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25 de Abril  2024 

La economía mundial camina en dos ruedas

La primera está representada por el consumo de Estados Unidos y la segunda por la inversión en China


Sábado 05 de Febrero de 2005 | 12:00:00 AM 

Autor

Santiago Díaz Paz

La economía mundial se mueve actualmente en dos ruedas. La primera está representada por el consumo de Estados Unidos y la segunda por la inversión en China. Ambas ruedas, consideradas en conjunto, constituyen la principal fuente para la demanda de bienes y servicios a nivel mundial. En otras palabras, Estados Unidos se endeuda para consumir y China se endeuda para invertir.

Cuando los Estados Unidos se endeuda para consumir, los dólares viajan a China, para financiar las crecientes importaciones de bienes producidos en las grandes manufacturas del gigante asiático y se trasladan, automáticamente, mediante el Sistema Bancario, a las empresas propiedad del Estado o a las empresas que impulsan la inversión en bienes raíces, y el enorme incremento de la inversión fija crea nuevas demandas en equipos y materias primas.

Esto explica, que durante el pasado año, China y Hong Kong, en conjunto, se hayan convertido en el primer cliente de Japón. En efecto, el total del intercambio comercial con China y Hong Kong resultó equivalente al 20,1 % del intercambio comercial total de Japón, mientras que Estados Unidos solo alcanzó el 19 %.

Es decir, el conductor del vehículo, Alan Greenspan, aporta el combustible, vía tasas de interés negativas, que la Reserva Federal ha mantenido durante varios años, y esta incrementada liquidez se traslada fundamentalmente a China, la cual la redistribuye por el resto del mundo mediante sus enormes compras de equipos y materias primas. El círculo se cierra cuando los países beneficiarios compran títulos/valores denominados en dólares, con lo cual la divisa regresa a Estados Unidos, que la utiliza para financiar sus enormes déficit gemelos. Este reciclaje de dólares hacia EE.UU resulta de extrema importancia, ya que, en lo fundamental, consiste en la adquisición de títulos de deuda emitidos por el Tesoro y por las agencias que financian hipotecas y colocan en el mercado bonos garantizados por contratos hipotecarios.

Ello incrementa la demanda de esos activos financieros y reduce sus rendimientos, lo que explica porque la tasa cupón de los bonos del Tesoro a diez años, se ubique a 4,25 %, pero el rendimiento diario cae, permanentemente, por debajo de ese porciento. Por ejemplo, el viernes 28 de enero, el rendimiento de ese título cerró en New York a 4,138 %. De tal manera, el costo de las hipotecas se mantiene bajo y el crédito al consumo también, razonablemente equilibrado. Por otra parte, la inflación se mantiene baja porque, aunque la liquidez del mercado es muy elevada, el resto de los países del mundo satisfacen la incrementada demanda de Estados Unidos y China, mientras que la liquidez sobrante es retirada de la circulación, vía compras de títulos/valores denominados en dólares.

UNA RECESION PENDIENTE

Cuando explotó la gran burbuja especulativa creada con las acciones tecnológicas de Wall Street, los mercados financieros mundiales esperaban lo peor. Sin embargo, Alan Greenspan armó una bicicleta, redujo las tasas de interés de la Reserva Federal, rápida y agresivamente, y canalizó el entusiasmo de los estadounidenses hacia el sector de los bienes raíces. El vigoroso incremento de la demanda y los precios de las residencias superó holgadamente los efectos negativos producidos por la explosión de la burbuja especulativa en Wall Street. Ello explica que la recesión sufrida en Estados Unidos, durante el año 2001, haya sido absolutamente marginal, porque la economía creció 0,75 % y el consumo 2,5 % durante ese año.

El comportamiento del sector residencial en diciembre de 2004 es revelador. En ese mes, las ventas de residencias ya existentes se ubicaron en 6.69 millones (anualizado) y se incrementaron 5 % en relación con el año anterior. El valor promedio de las residencias vendidas se ubicó alrededor de 185 000 dólares y todo ello duplica los valores existentes en 1991 y se ubica 78 % por encima del promedio vigente entre 1990/1997.

