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28 de Marzo  2024 

Impactos de la Covid-19 en el comercio internacional: ¿La nueva incertidumbre? (Parte II)

En cuanto a la actual pandemia y su expresión en el proteccionismo comercial, se señala que los niveles excepcionalmente altos de medidas restrictivas siguen siendo motivo de preocupación


Miércoles 30 de Septiembre de 2020 | 12:00:00 AM 

Autor

Jonathán Quirós Santos

No solo el proteccionismo desatado por Donald Trump y su América primero se oponen al tan ensalzado libre comercio; también se ha presentado como respuesta de muchos países al enfrentamiento a la pandemia, lo cual significa que la compra-venta de productos médicos esenciales utilizados para combatir la Covid-19 es ahora objeto de mayores aranceles.

Los calificados por organizaciones internacionales como bienes escasos o artículos críticos en la pandemia de la Covid-19 son: equipos de tomografía; desinfectantes y productos de esterilización; mascarillas; guantes; jabón y soluciones antisépticas para las manos; monitores para pacientes y pulsioxímetros; gafas y viseras protectoras; esterilizadores; jeringas; termómetros; aparatos de exploración ultrasónica y de rayos X; respiradores, mascarillas de oxígeno y otros dispositivos médicos.

El comercio de estos bienes está muy concentrado: Alemania, Estados Unidos y Suiza suministran 35 % de los productos médicos; mientras que el 40 % de los destinados a la protección personal es exportado por China, Alemania y   Estados Unidos.

Los intercambios de estos surtidos alcanzaron en 2019 alrededor de 597 000 millones de dólares (1,7 % del comercio mundial total de mercancías), y sus aranceles se sitúan en promedio en 4,8 %, inferiores al medio aplicable en general a los productos no agrícolas (7,6 %), los que a su vez exhiben menores aranceles que los agropecuarios, según datos aportados por la Organización Mundial de Comercio (OMC).

Aunque no se cuantifican con igual magnitud, los llamados picos o crestas arancelarias (derechos de aduana relativamente altos, muy por encima del arancel medio) comúnmente tienen un tope de 15 % para la OMC o de 12 % para la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD).

De ahí la preocupación por el arancel aplicado en plena pandemia a las mascarillas, ahora de 55 % en algunas naciones, y por la tarifa promedio de    17 % al jabón para las manos, mayor para otros, que lo elevan hasta 65 %. De forma general, los suministros de protección empleados en la lucha contra la Covid-19 tienen un arancel medio del 11,5 %, pero ascienden hasta 27 % en algunos países.

Esos ejemplos son para productos poco sofisticados comparados con equipamientos médicos complejos, cuyos precios de por sí son muy altos. Desde el punto de vista económico, para los países subdesarrollados que no los produzcan (exceptuando a unos pocos), este aumento de precios es una carga extra para sus limitados presupuestos por la crisis económica y social y para el enfrentamiento a la Covid-19; pero el peor impacto es la carencia de estos para la salud y la vida misma de la mayor parte de sus habitantes.

De igual forma, en la lógica de “sálvese quien pueda”, a principios de julio el Departamento y Servicio Humanos de Estados Unidos anunció que había asegurado para todo ese mes el 100 % de la producción proyectada del Remdesivir, el único medicamento autorizado para uso de emergencia de la Administración de Drogas y Alimentos de esa nación, destinado a combatir la Covid-19.

El medicamento, producido y patentado por Gilead Sciences, una compañía biotecnológica estadounidense, aseguró al gobierno de ese país el 90 % de su producción para agosto y septiembre, y más para ensayos clínicos.

El pasado junio, un informe de la OMC (que analizó el período desde mediados de octubre de 2019 hasta mediados de mayo de 2020), referido a las medidas de restricciones y de facilitación del comercio impuestas por los países del G-20, sostuvo que las limitaciones al intercambio mercantil al inicio de la pandemia se redujeron en 36 %, y han disminuido los obstáculos a las importaciones de muchos productos relacionados con la Covid-19.

Sin embargo, Roberto Azevêdo, director general de la OMC, también reconoció que “los niveles excepcionalmente altos de medidas restrictivas del comercio siguen siendo motivo de preocupación, más aún en un momento en que el comercio y las inversiones internacionales serán decisivos para reconstruir las economías, las empresas y los medios de subsistencia en todo el mundo”.

*El autor es Doctor en Ciencias Económicas e investigador del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial (CIEM).

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