Ninguno de los poderes del Estado o partidos políticos figura en la lista de las seis primeras instituciones con credibilidad de los ecuatorianos y las que constan en ella tienen bajos porcentajes, según una encuesta divulgada por la televisión local.
Las instituciones de mayor credibilidad son la Iglesia Católica, con 21 %; Defensoría del Pueblo, 10 %; medios de comunicación, 9,5 %; Fuerzas Armadas, 8,0 %.
A ellas les siguen las organizaciones de mujeres, con 4.0 % y la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE), con el 3,5 %.
Un 60 % de los 12,1 millones de ecuatorianos continúa viviendo en la pobreza, según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), mientras 10 % de la población económicamente activa está desempleada y un 40 % vive en el subempleo.
El 10 de agosto de 1979, Jaime Roldós Aguilera asumió la Presidencia de la República después de haber ganado los primeros comicios presidenciales desde 1970, cuando comenzó un período de regímenes de facto que duró casi una década.
El director del Centro de Derechos Económicos y Sociales (CDES), Patricio Pazmiño, dijo que Ecuador es uno de los países de más alta concentración de la riqueza, socialización de la pobreza y empobrecimiento progresivo de la población.
Más de un millón y medio de ecuatorianos ha emigrado del país en busca de empleo, mejores salarios y oportunidades de trabajo, según Gaitán Villavicencio, de la Corporación de Estudios Regionales de Guayaquil.
Añadió que el período transcurrido desde el retorno de la democracia estuvo marcado por políticas económicas del Fondo Monetario Internacional, que derivaron en una pérdida paulatina de todo lo que el país ganó durante el “boom” petrolero de los años 70.
La deuda externa pasó de 3.5 mil millones de dólares a 11.4 mil millones, y la crisis económica, atizada por factores internos y externos, desembocó en el colapso financiero de fines de la década pasada.
Los esfuerzos de los gobiernos de entonces por contenerla fueron onerosos para la caja fiscal, atizaron la inflación y la devaluación monetaria y precipitaron la dolarización oficial de la economía del país.
Las finanzas públicas y la economía en general no han logrado liberarse de la dependencia de los recursos provenientes de la industria extractiva de petróleo, lo que la hacen muy vulnerable a choques internos o externos, según los analistas.
En los últimos 25 años, Ecuador ha tenido diez presidentes, señal de la persistencia de una alta inestabilidad política, notoria en especial a partir de la segunda mitad de la década de los 90 y comienzos de la actual, en la que fueron derrocados dos mandatarios.
El período también vio debilitarse al movimiento sindical, a causa de la crisis económica y de la flexibilidad que se introdujo en las leyes laborales, como consecuencia de la aplicación de políticas neoliberales.
La socióloga Erika Silva sostuvo que en el período no se rompieron las tendencias históricas de un modelo concentrador de la riqueza y excluyente, aunque en él surgieron nuevos actores sociales como indígenas, mujeres, movimientos ambientalistas, niños y jóvenes.
El balance “no es feliz” y es “comprensible que este cuarto de siglo no quiera ser recordado por quienes desde hace algún tiempo disfrutan de los despojos de un sistema”, editorializó el rotativo El Comercio al referirse a la fecha.
“Hoy, el país atraviesa uno de los períodos más oscuros por la falta de conducción y la ausencia de un proyecto nacional básico”, agregó.