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05 de Mayo  2025 

Nueva Casa del Habano en el Hotel Habana Libre

En un espacio de 160 metros cuadrados, cuenta con el confort indispensable para satisfacer hasta los clientes más exigentes


Viernes 27 de Agosto de 2010 | 12:00:00 AM 

Autor

Amado de la Rosa Labrada

Dispuesta en un privilegiado sitio comercial de la capital cubana, la recién abierta Casa del Habano del emblemático Hotel Habana Libre aspira a ubicarse, por la profesionalidad y voluntad de sus trabajadores, entre los establecimientos de este tipo más atractivos y reconocidos del país.

Administrada por la compañía Caracol, el nuevo inmueble comercializa -además- reconocidos rones y café de reconocidas marcas de la Isla, así como souvenires.. Cuenta con cinco dependientes y dos torcedores, encabezados por Elina Pérez, quienes se esmeran por satisfacer a los más exigentes amantes de los puros cubanos.

En un espacio de 160 metros cuadrados, que la convierten en la Casa más grande de Cuba, esta entidad dispone de una amplia área de ventas, ambientada con una fuente de agua fresca y cristalina (quizá este sea uno de los elementos místicos de la edificación, y que según Elina, jefe de brigada, "contribuye en buena medida a mantener la humedad para la mejor conservación de los habanos".

Recrean el entorno diversas obras de sobresalientes artistas plásticos, quienes también contribuyeron a la ambientación de la tienda. Cuenta además con un salón de fumadores, un bar para la degustación de típicos cócteles de la cantina cubana y el especial café de la Casa; una sala reservada para clientes VIP, una cava con vitola de las mejores marcas de Habanos, y el Loocker Humidor con los requerimientos técnicos para la mejor conservación de los habanos y en el cual hay 48 nichos, algunos de ellos reservados ya por los visitantes, para guardar aquí sus tabacos aprovechando este servicio gratuito de la tienda.

No obstante su apariencia joven, Elina Pérez, jefa de brigada, tiene sobrada experiencia relacionada con el mundo de los habanos, a los que ha dedicado 18 años de su vida. Por ello argumenta de forma categórica que la comercialización de los puros cubanos en estos establecimientos constituye "una especialidad en la cual debemos lograr que el cliente se familiarice con usted, se sienta en confianza, como si fuera su casa, que palpe sus cajas de tabaco, que disfrute la cordialidad que se le ofrece, porque esta no es una actividad común", apuntó.

Señaló que a pesar de haber permanecido cerrada como tienda especializada, tras un incendio accidental en el año 2004, ahora como Casa del Habano recupera un importante número de sus más antiguos compradores, a la vez que trabaja para sumar otros de diversos puntos del mundo. "Nunca cerramos las puertas al tabaco, dondequiera que nos habilitaban un espacio seguíamos vendiendo para que no se perdiera la tradición y los clientes y se supiera que aquí, en el hotel Habana Libre, se podía encontrar un buen puro, y en los días finales de esta obra laboramos duro para abrir nuevamente las puertas de esta Casa"., explicó la jefa de brigada. Agregó: "nos hemos propuesto convertirnos en la mejor Casa del Habano del país; que todos salgan siempre complacidos y dondequiera que vayan puedan expresar que aquí se encontraron un colectivo conocedor, capaz de satisfacer todas sus expectativas. Prestamos servicios todos los días de la semana, desde las 8 y 30 de la mañana hasta las 9 y 30 de la noche".

Como colofón, anunció para fines de septiembre, la creación del Club de Fumadores de la tienda, actividad que desarrollarán junto con el Hotel Habana Libre, y que debe convertirse en un sitio propicio para compartir experiencias.

Además de Elina, integran el colectivo Mario Pérez, Celia Sánchez, Emil Fuentes, Santiago Savón, Luis López y Roberto Delgado.

TORCEDOR DE EXPERIENCIA

Mario Pérez, uno de los dos torcedores de la Casa, lleva casi 50 años en el oficio, que inició -aún adolescente-, alentado quizá por la tradición familiar. Recuerda que en los primeros años de la década de 1960 los años 60 iba a una pequeña tabaquería, donde observó durante muchos días -tal vez meses-, a experimentados tabaqueros que le fueron mostrando sus habilidades. "Me parecía muy difícil y pensé que nunca podría hacerlo", enfatizó; "Tuve que aprender a golpe de voluntad, un día me salía un tabaco bien y otro mal, pero los más viejos en esos trajines me decía: esto requiere de mucha paciencia. Tras muchos meses pude llegar a la primera categoría y avanzar más".