Obviamente, esta enorme marea de liquidez, expresada en dólares, es “made in America”. La tasa base de interés de la Reserva Federal se mantuvo dos años al 1 % y se incrementó 1,25 % durante el pasado año, a través de cinco aumentos sucesivos de 0,25 %: pero, aun así, continúa siendo negativa, porque la inflación de Estados Unidos durante el pasado año fue de 2,7 %.

China, por su parte, está políticamente obligada a mantener elevado el nivel de creación de empleos, lo cual la obliga a maximizar sus exportaciones e inversiones, loque impulsa sus importaciones de equipos y materias primas. De tal manera, cuando la Reserva Federal incrementa la liquidez para acelerar el consumo en Estados Unidos, China se convierte en un poderoso multiplicador mediante sus inversiones, lo cual aumenta los precios de los equipos exportados por Japón y Alemania, y de las materias primas exportadas por Australia, Brasil, Africa del Sur, Chile, etc.

Por supuesto, todo esto incrementa los desequilibrios que la economía mundial padece. Incrementa el déficit comercial de Estados Unidos, debilita el dólar y provoca excesos de inversión y, por lo tanto, sobrecapacidad en China. Esto, por supuesto, va conformando una situación insostenible.

Como dijera el 26 de enero último ex secretario del Tesoro de Estados Unidos, Robert Rubin: “Es sustancialmente complejo y políticamente difícil, sacar a Estados Unidos del agujero en que ha caído, y existe la inquietud de que se intente no enfrentar el problema... las cosas que no pueden mantenerse indefinidamente, tienden a detenerse”.

LA RESERVA FEDERAL, AL IGUAL QUE EL TERO...

La Reserva Federal está incrementando continuadamente su tasa base de interés; pero, curiosa y contradictoriamente, también aumenta la liquidez del mercado. Solo en las últimas cinco semanas, el agregado monetario M-3 subió en 90,3 miles de millones de dólares. Con una oferta monetaria que crece a un ritmo del 10 % anual, es hoy difícil que el dólar deje de caer y pueda estabilizarse.

¿Cómo explicar entonces, que eleve las tasas de interés de corto plazo, cuando al mismo tiempo mantiene bajas las de largo plazo, vía al sustancial aumento de la circulación monetaria?

Aparentemente, más allá de las grandilocuentes declaraciones, el Banco Central de Estados Unidos está preocupado por la situación de las finanzas de su país, el enorme endeudamiento del Estado, empresas y consumidores, y la baja tasa de ahorro nacional. Por ello, continúa impulsando al sector hipotecario, al enclave accionario de New York y a las inversiones, manteniendo bajas las tasas de rendimiento de los títulos de deuda denominados en dólares. Como ya dijimos, esto último solo es posible, contando con la demanda de bonos estadounidenses, por un importante número de bancos centrales, encabezados por los de Japón y China.

La terapéutica utilizada no cambia, ni puede cambiar, mientras no cambie la política implementada: Hay que continuar dándole a los pedales, para que la bicicleta financiera continúe rodando. Con este propósito, imprime cantidades enormes de papel, que luego presta gratis a todo el sistema bancario-financiero de Estados Unidos.

El Tero es un ave que habita las áreas pantanosas del Hemisferio Sur. Miles de años de experiencias le han enseñado que la mejor manera de proteger su prole es cantar aquí y poner sus huevos en algún otro lugar alejado. Lo que en el Tero es virtuoso, para la Reserva Federal constituye malicia.

Sin embargo, algún día, más pronto que tarde, la Reserva Federal comprobará que imprimir papely prestarlo a cero costo, no constituye una red de seguridad que pueda proteger, por largo tiempo, un sistema financiero plagado de desequilibrios y contradicciones.

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