno, e Italia, que plantea serias interrogantes sobre su viabilidad económica y financiera post Berlusconi.

A este aquelarre financiero se han sumado los analistas de los principales diarios de la región, que desde hace varias semanas vienen sugiriendo dividir la zona en dos partes, una con una moneda sólida y fuerte y otra con un euro devaluado para que las economías débiles puedan corregir sus cuentas. O sea, muy cercano a lo que tienen en mientes el dúo Merkel-Zarkozy.

En contra de esta drástica solución, en medio de los turbulentos tiempos que vive el Viejo Continente, están nada más y nada menos que José Manuel Durao Barroso, presidente de la Comisión Europea, así como el máximo representante del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy. Vaya, dos escollos muy difíciles de sortear.

Recordemos que la zona euro debutó el 1 de enero de 1999 cuando 11 países de la Unión Europea adoptaron el euro como moneda oficial. Los primeros Estados en incorporarse al grupo fueron Portugal, España, Francia, Alemania, Italia, Bélgica, Holanda, Irlanda, Finlandia, Luxemburgo y Austria. Después se sumaron de manera paulatina Grecia, Eslovenia, Chipre, la República de Malta, Eslovaquia y Estonia.

Al cabo de una docena de años, la región vive momentos de fuertes revueltas por la crisis de la deuda soberana en varios países, maximizado ahora luego de trascender que Ángela Merkel admitió que le agradaría ver que la Unión Europea tiene derecho a interferir en los presupuestos nacionales en casos extremos, donde la estabilidad del euro zona está en riesgo.

Sin embargo, el parlamento germano no ha llegado a ese extremo en sus propuestas y pide más bien que se incluyan en el tratado sanciones para aquellos que violan las reglas del déficit, lo cual implicaría el derecho a llevar a los estados ante el Tribunal Europeo para que sus presupuestos sean declarados nulos, sin interferir más en los detalles.

Con estos truenos no puedo más que coincidir con una caricatura aparecida recientemente en un diario italiano, que, sin palabras, enviaba un claro mensaje: La Eurozona se tambalea, se tambalea...

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