Autor: Cortesía de la Embajada de Cuba en Colombia Publicado: 21/06/2021 | 09:43 pm
Cuba destina gran cantidad de recursos a la producción de frutales, con la mirada puesta en la sustitución de importaciones, el mercado en frontera -por el creciente turismo- y para ofrecer a la población más jugos y frutas naturales.
Hace cerca de un año se firmó un proyecto de colaboración con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), mediante el cual se obtuvo un fondo de 4, 6 millones de dólares estadounidenses, aproximadamente seis millones de dólares canadienses.
Ese financiamiento se ejecuta ya con el propósito de articular a los actores de las cadenas productivas, buscando eficiencia y calidad para mejorar su desempeño, así como la sectorialidad a nivel local, señaló Maruchi Alonso Esquivel, directora de la Oficina de Coordinación Nacional de Cadenas Agroalimentarias.
“Durante todo el 2018 hemos trabajado en diagnosticar los problemas en las cadenas del mango, la guayaba y la frutabomba, de las cinco más importantes del país.
“Primero identificamos cuáles eran sus brechas a nivel territorial y después se hizo una planificación estratégica para el 2030, con las posibles soluciones que conduzcan a mejorar la eficiencia. A partir de ahí, los mismos beneficiarios de los territorios formulan propuestas que el proyecto financia.
“No es un plan solo de inversión para comprar recursos a los productores y que mejoren su desempeño, sino que incluye el fortalecimiento de las capacidades de los beneficiarios, tanto gerenciales como estéticas.
“Hemos realizado intercambios de experiencia en países de la región que hoy trabajan los encadenamientos productivos, sobre todo en el frutícola, para saber qué están haciendo y cómo se puede adaptar el sector público con el privado; la asociación entre los mismos productores, las transformaciones a pequeña y gran escala activa y cómo se hace la comercialización, teniendo en cuenta que Cuba proyecta sustituir importaciones y exportar.
“Las misiones de intercambio han sido a España, República Dominicana y Costa Rica, con fuerte programa de frutales, y ahora en Colombia, por todo los encadenamientos productivos que aquí se hacen y pueden ser de interés para Cuba.
“El objetivo primordial de esta visita a Colombia es explorar los nichos de mercados, ver los encadenamientos, las relaciones entre el sector público y privado y cómo se establecen los gremios, la organización de la producción, muy distinta y que quizá en el futuro se pueda ordenar por asociaciones de productores de frutales, de ganaderos, entre otras, y no de la manera en que ahora están constituidas.
“Nos llama la atención cómo la Cámara de Comercio de este país abre todo un portafolio de servicios integrales a los empresarios, con lo cual fortalece la gestión corporativa del sector productivo, en función de la eficiencia y de que accedan a un paquete de servicios que le permite asesoramiento y acompañamiento a las pequeñas empresas o a productores privados”.
La delegación cubana la integraron representantes de las cadenas productivas a nivel local de la provincia de Artemisa, del Ministerio de la Agricultura en Santiago de Cuba, especialistas de centros de investigación en temas de industria, servicios técnicos, cultivos, beneficios y transformación de las cadenas productivas, así como Arsenio González, director de la División Tecnológica de frutales del Grupo Empresarial Agrícola del Ministerio de la Agricultura; y Aymara Hernández, oficial de Proyecto del PNUD.
González calificó de positivas las prácticas observadas en la nación sudamericana, particularmente la relativa a la especialización que realizan de los productores, que pudiera ponerse en práctica en la Isla. Para ello, se hicieron contactos con el gremio, que en abril venidero prevé una visita a la Mayor de las Antillas y viceversa.
“Tenemos experiencias excelentes -dijo- como las de la Empresa Agroindustrial Ceballos, que trabaja asociada con los productores en dependencia de los mercados a los que destina sus mercancías para la exportación. Ese es un modelo de implementación en otras entidades del país para que los cooperativistas y campesinos reciban asesoramiento tecnológico y capacitación acerca de la calidad de los productos y su comercialización de forma segura. También se garantiza que, cuando no esté en producción, la gran industria suministre materia prima a las mini industrias para que sigan su proceso y beneficien a la población.
“Este modelo se llevará a la empresa Victoria de Girón, que realiza grandes producciones, y luego podrá asociarse a las cooperativas que tiene en su alrededor.
“Está en estudio la puesta en marcha de varios polos productivos: uno en Pinar del Río, en la empresa Trincozo, otro en Victoria de Girón, en Contramaestre, en este último se prepara una asociación con una empresa italiana que producirá jugos para la exportación y el consumo interno de las provincias orientales”.
Como fruto de esta misión comercial a Colombia se invitó a ASOHOFTUCOL a la primera Convención Internacional de Alimentos, espacio donde confluyen varios simposios de las diferentes ramas agrícolas, los frutales, los cítricos, el arroz, las viandas, las hortalizas y asisten empresas de todo el país e instituciones científicas. En este entorno se disertará sobre la función de los gremios en el sector agropecuario como modelo de asociación de los productores y acerca del sistema del fondo de fomento que se crea como ley y ayuda para reinvertir en las producciones agropecuarias del grupo.