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25 de Abril  2024 

Expectativa en las bolsas en espera de septiembre

Algunas de las últimas subidas de tarifas de la administración de Donald Trump se programaron para entrar en vigor este primero de septiembre


Sábado 31 de Agosto de 2019 | 12:00:00 AM 

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Recientemente se ha visto un deterioro de los datos publicados por China y Alemania. En concreto, Pekín ha reducido las previsiones de crecimiento al 6 %; y Alemania (motor económico de Europa) bordea actualmente la recesión, al retroceder su economía una décima en el segundo semestre. Si bien, la puesta en marcha de programas de estímulo económico podrían limitar la ralentización, en ambos casos. El tercer país cuya situación preocupa a los mercados es Estados Unidos (EE.UU).

Uno de los motivos es que anticipan recesión en los próximos doce meses en Estados Unidos por la inversión de la curva de tipos de interés, o sea, se prevé que vengan dificultades en el corto plazo. Según opina un experto “Estados Unidos no ha sido inmune a la severa desaceleración de la producción industrial global y los volúmenes de comercio.

“El sector manufacturero de Estados Unidos ya se encuentra en una mini-recesión (definida por dos trimestres consecutivos de contracción) y las debilidades en los sectores vinculados a la economía global (incluida la fabricación, las exportaciones, el comercio mayorista y el transporte) han comenzado a afectar al mercado laboral.

“En lo que va de año, los mercados de renta variable han registrado, en general, una clase de rentabilidad que normalmente sería impensable en medio de una desaceleración de los beneficios empresariales, un ciclo económico cada vez más frágil y un entorno político que se ha vuelto tan arriesgado que los niveles de confianza de las empresas a nivel mundial se han visto erosionados. En nuestra opinión, esta rentabilidad se debe en su totalidad al giro que han dado a sus políticas monetarias los bancos centrales entre el cuarto trimestre de 2018 y la última reunión del Federal Open Market Committee (FOMC)”.

Por otra parte, la maniobra lanzada la semana última por el primer ministro británico Boris Johnson para evitar que el Parlamento vete un eventual Brexit sin acuerdo ha incrementado las posibilidades de que Reino Unido abandone el bloque europeo “a las bravas”, lo que supondría un duro golpe para los mercados, por mucho que esta noticia esté bastante anticipada.

“Con el parlamento fuera del juego, se incrementan las probabilidades de un Brexit sin acuerdo para el 31 de octubre, al limitarse el tiempo efectivo que tienen los Comunes para detener al Gobierno de este propósito. Este escenario desata las perspectivas de una profunda recesión de la economía y el consiguiente ajuste de la política monetaria, factores determinantes para una aguda depreciación de la libra esterlina”, señalan analistas.

También la guerra comercial entre EE.UU. y China persigue a los inversores desde hace tiempo ya. Sin embargo, por mucho que haya habido un reciente acercamiento entre ambas potencias, todo parece indicar que el problema no se va a desactivar en el corto plazo. Más bien al contrario, seguirá dañando los intercambios globales. 

En medio de ese panorama, las bolsas asiáticas finalizaron el viernes último con signo mixto, desinflándose tras reaccionar inicialmente en positivo gracias a las declaraciones de China, que se ha mostrado partidaria de suavizar los ánimos y de que las negociaciones comerciales lleguen a buen puerto.

El Nikkei de Japón subió 1,19 %, en tanto el banco central del país mantuvo los tipos sin cambios, como esperaban los analistas.

El Ministerio de Comercio de China dijo el jueves 29 que su país no responderá inmediatamente a las últimas subidas de tarifas de la administración de Donald Trump - algunas de las cuales están programadas para entrar en vigor el primero de septiembre venidero. El portavoz añadió que las dos partes habían estado discutiendo los detalles de las nuevas conversaciones comerciales cara a cara programadas para el próximo mes.

Esta noticia animó a las bolsas europeas y también a Wall Street, que finalizó la sesión con subidas superiores a 1 % (Dow Jones: +1,25 %; S&P: +1,27 %; Nasdaq: +1,48 %), tras el cierre positivo de la sesión anterior y después de que China y EE.UU. volvieron a rebajar las tensiones comerciales. 

El mercado se olvidó momentáneamente de que el mercado de bonos anticipa una recesión para la economía estadounidense e intenta reducir las pérdidas de agosto. Por el momento, se recuperó de las caídas superiores a 2 % del antepasado viernes. 

Hasta la fecha, el Dow Jones y el S&P 500 acumulaban caídas cercanas a 2 %, mientras el Nasdaq cedía menos de 3 %. Aunque los tres índices cotizaban claramente en positivo en su saldo anual, con subidas que superaban 12 % para el Dow, 16 % para el S&P y 19 % para el Nasdaq.

El euro se depreciaba 0,2 %, hasta 1,1055 dólares. Además, el petróleo West Texas subía 1,4 %, hasta 56,60 dólares, y encadenaba tres jornadas consecutivas de avances.

Las bolsas asiáticas finalizaron la jornada del jueves precedente con descensos contenidos y con los inversores muy pendientes de la curva de tipos en EE.UU., que se invirtió aún más durante la noche.

