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Uno de los retos que se ha propuesto esta iniciativa es el de promover la diversificación de la producción de piña en el territorio, a través de la introducción de otros cultivares. Autor: Cortesía proyecto Cubafruta Publicado: 05/07/2022 | 11:00 am

Mejorar la eficiencia de la cadena productiva de la piña en los municipios de Colón, Calimete y Los Arabos, en la provincia de Matanzas, persigue el proyecto de colaboración internacional “Fortalecimiento de las cadenas de valor de piña y aguacate a nivel local, Cubafruta”.

En este territorio, que junto a Ciego de Ávila y otras provincias, constituye un importante polo para la producción de esa bromeliácea originaria de América del Sur, se cultivan más de 2 000 hectáreas, casi exclusivamente de la variedad Española roja, con notables cosechas, que se destinan tanto al consumo fresco como a su procesamiento industrial.

Financiada por la Agencia Italiana de Cooperación al Desarrollo (AICS), con representación en Cuba, la iniciativa se propone contribuir a mejorar la oferta de productos frescos y procesados para el mercado local, así como nacional e internacional. Además,  busca reducir las pérdidas del cultivo y las importaciones de insumos, como un aporte a la soberanía alimentaria en Cuba.

Con un financiamiento de 2,5 millones de euros e implementado por el Instituto de Investigaciones en Fruticultura Tropical (IIFT) y la AICS, el programa interviene a favor del sector campesino y cooperativo, impulsando proyectos de desarrollo local, promoviendo la participación de mujeres y jóvenes en los municipios de Jagüey Grande, Colón, Los Arabos y Calimete, y fortaleciendo la capacidad de procesamiento industrial de la Empresa Agroindustrial Victoria de Girón, de Jagüey Grande. Además, Cubafruta tributará a mejorar igualmente en la cadena de valor del aguacate, no solo en Jagüey Grande, sino en todo el territorio de Matanzas.

Según informaciones de la página institucional de la AICS en Internet, entre los resultados esperados de este proyecto se encuentran fortalecer las capacidades locales y nacionales para diagnosticar, proyectar y gestionar estratégicamente la producción de frutas, con un enfoque de cadenas y equidad de género, aumentar la capacidad de las cooperativas de producir, elaborar y comercializar fruta fresca y transformada, sobre una base sostenible promoviendo la equidad de género y la participación de los jóvenes, y mejorar la capacidad de elaboración y comercialización de otros actores no cooperativos y la oferta de servicios y aditamentos para la cadena.

Con una duración de 36 meses,  indica la misma fuente, Cubafruta beneficiará directamente a 10 cooperativas agrícolas y una empresa agrícola de los municipios de Jagüey Grande, Colón, Calimete y Los Arabos, para un total de 2 400 productores, de los cuales cerca del 20 % son mujeres y el 12 % jóvenes menores de 30 años. El proyecto favorecerá también a una empresa agroindustrial y otra de comercialización de Jagüey Grande, con un total de alrededor de 900 trabajadores, de ellos, 350 mujeres y 150 jóvenes, así como a dos centros de investigación: la Unidad Científica Territorial (UCTB) del Instituto de Fruticultura de Jagüey Grande y el Instituto de Investigaciones de la Industria Alimentaria del Ministerio de la Industria Alimentaria (IIIA-MINAL), con un colectivo de 84 personas, de ellas, 49 mujeres.

Proyecto en acción

Uno de los retos que se ha propuesto esta iniciativa es el de promover la diversificación de la producción de piña en el territorio, a través de la introducción de otros cultivares, por medio de parcelas demostrativas en las cuales serán los productores quienes valorarán su comportamiento en las condiciones edafoclimáticas de los municipios matanceros.

En ese sentido, en alianza con la Universidad Agraria de La Habana (UNAH) se realizó una prospección y recolecta de cultivares de piña en el oriente del país, a la caza de todas las variedades que pudieran encontrarse y geolocalizarse. De acuerdo con la profesora y doctora en Ciencia, Daymara Rodríguez Alfonso (UNAH) y Miriam Isidrón Pérez, promotora de la actividad de prospección y recolecta y asesora de Cubafruta, “la mayor diversidad del cultivo de la piña se encuentra en la zona oriental, en ella están representado al menos un cultivar de los tres grupos horticulturales presentes en Cuba: Española, Cayena y Pernambuco”.

Con el apoyo de la Unidad Científico Tecnológica de Base (UCTB) Agroforestal de III Frente, del Instituto de Investigaciones Agroforestales (INAF), así como de la Empresa Agroforestal de Maisí se organizó el recorrido por la región oriental, a las provincias de Las Tunas, Granma, Santiago de Cuba y Guantánamo, que por sus características geográficas albergan una gran diversidad de cultivares de piña.

La acción de prospección y recolecta desarrollada en las provincias mencionadas demostró que la variedad predominante es la del grupo Española y las menos cultivadas, Pernambuco  y Cayenas. Aunque las grandes plantaciones dedicadas a la siembra de la piña en el país pertenecen al sector estatal, la mayor diversidad la atesoran los campesinos, explicó la profesora.

La búsqueda permitió  recolectar 10 cultivares diferentes que se introducirán en las parcelas matanceras. Entre ellos, destaca la variedad Cabezona, cultivo que puede alcanzar grandes dimensiones y pesos (hasta 5-6 kilogramo por fruto), típica de Maisí y Baracoa, en Guantánamo;  y Gibara, en Holguín, y otras de más reciente introducción al país, como la MD2 y Pérola, cultivadas en Ciego de Ávila.

Entre los materiales recolectados llamaron la atención las plantas con pocas espinas (bordes lisos) de Española roja, y los frutos con forma cilíndrica, alargados y con peso superior al cultivar que se propaga en el resto del país, en el municipio Tercer Frente, en Santiago de Cuba, conocidos como Barba roja.

Según se destacó, la colaboración con instituciones como el INAF y la Unidad Empresarial de Base (UEB) Producción de Piña, de Ciego de Ávila, ha sido fundamental para obtener el material y frutos frescos, necesarios para realizar análisis bromatológicos y determinar las características de los diferentes ejemplares recolectados.

A su vez, en el éxito de la pesquisa resultó igualmente determinante el aporte del sector campesino, así como para el establecimiento y cuidado de las parcelas demostrativas en los municipios de Calimete, Los Arabos y Colón.

Además de la variabilidad genética hallada, la actividad de prospección permitió revelar la diversidad en el manejo de este frutal, con particular interés hacia la asociación con otros cultivos: piña cultivada en cafetales, a la sombra de frutales o asociada con otras especies de interés agronómico, una diversidad de experiencias que, sumada a la variabilidad genética recolectada, se consideran verdaderos tesoros campesinos.

Esta actividad dio la posibilidad de plantar tres bancos de germoplasma, uno en cada uno de los municipios piñeros en los cuales se desarrolla este proyecto: Colón, Arabos y Calimete, lo que resalta el esfuerzo de los fruticultores cubanos por preservar los recursos fitogenéticos existentes en el país.