"Luego, pasé a la fábrica Romeo y Julieta donde todo estaba más organizado. Ingresé en una escuelita a fin de aprender a hacer tabacos torciendo hojas, destinados a la exportación. Siempre me mantuve en ese lugar que se convirtió en parte de mi hogar, algo muy familiar donde permanecí más de 30 años; desde entonces este oficio es inseparable de mi vida, porque en la medida en que pasa el tiempo, más te adentras en la tarea y descubres que es una obra de artista".

Y es que para Mario Pérez no solo se trata de trabajar bien un día, "sino siempre, y tienes que mantenerte porque en la fábrica revisan cotidianamente la calidad con todo rigor, hay que garantizar un buen promedio diario. Y ese sentido de calidad queda impregnado en quienes asumimos durante muchos años este oficio. Estoy completamente convencido de que si te empeñas serás siempre un excelente torcedor".

Precisamente esa maestría la muestra ahora a todo aquel que llega a la Casa del Habano del Hotel Habana Libre, "la tienda del habano más linda, acogedora y de mayor confort, afirma, de cuantas he visto en los países que he visitado en estos años (Francia, Canadá, Alemania, España, Italia, Siria, Israel, Rusia, Suiza, Brasil y otros), invitado por el Ministerio de Turismo y la Corporación Habanos, a los cuales viajé para promover con toda razón los puros más famosos del planeta".

FRANQUICIAS CASA DEL HABANO

La Casa del Habano es una marca registrada internacionalmente propiedad de la Corporación Habanos S.A.; su diseño y concepto sustentado en el conocimiento, ha permitido que Habanos S.A. desarrolle una exitosa Cadena Internacional de Franquicias en un breve periodo de tiempo. En este lugar el fumador puede degustar su puro cubano preferido sin ser molestado; adquirir la vitola que le plazca y guardarla en el humidor apropiado hasta su próxima visita, o simplemente acompañar su Habano con un buen ron cubano o un café recién colado.

Estos establecimientos en el mundo de los puros constituyen un modelo de negocios exitosos. Un amplio número de boutiques instauradas con normas y parámetros de identidad establecidos por el franquiciador, Habanos S.A., han logrando promover con una imagen y un servicio de excelencia el placer de fumar habanos y conocer su cultura, con la capacidad de adaptarse a las características y culturas propias de cada país donde funcionan. En estas Casas de las cuales ya hay más de 120 en unos cien países, el amante de los puros cubanos encontrará respuesta para todo, incluso libros sobre el tema, accesorios para fumadores y souvenires, entre otros,

En 1990 comienza a operar internacionalmente la primera Casa del Habano en Cancún, México. A partir de esa fecha y hasta el día de hoy el concepto ha evolucionado. En sus inicios se creó como una tienda especialmente dedicada a la venta de los famosos tabacos de origen cubano bajo sus marcas comerciales mundialmente conocidas. En la actualidad no solo se dedica a la venta de habanos sino que se caracteriza por una serie de servicios y atención personalizada, distinguidas por la atención tanto a expertos en el arte de fumar habanos, como a principiantes e interesados en conocer estos productos, su cultura y leyenda.

El éxito del modelo de las Casas del Habano ha dependido de dos factores fundamentales: por una parte, la sólida plataforma para el desarrollo de este tipo de negocio al detalle, gracias a la actuación de Habanos S.A. como franquiciador y por otra parte, la actuación de nuestros propios franquiciados: hombres de negocio independientes que, escogidos con rigor, conforman una familia de propietarios de las casas del Habano unidos por la pasión por el tabaco y un excelente conocimiento técnico.

La combinación del franquiciado y el franquiciador bajo un ambiente de negocios de plena identificación y comprensión, además del respetuoso trato personal a cada Casa del Habano en el mundo, ha permitido que se creen las mejores condiciones para que los amantes e interesados en los habanos tengan a su disposición como nunca antes, un producto que, completando su ciclo de vida iniciado en las afamadas vegas de las zonas tabacaleras cubanas finaliza en las manos de un consumidor satisfecho con el producto, el trato y el servicio recibido en la Casa del Habano de su preferencia.

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