El Nikkei de Japón también acabó la sesión con ligeras caídas (-0,09 %), mientras que los inversores continuaban muy pendientes de las rentabilidades de los bonos del Tesoro de EE.UU. La rentabilidad del 30 años cayó a un nuevo mínimo histórico, del 1,907 %, el pasado miércoles. El diferencial entre el rendimiento del bono del Tesoro a 10 años y el bono a dos años también se amplió el miércoles último. Este fenómeno, conocido como inversión de la curva de tipos, precede históricamente a periodos de recesión.

Muchos inversores están sorprendidos de que el FTSE 100, el índice de la Bolsa de Londres, subiera sin problemas en medio del caos por la suspensión del Parlamento. El Brexit volvió a ser el centro de las preocupaciones mundiales pero los inversores lo ignoraron: el  FTSE 100 subió hasta 7 207,180 (+ 0,32 %). Hay que tener en cuenta que a las 100 compañías que componen el índice británico les pasa lo mismo que a las 35 del Ibex español: obtienen la mayoría de sus ingresos en el extranjero. En su caso, sobre todo, de Estados Unidos y de los países emergentes de Asia, lo que implica que en torno a 70 % de su facturación venga en dólares.

De hecho, el propio Banco de Inglaterra ha reconocido que el QE (Quantitative Easing, compra de activos por el banco central) de la Reserva Federal de EE.UU. afecta más a los activos británicos que el QE del propio Banco de Inglaterra.

El jueves último Wall Street cerró la jornada con signo mixto y el mes de agosto con pérdidas medias del 2%. La Bolsa de Nueva York redujo durante la última semana las caídas que había acumulado durante el mes, debido al mayor optimismo del mercado sobre las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China. 

El saldo mensual fue negativo para los índices neoyorquinos, aunque el saldo anual siguió siendo claramente positivo. El Dow Jones perdió 1,7 % en agosto, pero subió 13 % en lo que va de año. 

EE.UU. previó comenzar a aplicar el domingo último un arancel adicional de 5 % (hasta 15 %) sobre importaciones chinas valoradas en 125 000 millones de dólares, incluidos altavoces inteligentes, auriculares Bluetooh y calzado.

En este sentido, el portavoz del Ministerio de Comercio chino, Gao Feng, ha pedido a Washington que cancele estos aranceles para evitar una escalada en la guerra comercial. “Lo más importante en este momento es crear las condiciones necesarias para que ambas partes continúen las negociaciones”, ha señalado Feng.

No obstante, la Administración americana ha publicado oficialmente la entrada en vigor de los nuevos aranceles, lo que indica que la guerra comercial sigue en todo lo alto y que no habrá una solución rápida para este problema que amenaza al crecimiento mundial.

En su cuenta de Twitter, el presidente americano ha vuelto a cargar contra el organismo monetario dirigido por Jerome Powell por no bajar los tipos de interés hasta cerca de 0 %, como a él le gustaría.

Pese al buen final del mes de agosto, el banco japonés Nomura es muy pesimista sobre la evolución de Wall Street durante los próximos meses. Incluso uno de sus analistas, Masanari Takada, anticipa un desplome similar al que registró la Bolsa de Nueva York tras la quiebra de Lehman Brothers, en septiembre de 2008.

“El patrón en el sentimiento de Wall Street se parece aún más a la imagen del sentimiento en la víspera del colapso de Lehman Brothers en 2008, que marcó el inicio de la crisis financiera mundial”, ha remarcado Takada. Para este experto, lo correcto sería aprovechar cualquier rally en las bolsas como “una oportunidad para vender en preparación para la segunda ola de volatilidad que esperamos llegue a fines de agosto o principios de septiembre”.

Entre las divisas, el euro se depreciaba 0,6 %, hasta 1,0987 dólares. Además, el petróleo West Texas cayó 2,9 %, hasta 55,05 dólares, tras encadenar tres jornadas consecutivas de avances.

El principal índice de la Bolsa alemana mantenía su recuperación de corto plazo, tras superar la línea bajista de junio pasado, habiendo dado un paso importante, al haber superado la línea bajista de largo plazo vigente desde enero 2018. El DAX estuvo operando en una corriente alcista, pepro frenó su movimiento en 12 647 puntos pero no pudo superar ese nivel.

Wall Street trató de “lavarse la cara” en la última semana de agosto, pero no  consiguió borrar las pérdidas de más de 2 % en el mes, y los principales indicadores bursátiles padecieron su segundo mes más bajista del año, tras la corrección de mayo.

Wall Street cerró en verde ese jueves después de que los inversores en el parqué neoyorquino acogieran con entusiasmo las últimas noticias procedentes de China, ya que el Gigante asiático aseguró que no habrá represalias tras la última alza de aranceles por parte de Estados Unidos.

El Dow Jones de Industriales, el principal indicador, ganó un 1,25 %, sumando 326,15 puntos, hasta los 26 362,25 enteros. El precio del petróleo intermedio de Texas (WTI) subió ese día nuevamente 1,7 % y cerró en 56,71 dólares el barril, en lo que sigue siendo una reacción a la importante reducción en los inventarios de crudo en Estados Unidos, así como a una cierta distensión en la guerra comercial con China, principal importadora de crudo.

Por su parte, el oro cayó hasta los 1 535,40 dólares la onza, la rentabilidad de la los bonos del Tesoro a 10 años repuntó a 1,498 % y el dólar seguía reforzándose ante el euro, con un cambio de 1,1056. (Fuentes: Yahoo finanzas, Bolsamania.com y Finanzas.com)

 

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