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La exportación en Cuba no es un camino de rosas (I)

El país tiene que crecer, de manera significativa, en la diversificación y el ritmo de sus exportaciones


Viernes 15 de Julio de 2016 | 12:00:00 AM 

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Cierta vez, un profesor y ex empresario nos contó su experiencia como exportador de café a Alemania, adonde el producto era enviado en avión desde La Habana. Al principio las cosas fueron bien, sobre todo de la nave aérea en adelante, pero luego empezaron a aparecer problemas, entre estos, fallas del transporte para llevar los envíos al aeropuerto. Y… el negocio se fue a bolina.

La anécdota es cierta y puede tomarse como evidencia -una más- de que exportar cuánto y cómo se debe es demanda todavía insatisfecha en Cuba, amén de constante apremio de una economía -la nuestra- en la que nunca sobran divisas con que comprar alimentos, medicinas, combustibles y materias primas, incluyendo las requeridas por las propias producciones exportables, entre otras necesidades.

Exportar es, a no dudarlo, tarea compleja que exige condiciones materiales y conocer bien qué hacer para colocar debidamente equis producto o servicio en un mercado extranjero. Su importancia puede colegirse del espacio que ocupa en los Lineamientos de la Política Económica y Social, en los cuales se llama a recuperar la exportación de rubros tradicionales, e incrementar y diversificar la de bienes y servicios, para lo cual se definen, a la vez, distintas acciones generales y sectoriales.

Pero más puede entenderse el valor de esta labor ante realidades inmediatas, como el llamado en diciembre último, en la sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular, a concentrar recursos en actividades que generen ingresos por exportaciones, para afrontar -con esa y otras medidas- limitaciones financieras asociadas a la disminución de precios internacionales de fondos exportables tradicionales, como el níquel, por ejemplo.

Ante coyunturas así, que no es primera ni será la última vez que surjan, cabe preguntar cuán aptos están quienes tienen que enfrentarlas, no solo ahora, sino también en el futuro, y de qué y de quiénes depende mejorar la gestión exportadora.

Criterios desde "la concreta"

En un sondeo sobre el tema durante la pasada Feria Internacional de La Habana, BOHEMIA anotó opiniones como la de Julio García Miranda, especialista comercial de Mixa, agencia exportadora de la industria del níquel.

A su juicio, la existencia de grandes reservas del mineral y los proyectos de inversiones para continuar explotándolas constituyen una fortaleza, mientras el mayor problema es el bloqueo de Estados Unidos, pues los barcos que cargan níquel en Cuba después no pueden tocar puertos de aquel país durante meses y eso crea dificultades logísticas que encarecen la exportación.

Aunque el níquel cubano es un producto establecido y reconocido en el mercado -añade-, hay que aumentar su producción, así como la de derivados con mayor concentración del mineral, para poder exportar e ingresar más. A ese fin contribuiría la realización de inversiones con participación extranjera, propuestas en la actual Cartera de Oportunidades.

Para Jorge Luis Martínez López y Alfredo Vera Estrada, especialista de negocios y funcionario de la dirección de exportaciones, respectivamente, de la empresa Labiofam, que comercializa fármacos para uso veterinario y humano, la autonomía negociadora que con el tiempo ha logrado su entidad es una ventaja. Y otra, mayor, la calificación de sus recursos humanos.

Hacen comercio en más de 90 países y además de productos venden servicios asociados a estos, como los programas de control de epidemias, que incluyen sus tecnologías y la labor de sus especialistas.

En cuanto a dificultades, Martínez López refiere las barreras tecnológicas que para este tipo de productos imponen los países altamente desarrollados, algunas de las cuales ellos, los de Labiofam, salvan con la calidad de sus propuestas. En muchas ocasiones, agrega, esas trabas están asociadas al bloqueo.

Vera señala la limitada capacidad de producción nacional, que pudiera resolverse con inversión extranjera y lleva hoy a la entidad cubana a valerse de plantas y trabajadores de otros países. Si no fuera así, toda la ganancia quedaría aquí, en Cuba, apunta. Además, opina que los inversionistas extranjeros también se ven frenados por el bloqueo, cuyas regulaciones temen por las afectaciones a sus intereses si hacen negocios con la Isla.

Detrás del "Hecho en Cuba"

Yanisbel Aguilera Moya, especialista de comunicación y marketing en la entidad, explica que una meta de esta es incorporar a las exportaciones otros productos agrícolas del propio grupo empresarial y al mismo tiempo ampliar mercados -más allá del europeo, que es su principal- a clientes en América.

