El cambio estructural de la economía cubana asociado a la exportación de servicios intensivos en conocimiento es reconocido por muchos expertos como una fortaleza del país para abrir sus puertas al progreso y encarar la crisis que galopa a todo dar por el planeta, sin piedad sobre todo para las naciones más pequeñas y pobres.
Se trata de ventajas competitivas adquiridas como es el caso de las capacidades humanas, creadas y desarrolladas, que constituyen un recurso muy sólido y renovable, pues hoy para los cubanos generar conocimientos resulta mucho menos costoso que determinadas producciones de bienes.
No en vano la Mayor de las Antillas ocupa un lugar cimero en Latinoamérica en lo referido a la cantidad de investigadores, científicos, técnicos e ingenieros por cada millón de habitantes, y es considerable la cifra presupuestaria en gastos de ciencia y tecnología y en proporción con su Producto Interno Bruto.
Es por ello que una efectiva gestión del capital humano implica retos inconmensurables como el de lograr mayor organización y disciplina de los colectivos de directivos y trabajadores de las empresas para que sean capaces de innovar y hallar soluciones a los problemas que limitan la productividad y la eficiencia económica, con el uso de las herramientas más competentes y asentada en valores que promuevan el sentido de pertenencia y autorrealización, como verdaderos dueños de los medios de producción, puestos en sus manos desde hace cinco décadas.
Transformar la tradicional gestión de los recursos humanos existente en muchas entidades, en una utilización destinada a lograr un elevado desempeño, no es ni por asomo una inversión estéril ni puede suponer una pesada carga burocrática para la empresa aunque se vivan tiempos de grandes urgencias por la grave crisis que asola al planeta y de cuyos efectos la ínsula antillana no está ajena.
Los desafíos para continuar desarrollando la economía del conocimiento son perfeccionar el sistema de innovación tecnológica e imprimir eficiencia a la producción interna, en medio de una compleja coyuntura económica y financiera internacional actual, sin renunciar a la continuidad del desarrollo, en lo que resulta vital un mejor aprovechamiento de los recursos disponibles y la elevación de la productividad del trabajo, la calidad y la eficiencia.
Ello exige un proceso de reinstauración del orden y la disciplina laboral para continuar avanzando y dejar atrás la improductividad, el despilfarro y otras deficiencias, así como los esfuerzos por adaptar la actividad económica a las condiciones cambiantes aplicando nuevos métodos y técnicas en la búsqueda de las principales reservas y potencialidades de eficiencia de una empresa, que tiene entre sus primordiales indicadores, la productividad laboral, con las sabidas pretensiones de alcanzar el más óptimo y racional empleo del capital humano.
Los retos alcanzan la necesaria sustitución de importaciones con productos nacionales menos costosos, la generación de ingresos para la exportación de bienes y servicios y el incremento del ahorro de recursos y portadores energéticos, a partir de una organización más racional y eficiente de la jornada de trabajo, del desarrollo de métodos científicos de dirección y de la innovación tecnológica aplicada a la producción.
EL MÁS VALIOSO RECURSO
Que el principal recurso económico en Cuba seguirá siendo el hombre, también lo demuestra el proceso de aprobación de las Normas Cubanas de la familia NC-3000, sobre el Sistema de Gestión Integrada del Capital Humano, que ya se introduce junto a las relativas a la seguridad y salud en el trabajo, conocidas como las 18 000.
Cuba es uno de los pocos países del mundo que dispone de normas de gestión integrada de capital humano, las cuales fueron aprobadas en 2007 por la Oficina Nacional de Normalización (ONN); un reto para los expertos del país pues no hay antecedentes en el orbe de alguna regla de ese tipo que tenga que ver con el hombre.
Esta contribución demuestra que es el humano el recurso más valioso en una sociedad como la cubana.
Se trata de una norma que integra a todos los elementos de la gestión del capital humano en armonía con los demás sistemas aprobados en el proceso de Perfeccionamiento Empresarial, al cual están incorporadas más de 900 entidades.
Estas priorizan su aplicación y crean condiciones para solicitar su auditoría y certificación, tras alcanzar los estándares previstos y poder avalar dicho sistema según lo establecido en las NC 3001 de 2007 y las exigencias de la legislación laboral y de seguridad social vigentes.
Carlos Mateu Pereira, Vicetitular del Ministerio de Trabajo y Seguridad social (MTSS), señaló que se trabaja en la aplicación de las nomas cubanas del sistema de gestión integrada de capital humano aprobadas por la ONN en el año 2007, las cuales deben ser utilizadas como una herramienta puesta a disposición de la empresa para una mejor organización del trabajo, con el papel decisivo que le coresponde en la identificación de los tiempos excesivos e improductivos, la utilización racional de la fuerza de trabajo, el aplanamiento de estructuras, la simplificación de actividades, la integración de procesos y la participación efectiva de los trabajadores en la solución de los problemas y en la toma de decisiones.
