Nancy Fernández Rodríguez, directora general de la ONN. Autor: Internet Publicado: 25/05/2023 | 11:01 am
El momento cumbre de la institucionalización de la normalización, la metrología y el control de la calidad en Cuba se alcanzó en mayo de 1973 cuando se creó la entidad cubana rectora de esas actividades con vistas a su planificación y dirección centralizada.
Nancy Fernández Rodríguez, directora general de la Oficina Nacional de Normalización (ONN), señaló en conferencia de prensa que, con ese paso, el país sentó las bases de un sistema integral cuyo aporte carece de antecedentes en la historia de la economía de la isla antillana.
En la constitución del Instituto Cubano de Normalización, Metrología y Control de la Calidad (ICNMCC) resultó determinante la contribución, en 1961, del Comandante Ernesto Che Guevara, quien entonces solicitó a la Organización Internacional de Normalización (ISO por sus siglas en inglés) la incorporación del Departamento de Normas Técnicas de dicho Instituto, algo inédito para fecha tan temprana.
Según explicó la funcionaria, aquella iniciativa evidenció que al triunfo de la Revolución Cubana, en enero de 1959, no existían tales aplicaciones, puesto que las materias primas, piezas de repuesto y otros materiales e insumos, así como los productos importados, solo eran identificados por su nombre comercial y el código de venta, sin conocerse sus especificaciones.
La mencionada institución, creada en 1973, cambió su nombre en 1976 por el de Comité Estatal de Normalización al amparo de la Ley de Organización de la Administración Central del Estado, como parte del perfeccionamiento en el país.
Años después, en 1994, se fundó lo que se conoce en la actualidad como Oficina Nacional de Normalización (ONN) adscrita entonces al Ministerio de Economía y Planificación (hoy pertenece al Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente -Citma-), con la misión de coadyuvar al mejoramiento continuo de la producción y los servicios en función del crecimiento de la economía nacional y la elevación de la calidad de vida de la población a partir de la aplicación de la política estatal en materia de normalización, metrología y calidad.
Es la ONN hoy una herramienta imprescindible de soporte económico del proyecto social cubano y en la promoción del desarrollo científico técnico, el ahorro de recursos humanos y materiales, el incremento de la productividad y el mejoramiento de la calidad de la producción y los servicios.
Historia reciente de las normas en Cuba
La Directora general de la ONN precisó que, aunque cuenta con antecedentes remotos y aislados, la formación en su conjunto de un sistema de planificación, dirección centralizada y desarrollo de esas materias, es una obra genuina de la Revolución Cubana, y representó el paso a una organización superior, sobre todo en su base normativa, en lo cual resultó decisiva la entonces comunidad de países socialistas que contribuyó a la fundación de una potente infraestructura.
El Gobierno Revolucionario cubano adoptó medidas de urgencia, una de las cuales consistió en la aprobación del primer patrón técnico elaborado en la nación, con el título de Norma cubana para la redacción de normas.
Ya con la formación de la Junta Central de Planificación (Juceplan) se logró constituir un organismo superior de coordinación de los sectores económicos lo cual favoreció la creación de los Comités Técnicos de Normalización y de las primeras pautas.
Aparecieron, principalmente, muestras de minerales y concentrados a granel de cobre, óxido y sinter de níquel, análisis químico de níquel y cobalto. De manera paulatina, la industria cubana dispuso de regulaciones sobre desviaciones y ajustes, calibres de fabricación y patrón, roscas unificadas en pulgadas, tornillos, tuercas y arandelas en pulgadas, roscas métricas, cremallera básica y arandela básica para engranajes.
Se destacó en aquellas etapas la asistencia técnica de la antigua comunidad de países socialistas, sobre todo en cuanto a las magnitudes de masa, longitud y volumen, además del aporte con la graduación de especialistas capacitados en sus instituciones.
Por aquellos años, Cuba se inscribió en la Organización Internacional de Metrología Legal, en la Comisión Electrotécnica Internacional, en el Programa de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, y la Organización Mundial de la Salud (FAO/OMS) sobre las normas alimentarias (Codex Alimentarius).
De festejos, logros y retos
Con un amplio programa de actividades festejó el país las cinco décadas del ICNMCC que incluyó un acto de reconocimiento a un grupo de fundadores y una jornada científica organizada por el Centro de Gestión y Desarrollo de la Calidad, ambos en el capitalino hotel Tryp Habana Libre; además de un coloquio sobre el desarrollo de la normalización internacional durante el período pos pandémico de la COVID-19, que reunió en forma presencial y virtual a profesionales de Brasil, Cuba y Chile.
