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Buenos resultados, mucho por hacer

Luego de varios años de depresión, como producto del llamado Período Especial, el Ministerio de la Industria Sidero Mecánica y el Reciclaje (SIME) comienza a dar señales de renovados bríos en sus producciones, mayoritariamente destinadas a obras de carácter social dentro del país


Viernes 18 de Mayo de 2007 | 12:00:00 AM 

Autor

Ernesto A. Rojas

Prueba de ello es que en el primer trimestre del presente año ha logrado para el país un ahorro de 12,7 millones de CUC por concepto de sustitución de importaciones.

Ese resultado es notable si se tiene en cuenta que la cifra se alcanza sin renunciar a producciones destinadas a las exportaciones, que el pasado año arrojaron un total de 130 millones de CUC y para el presente planea elevar la cifra a 140 MM.

DE CRISIS Y BONANZAS

En 1986, el sector siderúrgico y mecánico logró la mayor cifra histórica de su producción con ventas por valor de 845 millones de pesos.

Pero en 1992 tuvo un retroceso cuando registró el pico más bajo de su historia, con 261 millones. Esta depresión se explica por el derrumbe del campo socialista, con el cual mantenía el país un intenso intercambio comercial.

Ello trajo como consecuencia el colapso de los mercados que hasta ese momento habían ayudado al fortalecimiento de la economía del país y, en particular, la de la industria siderúrgica y mecánica. Se perdieron así recursos financieros, fuentes de abastecimiento de materias primas y plazas hacia las cuales exportar nuestras producciones.

Todo ello trajo aparejado el deterioro de las instala-ciones, la obsolescencia de los equipos y del herramental. También la fuga de personal capacitado, que emigró masiva-mente hacia sectores más prósperos.

La situación de crisis comenzó a revertirse desde 2002, cuando se acometieron diversos programas sociales y económicos como la reparación y ampliación de centros de educación y salud, el ahorro de energía, construcción de viviendas, plan alimentario, desarrollo de la zafra azucarera, el transporte automotor y ferroviario, mediante el aporte de equipos, materias primas, tecnologías y fuerza de trabajo.

Todos ellos requerían de los productos que procesa el SIME: cabillas y alambrón de acero, cercas metá-licas, puntillas, barras de acero, carpintería de aluminio, equipos médicos, cables eléctricos y telefónicos, chatarra, piezas y accesorios automotores, calderas y sistemas de en-friamiento, por solo citar algunos ejemplos de más de un centenar de productos.

Estaba claro para la dirección del país que resultaba mucho más económico invertir en materias primas y equipamiento para fabricar esos renglones en la Isla que importarlos ya terminados.

Así comenzó el proceso inversionista que permitió renovar numerosas líneas de producción con herramientas modernas, en muchos casos de la mayor actualidad.

LOGROS Y AUGURIOS

En el momento actual el SIME -que ya cuenta con 12 grupos empresariales, 202 empresas y siete centros independientes- ya rebasó su cifra histórica de 1985.

El pasado año su producción alcanzó un total de 2 805 millones de pesos, algo considerable si se tiene en cuenta que, de esa cifra, el 46 % se vende al costo y que solo el 23 % del total producido reportó utilidades.

Durante estos últimos años, el sector ha identificado todos los renglones en que puede resultar un eficaz suministrador para sustituir importaciones. En la lista figuran 91 ya tradicionales -como los productos del acero al carbono-, nueve fueron recuperados y 53 son completamente nuevos en las producciones.

La mayoría de ellos ya se elaboran y los otros aguardan por su demanda para iniciar sus producciones cuando el país proporcione el financiamiento necesario para ello.

Entre los nuevos horizontes de la sustitución de importaciones tienen lugar dos novedades. Se trata de 39 renglones que se destinan al sector turístico -que tradicionalmente importa los productos que necesita- y 31 concebidos para su venta en tiendas recaudadoras de divisas, algo que ha sido deficitario en los últimos años.

Pero queda mucho por hacer para lograr todo lo que demanda el país y con la eficiencia que se necesita. De momento, se impone seguir renovando la tecnología, un imperativo en todos los tiempos. También recuperarse de los daños que originó el éxodo de personal mediante el rescate de los que emigraron, y elevando la calificación de los que ahora tienen la misión de enfrentar las labores.

Muchas instalaciones dañadas por fenómenos meteorológicos deben ser reparadas y, aunque se ha avanzado en la eficiencia energética, todavía queda bastante por hacer.

Resulta igualmente indispensable renovar el herramental para que se encuentre a tono con las nuevas demandas, y recuperar las fuentes de financiamiento, así como concentrar producciones que hoy están dispersas, lo que reduce la eficiencia de los recursos disponibles.

Mucho hay que hacer, pero valdrá la pena el esfuerzo inteligente y la dedicación constante. Nuestros proyectos de futuro así lo necesitan.

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