Significa el empleo efectivo de las potencialidades existentes en el cuantioso capital humano creado en estos años de Revolución triunfante, la mejora continua de los procesos de la empresa y un mayor compromiso y participación de directivos y trabajadores para alcanzar la sostenibilidad en el incremento de la productividad y la eficiencia como los principales indicadores que miden la efectiva implantación de las normas cubanas de dicho sistema. También la aplicación de estas normas referidas al capital humano pueden convertirse en un valor añadido a los productos que se elaboren o al servicio que se preste, porque demuestra que la empresa cuenta con un colectivo más competente en el cumplimiento del resto de las exigencias para tener un sistema de gestión de la calidad integrado. Además, con el rigor de estas buenas prácticas y requerimientos el país se pone en mejores condiciones de ubicar sus productos y servicios en el mercado de una manera más competitiva. Cualquier entidad cubana cuenta con un capital humano impresionante, capaz de añadir valor y calidad a las producciones y servicios que resulten de su actividad y con una calificación técnica y profesional reconocidas, resultantes de una elevada escolaridad de su población y del elevado por ciento que interviene en la ciencia e innovación habitualmente (más de 200 personas por cada 1 000 habitantes).
La estrategia consiste en aplicar de manera creadora, paulatina y no como una carrera de corta distancia, las normas cubanas de Gestión Integrada de Capital Humano que permite a cada entidad diseñar su propio sistema de acuerdo con sus realidades y necesidades, cual si fuera un traje a la medida.
El sistema diseñado en cada entidad coloca en su centro la efectiva participación de los trabajadores para incrementar la productividad, mediante la idoneidad y las competencias laborales, la organización del trabajo, la disciplina, la capacitación, la estimulación moral y material, las condiciones de trabajo seguras, la evaluación del desempeño, la comunicación y el autocontrol de la actividad.
Estas normas cubanas de Gestión Integrada de Capital Humano significan que se ha alcanzado una unificación de los criterios en relación con los conceptos y requisitos, cuyo cumplimiento será verificado en auditoría realizadas por la Oficina Nacional de Normalización, con vistas a la certificación del sistema de cada entidad.
Se viabiliza en este sentido la norma relativa al sistema de seguridad y salud en el trabajo para que haya una congruencia en el acto de certificación, pues no se trata de una meta que haya que cumplir a marcha forzada y masivamente sino del resultado y la lógica consecuencia de un trabajo profundo, sistemático y creativo para estimular el elevado desempeño laboral mediante la optimización del factor subjetivo que contribuya a lograr un incremento sostenido de la productividad y la eficiencia de la entidad
También existe en el país desde hace varios años la Red de Capital Humano, un proyecto para la gestión del conocimiento integrado por estudiosos, innovadores e investigadores interesados en la materia y en fortalecer el modelo cubano de gestión del capital humano. En él se involucran miles de personas de gran parte del territorio nacional, provincias y municipios, más de 11 universidades y varios organismos de la Administración Central del Estado.
Su funcionamiento está a cargo del Centro de Gestión de Redes de Conocimiento de GECYT, en coordinación con los ministerios de el Trabajo y Seguridad Social de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), Grupo Ejecutivo de Perfeccionamiento Empresarial (GEPE), la Dirección de Capacitación de Cuadros y Estudios de Dirección del Ministerio de Educación Superior y varias universidades. Ya se cuenta con una empresa cubana certificada, -la TRAYCO del MICONS en Pinar del Río- y otras organizaciones como la Mecánica del Níquel de Moa, del Ministerio de La Industria Básica, el Grupo de Administración Empresarial de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, la Comercializadora de Combustible de Cienfuegos perteneciente a CUPET y la de Gestión del Conocimiento y la Tecnología (GECYT), que ya transitan por ese camino de certificación de su sistema de gestión integrada del capital humano, de acuerdo con lo establecido en las NC-3000.
Para dar ese paso deben unirse en los próximos meses más de una docena de colectivos con avances significativos en la implantación de su sistema pertenenecientes a la industria básica, la agricultura, la construcción, el transporte, la sideromecánica, la alimenticia y la ciencia, tecnología y el medio ambiente.
Actualmente son tres las entidades propuestas como avaladoras CETEC, GECYT y DISAIC, las cuales trabajan en la elaboración de documentos, procedimientos y otros elementos organizativos con el propósito de que puedan desempeñar ese papel a partir de 2010, así como se forman auditores internos para las empresas que cuenten con un cronograma de implantación de tales normas.