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29 de Marzo  2024 

Cohiba, una marca con compromiso

Este año, la fábrica donde se producen los más reconocidos habanos cubanos aspira a mantener sus tradicionales niveles productivos


Jueves 15 de Septiembre de 2022 | 11:58:42 AM 

Autor

Raquel Sierra

Para Ana Ivis Magdaleón, el humo del tabaco tiene algo mágico, que la hace sentirse especial. Tal vez esa sensación la ha hecho permanecer durante muchos años en la fábrica de tabacos Cohiba, la marca más reconocida entre las que se producen en Cuba.

No es habitual que al Laguito, la cuna de los Cohiba, lleguen visitantes. La celebración del aniversario 55 de esta marca, fue una excepción en esa tradición, que permitió conocer desde quienes reciben la materia prima hasta quienes colocan el sello final a los envases de madera, han dedicado sus horas, días, meses y años, en algunos casos, muchos años, casi toda la vida, a ese sello.

De acuerdo con Oscar Rodríguez, director general de El Laguito, la empresa fue fundada en el año 1966  y “actualmente tenemos 252 trabajadores, en su mayoría mujeres, más de 70 %. Desde que se fundó, se mantiene la idea de Celia Sánchez de incorporar a la mujer  al trabajo del tabaco; en aquel entonces, la proporción  femenina era muy superior a la actual.

“Nuestra fábrica  está dedicada a la producción de tabaco Premium de la marca Cohiba,  de la que somos la casa matriz. Cuenta con varias líneas de producción que han ido evolucionando con el tiempo desde los inicios hasta hoy,  cuando están haciendo la línea top del tabaco mundial,  que es de la marca nuestra, los Behíke, explicó el Director General .

El compromiso de esta industria de cara a las exportaciones que realiza la empresa mixta Habanos S.A. es permanente. “En  los dos años de pandemia, El Laguito  no paró ni un día, siguió trabajando incluso, durante  sábado y domingo para elevar la producción y lograr cada vez más ganancia”.

A pesar de todas las dificultades que tenemos, dijo,  todo nuestro personal está inmerso  en la tarea y consideramos que en valores podemos lograr el cumplimiento de los planes. En El Laguito, que cuenta con unos 80 torcedores, se producen anualmente unos 2 000 000 de tabacos, de una cartera de cerca de 30 diferentes vitolas.“La fábrica goza de excelente salud, estamos en condiciones de cumplir nuestros planes y lograr incluso mayores valores para la producción tabacalera este año”, sostuvo el Directivo. Según él, las motivaciones sobran: el compromiso con el país y con la producción para aportar el máximo de rentabilidad, en beneficio de la economía.

Los apagones, dice Rodríguez, nos afectan, pero el colectivo, supera esta situación y hemos creado un sistema para que nos dañe lo menos posible, trabajando incluso los fines de semana.

Uno de los preceptos que defiende la cuna de esta reconocida marca es su alto estándar. “La excelencia aquí es primordial. Con un sistema de gestión de la calidad certificado, velamos más por la calidad que incluso por los montos de producción,  nada es más importante que la excelencia, no podemos olvidar que el tabaco un es producto muy caro y este es el mejor de Cuba, por tanto, no podemos despreocuparnos”, destacó.

El Cohiba y su gente

La calidad del tabaco, que viene desde el campo y las manos de los agricultores que cultivan las hojas, tiene una parte decisiva en la industria. Según comentó Rodríguez, “las personas se interesan en ver cómo vive el tabaquero, cómo trabaja y nos esmeramos por las condiciones de trabajo: nuestra galera está climatizada, tanto para beneficiar el tabaco como a los trabajadores. Esta es una zona muy húmeda y la humedad afecta el producto,  por lo tanto las áreas están climatizadas”.

El Laguito defiende un concepto: “Nuestra fortaleza es la herencia” y esa se multiplica en aquellos que vienen de la tradición de familias de tabaqueros. Otros, la inician en la escuela de torcedores propia: “nuestra escuela es exclusiva, para Cohiba nada más, nosotros los formamos porque las exigencias de calidad de son un poco superiores al resto. Incluso, tratamos que nuestros directivos procedan desde los inicios de la fábrica para que sientan y conozcan cómo trabaja el obrero, de manera que sean objetivos en las decisiones”, destacó.

De acuerdo con Ana Ivis Magdaleón González, especialista en economía y estadísticas de la industria, desde el inicio del proceso, la materia prima pasa por un control de calidad, se revisa también en la preparación de la capa y el capote, controlando la humedad. A grandes rasgos describe el camino: “cuando pasa al torcido, se controla el peso que debe tener cada vitola y después también, se pasa por el proceso del tiro donde se certifica que es fumable. Luego que regresa a manos del torcedor, para la etapa de colocación de la capa, va a la mesa de revisión, donde se evalúa tabaco por tabaco, de cada trabajador para,  luego del reposo, ser clasificado por colores y pasar al anillado y al armado de caja, fileteado y envasado”.

Tras 26 años de labor, desde que comenzó como inversionista y tras haber escalado hacia otros puestos, sostiene que quien trabaja en la industria, desde la recepción hasta la última plaza, “tiene que conocer el proceso y sentir pasión por el tabaco”.

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