De acuerdo con operadores de este mercado, el lingote se situó al término de la sesión a 1 713,82 dólares la onza, lo que constituyó un récord, según reportó Prensa Latina.
Según expertos, el metal dorado aprovechó el desplome de las acciones en el mundo en respuesta a la reducción de la calificación de la deuda norteamericana.
La agencia Standard & Poor´s degradó la calificación de Estados Unidos, de su máxima posición de AAA, a la de AA+, lo cual ahondó las preocupaciones de los inversionistas sobre la salud de la economía de este país.
De esta manera el metal fue visto hoy otra vez como instrumento seguro, en momento de turbulencia financiera y de presiones inflacionarias.
En tanto que los mercados de valores caen, los inversionistas se apresuran a tomar posiciones en futuros de oro y en bonos del Tesoro de Estados Unidos.
No obstante, con ajustes a la inflación, una onza de oro permanece por debajo de su valor máximo alcanzado en 1980, de 850 dólares, que equivaldrían ahora a 2 400 dólares.