En el encuentro participaron on line, José I. Alcorta Menéndez, director de Desarrollo de Normas, de la ISO; Eduardo Ceballos Osorio, jefe de la División de Acreditación del Instituto de Normalización de Chile; y su colega Mario William Esper, presidente de la Asociación Brasileña de Normas Técnicas.
También se celebró el Día Mundial de la Metrología, que conmemora cada 20 de mayo el aniversario de la firma de la Convención del Metro en 1875 en París, para establecer el marco de la colaboración global en la ciencia de la medición y su aplicación industrial, comercial y social, con el objetivo original de establecer la uniformidad en todo el planeta, un propósito aún vigente.
En 2023, la efeméride se festejó con el lema Las mediciones al servicio del sistema alimentario mundial, que responde a los crecientes retos del cambio climático y la distribución global de alimentos en el orbe, cuya población alcanzó los 8 000 millones de personas a finales de 2022.
En el acto que conmemoró la fecha en Cuba, se reconocieron los organismos y profesionales de esta actividad en el país por su quehacer sostenido, enfrascados en fortalecer la infraestructura que atiende las mediciones para que sus resultados respalden la producción de bienes y servicios, en pos de elevar sus niveles de calidad y la eficiencia empresarial, en función de un desarrollo económico más autónomo, sostenible y seguro.
Según trascendió, el Servicio Nacional de Metrología acumula 99 354 verificaciones y calibraciones a equipos de salud pública, comercio, producción de alimentos, industrias biofarmacéuticas y azucareras, energía y fondos exportables, lo cual representa el 52 % de todas sus prestaciones; en tanto realizó 4 324 inspecciones a productos y servicios, que rebasaron sus cálculos en 2022.
Se informó, además, que los Comités Técnicos de Normalización contribuyeron al auge normativo en medio de la pandemia de la COVID-19, en el etiquetado de alimentos, en la electrónica, la metrología, la salud y la construcción.
Más del 59 % de las Normas Técnicas Cubanas son adopciones de internacionales, regionales o extranjeras, de elevado prestigio, lo que contribuye a atenuar las barreras técnicas al comercio que se suman al impacto del bloqueo económico, comercial y financiero del gobierno de Estados Unidos, recrudecido cada vez más.
Unas 4 500 normas existen en la actualidad y se perfecciona su aplicación por los Comités Técnicos de Normalización, con su aporte constante a la calidad en su conjunto, en respaldo a los principales productos, servicios exportables y sustitutos de importaciones.
Con la aparición de sectores emergentes entre las transformaciones del nuevo modelo económico cubano, es decir, las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes), trabajadores por cuenta propia y cooperativas no agropecuarias, que deben también contribuir al avance económico del país, resulta vital la aplicación de buenas prácticas en su desempeño, garantizadas desde la normalización, la metrología y el control de la calidad.
Se conoció que ya funciona en el país una micro empresa no estatal en la actividad metrológica, SERMET SURL, en La Habana, dedicada a la calibración, reparación, mantenimiento e instalación de equipos e instrumentos de medición, fundamentalmente en la magnitud de presión, que tiene entre sus principales clientes a los del sector de la salud pública, lo cual demuestra cuántas potencialidades y relevancia tiene la aplicación de esa ciencia, en correspondencia con el cumplimiento del Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta 2030.
Hoy es primordial el fortalecimiento de la infraestructura de calidad, se robustece el servicio nacional de metrología, y se priorizan en esferas como la salud, la energía, los alimentos, el transporte y el comercio, los sistemas de gestión de calidad más eficientes, la certificación, su competencia en los ensayos y el aseguramiento metrológico, entre otros requerimientos.
Se cuenta con apoyo jurídico, el Decreto Ley No. 8, que define claramente las responsabilidades de toda las partes interesadas, se refiere a todos los sectores y formas de gestión involucradas, e ilustra cómo nadie escapa al compromiso de cumplir con las normas técnicas y las buenas prácticas, además de reforzar algunos conceptos que se manejaban anteriormente, entre estos, la relevancia de la certificación que hoy prácticamente es exigida en el mundo entero.
Ya no es solo la NC- ISO 9001: 2015, ahora para competir en el mercado hay que contar con normas avaladas en la rama de la energía, la información, la inocuidad alimentaria, entre otras muchas más y se potencian la acreditación, la competencia, las mediciones y su verificación, el pre empaque de los productos, el Sistema Internacional de Unidades y su empleo, todo lo cual va a facilitar la elevación de la exigencia de la sociedad en general.
Esos son asuntos muy demandados por la ciudadanía, y aunque la Ley por sí sola no resuelve todos los problemas asociados, el hecho de contar con una legislación moderna, más eficaz, profunda y abarcadora (con posibilidad incluso de dar respuesta a las contravenciones), es determinante.