"Nuestros principales problemas tienen que ver con la transportación y el almacenamiento, no solo propios, sino de otras empresas, como las navieras, y con productos que a veces nos pide algún cliente y no los tenemos porque no es temporada", explica.

A eso añade que deben definir mejor su estrategia de comercialización, para lo cual son fortalezas los más de 20 años de trabajo en el comercio exterior, el espacio ganado por sus ofertas en Europa y el personal calificado y con amplia experiencia.

"El bloqueo", responde Carmen Herrera Prieto, vicepresidenta de Gesime, refiriéndose al primer problema que afronta en la gestión exportadora esa organización superior de dirección empresarial de la industria sideromecánica y el reciclaje. "Porque por ese motivo tenemos que buscar en mercados lejanos la materia prima para garantizar nuestras producciones, y eso hace que estas demoren en terminarse y resulten más caras, afectando así su competitividad", argumenta.

Para contrarrestar esos efectos, expone la directiva, asimilan nuevas tecnologías a partir de inversiones estatales y se enfocan, además, hacia la inversión extranjera, a la par que capacitan al personal para asimilar esos cambios.

Sus exportaciones se relacionan con la industria azucarera, las fundiciones y el reciclaje, y tienen entre sus fortalezas los proyectos integrales, consistentes en plantas industriales completas, mini industrias, con servicios de montaje y asesoría para la puesta en marcha y explotación.

Diversificando mercados

"Excepto los de la goma, todos los demás productos exportables de esta industria están en nuestra cartera", explica Joel Gabriel González More, especialista de exportaciones de Quimimpex, empresa exportadora de la industria química, quien explica que operan en el mercado caribeño -donde tienen clientes en Surinam y México-, porque objetivamente no pueden competir con los estándares de calidad de los países del primer mundo.

Su principal dificultad es el precio de venta, porque muchos de los compuestos químicos que ofertan llevan un porcentaje de componentes importados y eso los encarece. Y otro problema es que, al no disponer de navieras, también se les encarece el flete.

Buscan incrementar la venta externa de fertilizantes, de los cuales poseen amplia capacidad productiva. Trabajan por ese objetivo a sabiendas de que la mayoría de los países del área son productores agrícolas, "pero es difícil penetrar un mercado desde detrás de una computadora", aduce Joel, aludiendo así a la necesidad de ver de cerca el posible destino de sus productos, y acota, de paso, que estudios de ese tipo solicitados a entidades especializadas en el exterior suelen ser caros.

A veces está el mercado -amplía-, pero falta el transporte, como sucedió con Islas Caimán, donde un cliente quería dióxido de carbono, pero no pudo servírsele "pues de aquí para allá no va nadie y el que va, te pone un flete que al final no hace competitivo el producto".

Observa, igualmente, que hace falta vincular más al productor del fondo exportable con el resultado de la venta de este, pues "hoy una fábrica produce, tú exportas y cuando llega el ingreso no se utiliza para mejorar la tecnología de esa fábrica, lo cual influye negativamente en la motivación de los trabajadores y en la calidad".

En sentido positivo expresa que, no obstante, como se sabe, la importancia de la exportación, aun cuando hay dificultades, generalmente "la gente se alinea y responde".

Producción de miel de abejas

A diferencia de Quimimpex, los Laboratorios Dalmer parecen no tener grandes dificultades para llegar con ofertas como la del Policosanol (el famoso PPG), entre otras, a mercados tan distintos y distantes como China, Venezuela, Angola y Australia, y para expandirse a otros más próximos como México, Canadá y Honduras.

Asegura Patricia Benítez Vázquez, especialista comercial del grupo de importaciones de esa entidad, que tienen buenas ventas en el exterior, igual que en el mercado interno, pese a que, según considera, les falta optimizar la promoción y seguir mejorando, incrementando producciones -aunque esto depende en parte de importaciones y nuevas inversiones-; y aumentando también las ventas, lo cual tiene que ver con los registros.

Estos últimos hay que hacerlos en cumplimiento de las regulaciones de cada país sobre exportaciones e importaciones en el ámbito de una industria tan competitiva como la farmacéutica. Suelen requerir mucha documentación y tiempo de trámites. (Tomado de la Revista Bohemia, Continuará la próxima semana)

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