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Inversión en el Complejo Lácteo de La Habana beneficiará a todos los destinos

La industria fue inaugurada en 1974 y luego de 40 años tiene bien merecida la reposición de sus principales equipos


Miércoles 05 de Octubre de 2016 | 12:00:00 AM 

Autor

Raquel Sierra

Varios surtidos para el turismo y el mercado en la red de tiendas produce el Complejo Lácteo de La Habana. El actual proceso  inversionista que desarrolla la mayor industria de su tipo en Cuba, ubicado en las afueras de la ciudad, beneficiará tanto a la población cubana como al resto de los destinos.

A la red de tiendas en divisa dirigen  leche entera en polvo, importada, que se envasa en diferentes formatos y cuya comercialización se realiza bajo la marca comercial Matilda. Este proceso se beneficiará este año con la entrada de cuatro nuevas máquinas procedentes de Brasil.

De acuerdo con Élido Ortiz Labrada, director de la Unidad Empresarial de Base Queso y mezcla física, para las tiendas y el turismo tenemos un plan de 92 toneladas mensuales, la de las tiendas tiene formatos de un kilogramo y medio kilogramo. "Pese a que las máquinas son viejas, mantenemos la política de envasarlas con la mejor calidad y las condiciones de inocuidad requeridas, a lo que contribuye el trabajo de los innovadores de la industria, cuya inventiva permite tenerlas funcionando",  dijo.

De esta manera, la industria láctea suma un grano de arena en la sustitución de importaciones que promueve Cuba dentro del actual proceso de actualización de su modelo económico. Similar fin tiene la producción de queso.

"Tenemos diferentes marcas de queso, entre ellos Matilda, Gratina y Monumental, con una calidad exquisita, que se comercializan en las tiendas de La Habana y se emplean en la gastronomía de algunos hoteles en la capital y Varadero", explica  Jorge Luis Soulet, director adjunto.

Matilda es un queso fundido elaborado con cuajada, sales fundentes y otras materias primas, mediante  un proceso donde se respetan los parámetros higiénico-sanitarios requeridos en la industria. A partir de la leche fresca producimos semiduro Gratina (12 toneladas mensuales) y el queso blanco (entre seis y ocho toneladas), detalló Ortiz.

Para estos destinos, la industria tiene un plan de más de 470 toneladas, algunas de las cuales se producen en la sede del Cotorro, mientras otras, como el queso crema, son procesados en establecimientos pertenecientes al Complejo Lácteo ubicados en otros territorios de la ciudad.

De acuerdo con el director de la planta de quesos, para saber de la aceptación de sus producciones, la comercializadora -que mantiene contactos directos y permanentes con los clientes-, realizan encuestas que les permiten conocer criterios y sugerencias sobre la calidad.

Inversión en marcha

El Complejo Lácteo de La Habana fue inaugurado en agosto de 1974. Entonces, funcionaban tres calderas; sin embargo, desde julio de 2015, quedó en funcionamiento solo una. Para dar una solución adecuada, se destinó un millón y medio de pesos para la compra de dos calderas de 14 toneladas, que beneficiarán los procesos de pasteurización de la leche y el helado, así como la higienización del equipamiento, todos imprescindibles en este tipo de alimentos, muy susceptibles a la contaminación.

Según el director general de la industria láctea mayor del país, Modesto Pérez Correa, la inversión comprende también la adquisición de compresores de frío para brindar el servicio necesario para la producción y conservación de los productos.

El actual proceso inversionista forma parte de un programa de desarrollo hasta 2020 que comprende renovación tecnológica en varias líneas, incluidas la de leche en polvo, yogur de soya y helado.  El país decidió importar también parte de los vehículos refrigerados que requiere el Complejo Lácteo para la transportación  de las producciones.

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