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25 de Abril  2024 

Dilemas en Estados Unidos

Mucho se ha hablado sobre lo nefasto que sería para Latinoamérica y el Caribe la entrada en vigor del Area de Libre Comercio para las Américas (ALCA) que Estados Unidos intenta imponer por todos los medios, pero poco se conoce sobre las afectaciones que traería para el propio pueblo norteamericano.


Sábado 31 de Enero de 2004 | 12:00:00 AM 

Autor

Hedelberto López Blanch

Una especialista en el tema, la estadounidense Karen Hansen-Kubn, de la Alianza para el Comercio Responsable de Estados Unidos (ACPES) y del Grupo de Desarrollo de Alternativas Políticas (GDAP), afirmó en conversación con Opciones que el ALCA tiene la misma estructura del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) firmado entre México, Canadá y Estados Unidos, pero con la intención de extenderse por todo el hemisferio.

A su juicio, el ALCA significaría la profundización de la miseria para el continente y su implementación también afectaría directamente al pueblo norteamericano.

Según Karen, el gobierno de Washington ha reconocido que medio millón de personas quedó desempleado desde que el TLCAN se hizo efectivo hace ocho años, pero las cifras reales son mayores. Algunos estimados indican que suman tres millones los puestos laborales perdidos por esa causa.

La prevista puesta en marcha del ALCA en enero de 2005, conllevaría a un aumento de la contaminación, incrementada a causa de la desregularización y la falta de controles a favor de las transnacionales.

En el capítulo 11 del TLCAN hay una cláusula muy peligrosa (también las tiene el ALCA) llamada inversionista, estado, mediante la cual se ofrece a las personas, entidades y empresas extranjeras que lleven capitales al país adonde se vayan a asentar, la facultad de exigir compensación monetaria contra medidas gubernamentales que pudieran socavar las ganancias.

La especialista señaló que hasta la fecha hay 27 casos de millonarias reclamaciones en México, Canadá y Estados Unidos.

Por ejemplo, en el estado de California, el gobierno prohibió un aditivo cancerígeno a la gasolina y la empresa canadiense está exigiendo una compensación de 1 000 millones de dólares.

Además de los efectos nocivos para el medioambiente, también prevalecen la amenaza y el chantaje pues los abogados de las compañías cuando saben que el Estado va a sancionar una ley ambiental u otra que pueda afectar sus entradas, envían cartas al gobierno significándole que van a solicitar una gran cantidad de dinero por los supuestos daños causados.

Esta práctica se va a extender con los acuerdos del ALCA, con un costo abrumador para las débiles economías latinoamericanas, imposiblitadas de enfrentarse a los grandes monopolios, explica.

En Estados Unidos hay una alarma generalizada por los efectos degradantes para el medioambiente que los tratados de libre comercio puedan conllevar en ese país y en América Latina.

En tal sentido añadió que México perdió recientemente una demanda impuesta por la empresa estadounidense Metro Glass, porque la comunidad local negó el permiso para instalar un basurero de desechos tóxicos y el gobierno pagó 15 millones de dólares en compensación.

A la gente en Estados Unidos, puntualizó, les preocupa que normalmente estas leyes ambientales y de salud pública se instrumentan a nivel estadual pero cuando se plantea una demanda, por ejemplo, el estado de California no desempeña ningún papel y si al gobierno federal no le interesa el caso no lo defiende, y debe hacerse el desembolso, lo que significa un ataque a la democracia local.

Para Karen los acuerdos de libre comercio han perjudicado enormemente al sector manufacturero norteamericano, que ha reducido millones de puestos de trabajo debido a la salida de compañías de su territorio que han ido a establecerse a otros países como México, mientras se socavan los derechos laborales.

Ya se han dado numerosos casos en los que, cuando los empleados de una fábrica intentan organizar un sindicato, los dueños les dicen abiertamente que si lo hacen van a cerrar la empresa y trasladarla a otro país. Por consiguiente, no tienen quién los defienda y esto tiene su efecto salarial en Estados Unidos.

De esta forma se aplasta a las organizaciones sindicales, se prohíben los contratos colectivos y las demandas salariales, lo que tienes como es lógico, un impacto político.

Si el ALCA se amplía hacia otras naciones de América Latina se perjudicarían los trabajadores de diferentes sectores norteamericanos, entre estos los servicios en general aunque, según Karen, ahora hay más comprensión de lo que esto significa que cuando se firmó el TLCAN.

Una encuesta reciente realizada en Estados Unidos indica que la tercera parte de los norteamericanos estima que alguien de su familia va a perder el empleo en los próximos años y eso se debe a que hay una inseguridad económica fuerte.

Las estadísticas estatales indican que la desocupación se sitúa en 5,9 % pero esa cifra es mucho más elevada porque muchas personas que laboraban antes en una fábrica ahora lo hacen en una Mc Donald u otro lugar a medio tiempo, o han dejado de anotarse en las listas de desempleados porque llevan meses de espera y no los llaman.

Este es un panorama, concluyó la especialista, que muchos desconocen porque los grandes medios de información en Estados Unidos lo ocultan o no lo explican a fondo

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