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El origen de un paraíso

Un homenaje a 400 millones de años de evolución


Miércoles 23 de Noviembre de 2016 | 01:00:00 AM 

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“Qué a gusto se halla el alma en tu jardín, jardinero! Van los pies desnudos por su tierra fresca, con la misma dulzura con que iban las alas, en la niñez ignorante, por la ilusión pura”. (Juan Ramón Jiménez*)

El Jardín de los Helechos, en Santiago de Cuba, cumple 40 años de fundado, único de su tipo en el país, especializado en helechos y considerado el más importante de América por el número de especies. Uno de los pocos en el mundo a cielo abierto, que posee, además, el mejor herbario de la especie   de las Antillas, según informó a Opciones su fundador Manuel García Caluff (Manolito).

Como institución el jardín forma parte del Centro Oriental de Ecosistemas y Biodiversidad (Bioeco), de la Red de Jardines Botánicos de Cuba, de la Asociación de Latinoamérica y el Caribe y de la Red de Herbarios de Mesoamérica. Es asimismo sede del Grupo de Aficionados a la Botánica de Santiago de Cuba.

El objetivo fundamental de la institución es el estudio integral de los helechos y las plantas afines de Cuba, que comprende aspectos tales como la ecología, la fitogeografía, la etnobotánica, la conservación y la horticultura de las especies, convirtiéndolo en una escuela promotora de la educación ambiental.

Los helechos fueron los vegetales que una vez mineralizados y fosilizados formaron el carbón en la era primaria de la tierra, son plantas originarias de las zonas ecuatoriales y tropicales.

De estos se conocen unas 10 000 especies tropicales y templadas, pero en mayor medida en zonas cálidas y húmedas, son plantas evolutivamente muy antiguas y con un sistema de reproducción por esporas, diferente a casi todas las demás.

Este paraíso de las ciencias botánicas alberga plantas de más de 400 millones de años de evolución, posee unas 380 especies de helechos y otras afines y la tercera colección de orquídeas más importante de Cuba, con unas 350 variedades.

Atrapados por la magia

En la década de los 60 del pasado siglo Manuel García Caluff fue como alfabetizador a la zona de Baracoa, conocida como Duaba Arriba, donde la magia del exuberante paisaje lo atrapó y le llenó por siempre la vida.

Junto a trabajadores y amigos, su fundador recolectó variedades para el herbario que conserva para la ciencia y las futuras generaciones, una de las mejores colecciones de helechos de las Antillas. Poco a poco fue introduciendo otras plantas, las cuales adaptó a un nuevo ambiente creado por sus manos, cultivándolas con amor.

En un espacio de apenas dos hectáreas y media, el Jardín de los Helechos de Santiago de Cuba se convirtió durante estos 40 años, en un atractivo turístico.

Este paraíso de plantas está ubicado, desde 1976, en las tierras del Caney, sobre un suelo aluvial originado al arrastre del antiguo río San Juan, por lo que el manto freático se encuentra a muy poca profundidad, manteniendo una humedad relativa de entre el 80 y el 100 %, en tierras ligeramente ácidas, excelente para todo tipo de helechos.

En 1984 la Academia de Ciencias de Cuba, por medio de las doctoras. María Herrera y Deisy Reyes Montoya tomó la decisión de que una colección tan especializada se mantuviera en su lugar original, bajo la dirección de Manuel García Caluff, quien pasaba a formar parte de esa institución.

El Jardín de los Helechos, que ha ido ganando reconocimiento nacional e internacionalmente, facilitó el nacimiento del Jardín Botánico de Santiago de Cuba, debido al trabajo mancomunado entre la Academia de Ciencias y Manuel García.

Un grupo de 10 trabajadores laboran de manera eficiente e infatigable, de ellos cuatro son investigadores y seis jardineros, todos botánicos de vocación.

El futuro se garantiza desde ya su actual directora, la ingeniera Química Maité Serguera Niño va sustituyendo a Manuel García en la conducción administrativa del jardín, donde los trabajadores y colaboradores han creado una gran familia, unida por los lazos de amor a la naturaleza y al futuro.

Proyecciones científicas

Por el ir y venir de trabajadores y visitantes se pudiera pensar que el único trabajo es el de mantenimiento y cuidado del jardín. Sin embargo, detrás de los paredones eclécticos de la casona y los canteros se  lleva a cabo una intensa investigación en muy diversos campos de la Botánica, el suelo y del clima.

Las buenas prácticas en el reciclado de los desechos naturales del jardín lo ha hecho merecedor del Premio de la Excelencia y el reconocimiento de la Academia de Ciencias de Cuba y de otras instituciones extranjeras.

Actualmente se trabaja en dos proyectos investigativos, uno de carácter internacional, en cooperación con Alemania, y el otro local encaminado al estudio de las orquídeas existentes en el jardín.

Aquí se cultivan 55 especies de plantas amenazadas de extinción, de ellas 52 endémicas, cuyo estudio de sus particularidades de reproducción posibilitan su introducción en los ecosistemas de donde han ido desapareciendo.

Con tal fin, los investigadores del jardín han realizado publicaciones en revistas nacionales e internacionales con más de 70 artículos científicos y tres libros que acreditan todo el quehacer y la seriedad con que se brindan los resultados, entre los que se encuentran la descripción de 27 nuevas especies y un nuevo género de helechos.

Un recorrido por 400 millones de años

En el recorrido se incluye un área que consta de una plazoleta, rodeada de bancos, en la cual se celebran actividades de educación ambiental, recreativas, políticas y sociales. Cuenta con un busto en bronce del Héroe Nacional, obra de la escultora Rita Longa, donada a la institución por el pintor y escultor Alberto Lescay, presidente de la Fundación Caguayo.

Desde aquí se inicia el paseo de los Platycerium, donde se exhiben nueve de las 18 especies existentes de estas plantas, algunas únicas en Cuba.

También están las colecciones de orquídeas, del género americano Cattleyay, los Dendrobium provenientes de Asia, los helechos nido, de los cuales se muestran cinco especies, cuatro de ellas asiáticas y una americana, orquídeas cubanas, y los germinadores donde se reproducen muchos helechos y se estudian las mejores maneras de multiplicarlos.

*Juan Ramón Jiménez. Al jardinero, en: Rabindranath Tagore. Ofrenda lírica, 1976. Citado por Manuel G. Caluf en La magia de mi jardín.

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