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25 de Abril  2024 

Transportar pasajeros como en familia

Un proyecto de cooperativa no agropecuaria (CNA) que promueve el interés de sus asociados y tiene respaldo de la población beneficiada


Lunes 18 de Agosto de 2014 | 12:00:00 AM 

Autor

Amado de la Rosa Labrada

A poco más de un año de constituida, los resultados económicos y aceptación expresada por pasajeros que utilizan sus servicios, avalan el creciente desempeño de la Cooperativa de Ómnibus Rutero No. 2, de La Habana, organización cuyo encargo social se suma a los esfuerzos del país por mejorar la transportación de pasajeros en la capital.

Desde antes del amanecer, ya están en servicios los ruteros de esta CNA, cuyas faenas se extienden hasta las diez de la noche, para garantizar una frecuencia en recorridos de 15 minutos entre un ómnibus y otro. Cada uno realiza alrededor de 16 viajes diarios y los pasajeros pueden quedarse en cualquier punto del trayecto.

Martín José Betancourt Companioni, elegido por sus compañeros para conducir esta nueva forma de gestión no agropecuaria (CNA), afirmó que crecen poco a poco en sus operaciones; “vamos ganando, aseguró, en experiencia y sobre todo en la disposición y conciencia de los asociados sobre nuestra responsabilidad para que este proyecto marche adelante”.

Sus microbuses pintados de amarillos (de la marca Yutong X Lon) arrendados a la Empresa de Taxis y Servicio Regular de La Habana, circulan diariamente en las rutas desde el parque El Curita (Centro Habana) al Reparto Náutico (primer recorrido que atendieron), y desde el poblado de Santa Fe a Playa y otras vías.

El directivo explicó que el Estado subsidia el combustible y parte de las piezas de repuesto. De esta manera se garantiza que el precio del pasaje sea cinco pesos, cifra que no puede ser alterada, a riesgo de que el infractor sea expulsado de la cooperativa y además la organización pierda el vehículo.

Recordó que la experiencia comenzó en julio del pasado año, con 12 microbuses extraídos con sus respectivos choferes de la primera cooperativa de este tipo creada en La Habana. Se estableció su centro en la zona de San Agustín, en una base de Cubataxis que atiende el servicio de hospitales, cuyos autos y tripulantes fueron reubicados en otras instalaciones de taxis de la capital.

El resto de los choferes y demás incorporados a esta CNA parten del grupo que quedó disponible al cerrarse la base de taxi que existía en el lugar, quienes previamente fueron entrenados para la nueva responsabilidad.

Preverlo todo

Betancourt Companioni precisó que por interés de su proyecto han sumado trabajadores excedentes de entidades del transporte con habilidades como mecánicos, electricista, chapistas y otros, todos los cuales pasan por un riguroso proceso de selección, cuya incorporación final se decide en asamblea de la cooperativa tras cumplir ellos hasta tres meses de prueba como contratados.

Destaca que el parque de vehículos de este proyecto va en aumento, pero antes que lleguen los próximos microbuses destinados a la base, nuevos choferes en fase de aprobación, se adiestran en las rutas que atenderán, adquiriendo conocimientos sobre el servicio y lo que es más importante, las normas de disciplina ratificadas por el colectivo en sus asambleas, que ahora celebran de forma mensual.

Subrayó que en esas reuniones “acordamos quiénes son socios o no de la cooperativa, los sistemas de pago, las metas para el próximo mes; cada objetivo aprobado mediante el concurso de todos los asociados –ya pasan del medio centenar-, quienes deciden cada paso de la organización, en correspondencia con la ley que ampara su funcionamiento”.

“Aquí nadie, añade, nos impone nada; nosotros decidimos las cosas mediante la asamblea. Se estableció un reglamento aprobado por sus fundadores, que los nuevos asociados deben conocer y aceptar, sobre su responsabiliza, por ejemplo, de la limpieza de los carros, asistencia puntual al trabajo, el sistema de pago, el cual puede alcanzar hasta el 70 por ciento de las utilidades.

Anticipo salarial

Betancourt Companioni refirió que al igual como ocurre en las cooperativas agropecuarias, los asociados y contratados, recibe aquí mensualmente, un anticipo salarial establecido por la cooperativa a partir de los ingresos financieros de la misma, fruto del aporte monetario diario del conjunto de vehículos y choferes activos.

Al concluir la jornada cotidiana (de unas doce horas), el monto de la recaudación a entregar por cada tripulante a la caja central de la CNA se deduce del número de asientos, cantidad de viajes y potencia comercial de la ruta por donde circula el vehículo. Por sus resultados, algunos asociados ya que cobran más de 3 000 pesos mensuales y la cooperativa ingresan más de 30 000 pesos diarios.

Los choferes que sobrecumplen su plan de aporte a la agrupación reciben un anticipo mayor, a la vez que se benefician los asociados que no están directos al servicio, quienes también obtienen mejor retribución. De igual forma, si la cooperativa en el balance final del año certifica la obtención de utilidades, se otorgará a los asociados otra remuneración individual de acuerdo con sus aportes productivos durante el año.

Yordanka Santana Delgado, vicepresidenta de la cooperativa, destacó que esta nueva organización productiva representa un nivel de ingresos superior para cada asociado, “pero todos tenemos que halar parejo, trabajar duro y aportar con la mayor transparencia posible”.

Por su parte Ernesto Abreu, chofer y secretario de la sección sindical de la agrupación, precisó que “sentimos como propio cada carro que tripulamos, a los cuales dedicamos mayor cuidado porque de ellos depende que este proyecto avance para obtener todos, de conjunto, mayores beneficios económicos”.

También Hugo López Reytor, expresó satisfacción por formar parte de esta CNA. “Nos va muy bien, afirmó; al principio tuvimos miedo, pero con el tiempo vemos que se incrementan las ganancias; hay que trabajar fuerte para garantizar el servicio y no dejar que los ómnibus se paren. Aquí se reparan las partes que podamos y  recuperamos piezas; todo para mantener buenos resultados”.

Ciertamente, los cooperativistas de Rutero Dos velan por la calidad del servicio. Sus vehículos arrendados -adquiridos por Cubataxi al Ministerio del Turismo-, no son nuevos; ya tienen cierto grado de explotación, por lo cual reciben cotidianamente el mantenimiento con la intervención de mecánicos, chapistas e incluso de sus propios choferes.

Por tales razones, aclaran directivos, estos ómnibus no deben transportar pasajeros de pie, pues no están diseñados para ello. “El pasajero no tiene de dónde agarrarse; el pasillo es muy estrecho y la capacidad no lo permite. Si violamos esto, no tendremos ómnibus y se afectará el servicio”.

 

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