El Grupo Azucarero Azcuba concentra actualmente todos los recursos disponibles en la reparación y preparación de los 44 centrales que activarán sus máquinas en la venidera zafra 2019-2020, en pos de aprovechar sus capacidades fabriles y con ello elevar al máximo los rendimientos industriales.
Tras concluir la última cosecha y bajo la norma técnica número 52, emitida por el Grupo que diagnostica las dificultades de cada ingenio para enfrentar la próxima temporada, se trabaja en el ajuste de maquinaría y demás medios con el objetivo de aumentar la producción del crudo que se han propuesto.
Este año se trató de escalonar las vacaciones de los trabajadores con el propósito de mantener la continuidad en las reparaciones de los centrales pués en la contienda anterior muchos recursos se recibieron, incluso, a mediados de la zafra por dificultades financieras del sector y el país, situación difícil que todavía se enfrenta por el recrudecimiento del bloqueo económico de Estados Unidos contra Cuba.
La temporada azucarera del año 2017-2018 resultó muy baja en el orden productivo debido a condiciones climáticas adversas, por lo cual la mayoría de los centrales incorporados al proceso fabril no pasaron de 60 o 70 días efectivos de zafra por las fuertes lluvias que se registraron entonces.
Ese período estuvo antecedido por intensas sequía que afectó ampliamente los cañaverales, después el huracán estropeó 60 % o 70 % de las plantaciones cañeras y con esas cañas se comenzó la zafra siguiente. Pero casi de conjunto con el “pitazo” de inicio de la cosecha, comenzó a llover y por eso muchos centrales no arrancaron sus máquinas hasta enero y febrero.
Sustento financiero
La baja producción azucarera entre 2017 y 2018 afectó al Grupo Azcuba que no pudo contar con los recursos demandados para la preparación de la siguiente zafra 2018-2019.
Sin embargo, aunque en dicha temporada el nivel de producción de azúcar fue mayor (30 % más que la precedente), no se logró la cifra planificada ya que se aspiraba por la caña disponible, entre otras cosas, además, por no contar con la suficiente maquinaria para respaldar la cosecha, lo cual originó que a los centrales les resultara muy difícil moler a más de 60 % de su norma potencial.
Cuando un ingenio no muele a más de 70 % de su norma, los rendimientos industriales del azúcar bajan. La zafra pasada demostró que, por la disponibilidad de cosecha, aunque todas las fábricas estén funcionando se pierde azúcar por bajo rendimiento industrial.
Por eso, para desarrollar la venidera temporada de producción azucarera, se decidió concentrar los recursos disponibles en aquellos centrales que mejores condiciones tienen y agrupar también los equipos de cosecha (para el corte y tiro de caña) con el objetivo de lograr un mayor aprovechamiento de la norma potencial en esas unidades.
Mejores resultados
Tal estrategia, de acuerdo con los estimados y la planificación que se ha hecho para la próxima zafra, permitirá lograr mejores resultados, incluso, que con todos los centrales activados, porque la eficiencia industrial está muy relacionada con el aprovechamiento de la capacidad fabril.
Se trata, por todos los medios, de aprovechar aún más las condiciones industriales para obtener mejores rendimientos; de esta forma, con la caña disponible, se podrá lograr más azúcar.
Igualmente, las reparaciones de los centrales azucareros y demás medios avanzan de manera cuantitativa y cualitativa en todo el país; los primeros ingenios deben comenzar la cosecha en el mes de noviembre, presumiblemente, por la zona occidental.
Se espera que antes del cierre de año estén moliendo la mayoría de las 44 unidades previstas pues depende de las condiciones climatológicas durante ese período y del comportamiento de los índices de rendimientos de las cañas, pero existe el propósito de acercarse a 150 días de zafra.