El Ministerio de Agricultura (Minag), aplica un programa de utilización de fuentes renovables de energía, que incluye el biogás, la biomasa, la eólica, la solar térmica y fotovoltaica, y el biodiesel, refiere la agencia de noticias Prensa Latina.

Según Juan Garzón, especialista de Ingeniería Agropecuaria  del Minag, operan en el sector 7 595 molinos de viento destinados fundamentalmente al abasto de agua.

En un evento internacional sobre inversiones en fuentes renovables que sesionó dos días en  La Habana, el experto mencionó, el uso del biogás, la instalación de más de3  500 biodigestores en áreas de producción porcina y 385 en unidades ganaderas. El gas obtenido se utiliza además en la cocción de alimentos, indicó.

También la ganadería se beneficia de la utilización de sistemas fotovoltaicos que abastecen de electricidad para el suministro de agua a vaquerías, y permiten ahorrar energía.

En el caso de la solar térmica, esta se aprecia en el empleo de calentadores para disponer de agua a diferentes temperaturas, con el a fin de favorecer la producción de concentrados y néctares de frutas, yogurt, el beneficio de miel y café, la limpieza y esterilización de ordeños mecánicos y de filtros sanitarios en centros avícolas, vacunos y porcinos.

Otras aplicaciones se dirigen a disminuir la humedad en materias primas como  la madera en bolo y serrada, semillas, alimento animal, plantas medicinales y tabaco en rama, y en otras actividades en las que se gastan cantidades considerables de diesel y electricidad.

Según Garzón, las  energías renovables propician la sostenibilidad de los procesos de las cadenas de producción agropecuaria y garantizan el suministro energético ante cualquier contingencia.

Su uso además está asociado con la mitigación del impacto ambiental de los procesos agrarios en bahías y en cuentas hidrográficas, y a la creación de empleos y la capacitación de los productores.

El experto recabó la participación de la inversión extranjera para impulsar los cambios de la matriz energética en el sector, en proyectos de generación de electricidad mediante el aprovechamiento de las potencialidades de la biomasa forestal,  de las excretas porcinas y en cultivos que permitan la producción de biodiesel.