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Los pequeños contra los grandes

Cuando los ricos hacen trampas no tienen derecho a esperar que los pobres permanezcan cruzados de brazos


Viernes 27 de Abril de 2007 | 12:00:00 AM 

Autor

Ernesto A. Rojas

Microsoft Windows Vista es la nueva versión que el gigante informático norteamericano recién lanzó el 30 de noviembre de 2006 en su versión empresarial.

La versión para el usuario final de Vista -que durante su desarrollo fue conocido por problemas de discreción como Widows Longhorn- incluye otros productos como Office y Exchange Server 2007.

Desde el origen de la computadora personal, la pauta ha sido adquirir con cierta frecuencia la nueva versión de todo software, ya que estos incluyen, como norma, significativas mejoras con respecto a versiones anteriores, y el caso de Vista no va a constituir una excepción. Pese a ello, en el caso de Microsoft las normas tienen una nueva faceta: la superprotección.

LOS TENTACULOS DEL PULPO

Ya desde Windows XP -la versión anterior- se incluyeron en el código del programa numerosos sistemas de protección que de manera bastante automática -siento tentación de decir desleal- detectaban cuándo el usuario del programa lo había adquirido sin licencia o, dicho en rigor, cuándo se trataba de una versión pirata.

Esto es algo que no pienso cuestionar aquí, pues se trata de dos conceptos contrapuestos: el derecho de autor y la propiedad intelectual, y su aplicación a un sistema que debería ser de dominio público, tema que tiene mucho de ético y poco de técnico.

Más aún, en el caso particular de nuestro país, Microsoft lo incluye entre las naciones con las cuales el gigante del software no negociará en absoluto. Es decir, no tenemos derecho a comprar ningún Windows, pero tampoco a obtenerlo por vía pirata, de modo que nos condenan a no usarlo en nuestras computadoras.

Pero, obviando este caso en particular, en todo el planeta se cuestionan la manera impositiva con que Microsoft comercia sus productos, especialmente Windows. Por no dejar de haber manifestaciones en su contra, baste señalar las profundas diferencias que existen entre dicha corporación y la Unión Europea.

Tan pronto se anunció la disponibilidad de Vista, la Comisión Europea señaló que “es responsabilidad de Microsoft, como actor casi monopolístico, asegurar el cumplimiento total de las reglas de competencia de la UE, especialmente la prohibición de abusar de una posición dominante, mientras desde Redmond, sede de la megacorporación, se amenazó con retrasos si la CE solicita cambios técnicos adicionales al sistema operativo de MS.

Sumándose a las reacciones negativas, compañías como Panda o Symantec pusieron el grito en el cielo por entender que Microsoft está favoreciendo la integración de sus One Care y Windows Defender en Vista, de manera que contaría con ventaja respecto a productos de la competencia como ocurrió en el caso Explorer vs. Netscape.

Es curioso cómo en los años 80, Bill Gates, que por entonces era un empresario muy pequeño, tuvo que imponerse con un considerable parque de astucia y excelencia técnica a IBM para que no naufragara su incipiente- y, por cierto, muy eficaz- sistema operativo MS-DOS.

El punto de ruptura se alcanzó cuando la “big blue”, en un intento por sacrificar a Bill, informó públicamente que sus máquinas se comercializarían con un sistema operativo propietario llamado OS/2.

Este OS/2 jamás logró prender masivamente entre los usuarios de microcomputadoras personales, lo que le valió a MS la supervivencia primero y, después, la preponderancia. Pero esto no le demostró a Bill la moraleja de que, al cabo, los pequeños buscan su propia supervivencia, aun a costa de los grandes.

UN SISTEMA DIABOLICO

Infinidad de usuarios finales, en conferencias y artículos periodísticos, han expresado su inconformidad con diversas irregularidades en el sistema operativo ofertado por Microsoft.

Veamos lo que dice un experto, Bruce Schneier: “Windows Vista incluye un lote de ‘funcionalidades’ que usted no desea. Estas hacen a su ordenador menos confiable y menos seguro..., menos estable, y lo harán funcionar más despacio.

“Causarán problemas de soporte técnico. Podrían incluso requerir que usted actualizase (modernizase) algunos de sus periféricos y el software de que ya dispone. Y esas funcionalidades no harán nada útil. De hecho, operan en contra suya. Son las funcionalidades de gestión de derechos digitales (DRM) incorporadas en Vista por orden de la industria del entretenimiento.

“Y usted no puede rechazarlas...

“Los detalles son bastante técnicos, pero básicamente Microsoft ha reelaborado gran parte del núcleo del sistema operativo para añadir tecnología de protección anticopia para los nuevos formatos de medios, como los discos HD-DVD y Blu-ray.

“Ciertas vías de salida de alta calidad (audio y video) son reservadas para dispositivos periféricos protegidos. A veces la calidad de salida es degradada artificialmente; a veces la salida se impide por completo. Y Vista consume permanentemente tiempo de CPU monitoreándose a sí mismo e intentando averiguar si usted hace algo que él piensa que no debería hacer.

“Si lo hace, limita la funcionalidad y en casos extremos reinicia solo el subsistema de video. Todavía no conocemos los detalles exactos de todo esto y su alcance real, pero no tiene buen aspecto”.

LOS GRANDES CONTRA LOS PEQUEÑOS

Con sus afanes de proteger sus intereses económicos y los de sus aliados en los mercados de todo el mundo, la nueva oferta de Microsoft es más un retroceso que un progreso en el mundo del software, aun cuando las prestaciones sean mayores que en versiones anteriores.

De ahí que resulte altamente negativo que la producción de un sistema operativo -núcleo de todo el modo de operar una computadora- se encuentre en manos privadas, y que esta lo emplee básicamente como mercancía, no como un producto destinado a resolver los problemas de los usuarios.

Como solución, algunos proponen el empleo de software libre, pero este todavía no está en condiciones de satisfacer plenamente las necesidades y demandas de los usuarios finales y, menos aún, de toda una empresa con numerosos equipos de cómputo.

Ello deja pocos caminos. Uno, seguir desarrollando, intensivamente, aplicaciones eficientes para el sistema Linux, hasta el momento el mejor candidato, y buscar todas las alternativas posibles a los productos de Microsoft, como, por solo poner un ejemplo, sustituir Internet Explorer por NetScape o Firefox.

En el caso de Cuba, será necesario, además, que los especialistas traten de conjurar todas las deficiencias del nuevo Windows para minimizarlas o erradicarlas hasta donde sea posible.

Es la lucha del pequeño oprimido contra el grande opresor, algo que Bill Gates olvida que ya le ocurrió a él en la década de los 80.

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